22. ¿Me estás amenazando?

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Cuando tú llegaste

Capítulo 22: ¿Me estás amenazando?

—Alexa Villarreal—

Miro el regalo en mi cama y no sé si le gustará a Maicol, pero es lo único que se me ocurrió comprar, además, no tuve mucho tiempo y sé que él lo necesita. Me termino de arreglar y me siento satisfecha, a pesar que estoy vestida de manera sencilla me agrada cómo me veo. Llevo una blusa de tirantes de color blanco con algunos encajes en la parte de arriba, una balda de mezclilla que trae un pequeño sintieron marrón que moldea mi figura, mis botines marrones y mi cabello suelto con algunas ondas.

Santiago quería venir por mí, pero me negué, no quería que hiciera todo un recorrido por venir a buscarme, así que quedé en avisarle cuando estuviera por llegar para que saliera. Escucho el claxon del auto de Sebastián y tomo el regalo para ir donde él, bajo corriendo porque me dejará sorda por el afán de irnos.

—¡Sebastián, me dejarás sorda!—gruño entrando al auto—. Todo por el afán de ver a Naileth.

—Deja de gritar—sonríe muy animado—. Te ves muy a tu estilo, Alexa.

En su vocabulario me acaba de decir «te ves hermosa, como siempre».

—Tú también te ves guapo. Arranca que llegaremos tarde.

—Por mi culpa no es, y lo sabes.

—Calladito te ves más bonito.

Tardamos más de lo pensado en llegar, había mucho tráfico. Santiago ya me está esperando afuera, igual que Naileth a Sebastián. Nos bajos y poso mi mirada en Santiago, quien se acerca rodeando mi cintura y besándome sin dejarme decir nada.

—Hola, amor—me saluda—. Te ves hermosa.

—Hola. —respondo—. Tú igual, luces bien.

—Anda, pero que amor el de ustedes—Naileth suelta una risita—. Me gusta que hayan arreglando las cosas.

—El amor está por los aires—continúa Sebastián.

—Luego no te quejes cuando yo empiece, Sebastián—aprieto sus mejillas.

—Vayamos a felicitar a Maicol, debe estar pensando que no vinimos—Santiago me mira—. Vamos.

Siento la mano de Santiago apretar la mía y le doy una sonrisa, es extraño en mí estar así con alguien, pero no se siente mal. Entramos a la fiesta y se ve muy buena, la mayoría de los chicos están bailando, todos nos miran de manera extraña. Miro a todos lados y veo la cara enojada de María, le sonrío con malicia.

Buscamos a los chicos hasta que los vemos, como era de suponerse Cristian no pierde el tiempo, ya tiene una chica acorralada y Maicol está hablando con una chica, pero sin importar que ella se moleste, me le tiro encima para felicitarlo. Me corresponde el abrazo y luego me aparto para entregarle mi regalo y los chicos hacen lo mismo.

—¿Alexa, qué es esto?—Mira el regalo.

—Míralo y te darás cuenta, idiota. Te gustará.

Maicol abre la bolsa de regalo y saca la laptop que le acabo de regalar, sé que la necesita. Forma una sonrisa en sus labios y esta vez me abraza él.

—Gracias. —me susurra—. Me acabas de salvar de gastar mis ahorros.

Los chicos terminan de felicitarlo y yo saludo a Cristian, las chicas que están con ellos me miran y no dicen nada. Tampoco hacen un gesto de odiarme.

—Alexa, te presento a mi novia Katia—Cristian la mira—. Y ella Romina, la novia de Maicol.

—Pensé que seguías con Pati—suelto una risita al ver la cara de la chica—. No mentiras, eres la única en su vida, y espero que las dos hagan cambiar a estos chicos.

Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora