Cuando tú llegaste
Capítulo 9: ¿Qué hiciste Alexa?
—Alexa Villarreal—
Querer cambiar nunca a estado en mis planes y tampoco soporto el hecho que mis padres quieren convertirme en alguien que no soy y tampoco me nace ser, solo por el qué dirán sus amistades. Que siendo sincera no me interesa en lo más mínimo lo que hablen, son personas peores que yo, que solo me juzgan por ser como soy. En cambio, ellos viven llenos de miedos y no disfrutan de la vida, por lo que la gente piense o diga de ellos.
Puede que diga lo que quieran, pero no pienso cambiar por nada, ni por nadie, nada más por ser aceptada. Pues le tengo noticias: no pienso ser una sumisa que se deja del mundo por miedo a decir o hacer lo que le plazca.
Desde que pasó el sucedido con Santiago, no le he vuelto hablar, bueno, en realidad discutimos como de costumbre. Los dos somos de mundos tan distintos que ni siquiera se me pasa por la mente tener algo con él, no soy una chica de andar en relaciones románticas y todo lo que conlleva estar en una, no me gusta, me parece estúpido.
Han pasado casi dos meses y mi estadía en la escuela se ha vuelto más llevadera, a pesar que casi me expulsan definitivamente por colocarle una cucaracha en el almuerzo a la directora y escupirle la cara a María: una compañera que me cae súper mal, por ser una resbalosa. Es la típica chica que con sus papis es un pan de Dios, y fuera de su casa es terrible. Es más idiota que muchos en la escuela. Esta misma chica también es la que le dio el beso a Santiago el día que fuimos a comer.
En fin, creo que he durado mucho más de lo que pensé en la escuela, a pesar de hacer muchas cosas para que me expulsen, mi padre soluciona todo con dinero como él sabe hacerlo.
Estoy con mis amigos tirada en el patio de la escuela, mientras hablábamos de cualquier estupidez. Las chicas pasan moviendo sus caderas, para que los babosos de mis amigos las vean, entre ellos, el imbécil de Santiago.
—Deberíamos ir a la fiesta que está organizando María y sus amigas—sugiere Maicol.
—Es cierto, dicen que estará muy buena—comenta Cristian con una sonrisa.
—Saben que no me llevo bien con ellas y menos con la pelo de nido de María—hablo sin quitar la mirada de mis uñas—. Son tan ñoñas esas chicas.
—¡Yo sí pienso ir!—chilla Naileth y yo le doy una mirada matadora—. Lo decía por molestar, ellas tampoco me caen bien.
—Por favor, Naileth, tú tienes ganas de ir, si dices que no es solo porque Alexa no quiere—Santiago la mira.
—No la tengo de sus huevos imaginarios para que no vaya a esa estúpida fiesta, si no quiere ir es su problema.
—Te aprovechas que Naileth se deja controlar, por eso juegas con ella. No eres una buena amiga, Alexa.
—Naileth, ¿Tú piensas que te domino y que me aprovecho de ti como dice tu primo?
Los chicos nos miran y yo le doy una sonrisa a Naileth que parece estar incómoda por esta situación.
—Claro que no, eres mi amiga y no me harías eso. Santiago, deja de decir cosas que no son, Alexa y yo somos casi mejores amigas.
—¿Lo ves, Santi?—digo su nombre con sarcasmo y suelto una risita.
—Bueno ya dejen sus discusiones para después, lo que soy yo sí me voy a esa fiesta—intervine Cristian.
—Entonces somos dos—murmura Maicol.
—Hagan lo que quieran—me levanto—. Naileth vamos.
Dejamos a los chicos solos y Santiago muriendo de rabia solo por mi «fastidiosa forma de ser» como dice él. Quería ir al baño, así que fuimos antes de entrar a clases. Nos estamos mirando en el espejo cuando escuchamos voces, tomo del brazo a Naileth y nos escondemos.
ESTÁS LEYENDO
Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]
Ficção AdolescenteDos personas opuestas, pueden resultar siendo almas gemelas. Una chica con cara de angel, y corazón de piedra, es la debilidad de cualquier chico. ¿Pero qué pasará cuando para Santiago sea una chica más? Alexia es hermosa, pero no hay nada más traic...