29. ¡Lo sabemos!

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Cuando tú llegaste

Capítulo 29: ¡Lo sabemos!

—Alexa Villareal—

Han pasado algunos meses donde todo va bien, sin importar todo lo malo que haya pasado. Cada día confirmo que mi amor por Santiago es más fuerte, y la amistad con mis amigos es verdadera. Sebastián ya lleva más de un mes de novios con Naileth, Maicol y Cristian siguen de novios con Katia y Romina. A pesar que ellas van en otra escuela nos llevábamos bien.

En aproximadamente dos meses será el baile de primavera de la escuela, pues ya terminará el año escolar y empezará algo distinto para nosotros. Por lo que sé todos mis amigos se inscribieron en una Universidad de Argentina, mientras yo estudiaré en New York. No pude negarme, eso lo sabía desde que empecé a estudiar, Santiago lo sabe y quedamos que no nos separaríamos, a pesar de la distancia, porque nos queremos sin importar el lugar donde estemos.

A London le han dictado sentencia, durará quince años por intento de violación, su madre vino a pedirme que quitara la denuncia, y sin importar que se arrodilló frente a mí, me negué, porque ese es el lugar donde merecen estar los chicos que valen tan poco como él. Estoy sentada leyendo un libro, como nunca lo hago, me pareció interesante. Escucho que tocan la puerta.

—¡Quien sea que toque no estoy!—grito sin despegar la vista del libro.

La puerta se abre, a pesar que dije que no, y aparece en mi campo de visión Sebastián tomado de la mano con Naileth y Santiago. Me levanto y los saludo.

—La chica rebelde leyendo un libro, ¡Que milagro, Dios!—bromea Sebastián—. ¿A ver que lees?

—Estoy leyendo el trasero tuyo, imbécil—lo empujo.

—No cambias, amigas—Naileth suelta una risita— ¿Dime cuándo dejarás de tener ese lenguaje tan exótico?

—Por favor, chicos, dejen a mi niña quieta—Santiago me abraza—. Eres perfecta así como eres.

—Lo sé. —Le doy un beso—. ¿Qué haremos hoy?

—Justamente por eso estamos aquí. Mi primo Sthen dará un concierto hoy en la playa y como sé que eres fans de él vinimos por ti.

—¿Sebastián, tú me estás jodiendo o es en serio? ¿De verdad Sthen vino?

—No miento, Alexa.

—¿Quién carajos es Sthen?—Santiago me mira—. Suenas muy interesada en él.

—Es primo de Sebastián, lo conocí hace un par de años cuando vino a pasar vacaciones, pero créeme, es horrible. Eso sí, es el mejor Dj sobre la fas de la tierra.

—Déjame decirte que está guapísimo—Naileth nos mira—. Los años como que le sentaron muy bien.

—Bueno, tampoco es para tanto. Alexa, te esperamos en la sala, arréglate un poco.

—No demores, amiga.

Habla Naileth.

—No tarde, lo prometo—miro a Santiago—. ¿Te puedes quedar?

—Pensé que querías que se quedara el tal Sthen.

Los chicos soltaron una risita al ver la cara de celoso de Santiago, pero ni al caso, Sthen tiene como veintidós años, es mayor que yo. Y me acuerdo que era muy feo, y por eso no le prestaban atención. Miro a Santiago que está cruzado de brazos y bastante serio.

«síntomas de un chico celoso»

—Quita esa cara—me acerco para darle un beso y no corresponde—. ¿En serio te vas a poner en ese plan?

—Arréglate que nos vamos—me cambia de tema e ignora mi pregunta—. Cuidado y Sthen no le gusta cómo vas vestida, «novia».

—Eres un celoso, pero me encantas—me pego a su cuerpo hasta pegar un pequeño salto y quedar a la altura de su cintura, con mis piernas enrolladas—. Quiero estar contigo en este momento.

—Los chicos nos están esperan…

Lo beso para que no termine de hablar, sé que no se iba a resistir mucho. Camino un poco hasta la cama sin despegar sus labios de los míos y se sienta en la cama dejándome sobre sus piernas. Desabotono su suéter y también el botón de su bermuda, me aparto un poco y saco mi blusa por arriba de mis brazos, dejando mis senos cerca de su boca. Los mira y sin pensarlo dos veces comienza a besarlos como si su vida dependiera de eso.

Muevo mi trasero sobre su erección que crece cada vez más. Siento cómo pasa su lengua por mis senos y también los muerde haciendo que el dolor se convierta en placer. No aguanto más, quiero sentirme llena de él. Me aparto y me quito mi short, junto con mis bragas y vuelvo a sus piernas, pero antes bajo un poco su bermuda junto con sus bóxer, para dejar afuera su miembro. Me dejo caer lento y puedo sentir cómo entra en mi interior, cómo me llena por completo.

Pongo mis manos en su cuello y comienzo a besarlo, mete su lengua en mi boca haciendo que mi cuerpo comienza a moverse de manera lenta y va subiendo los movimientos. Se escucha el sonido de nuestros cuerpos, el sonido que provocamos es el mejor de todos. Me muevo rápido, mientras él sigue su ataque en mis senos, pero con una de sus manos masajea mi clítoris, haciéndome perder en un mar de sensaciones placentera. Me muevo un poco más y mi cuerpo no aguanta más y tengo un orgasmo, que hace temblar mi cuerpo. Nos corremos al mismo tiempo, así que nos dejamos caer en la cama.

—¿Qué decías acerca de que ni querías?—pregunto irónicamente, porque sé que va a decir que los chicos nos están esperando.

Se me queda viendo, y dice lo que menos esperaba ahora—: Te amo—me atrae para un abrazo—. Me has hecho venir en menos tiempo.

—Ellos dijeron «no se demoren»—tiro de su labio—.  Y era eso o quedarme con las ganas.

Me subo encima de él y vuelvo a besarlo, bajo mi mano lentamente hasta tener en mis manos a su enorme amiguito y comienzo hacerle movimiento suaves, que hacen que su cara se caliente. Siento cómo crece cada vez haciéndome sentir la mano más pequeña, pero aún así seguía acelerando hasta que todo su líquido blanco cayó en mis manos.

—Eres tan buena, ¿dónde aprendiste eso?

—Sé muchas cosas que no te he querido hacer. Ahora sí tengo que arreglarme, los chicos nos esperan.

Me levanto para irme a dar una ducha y antes lo tomo de la mano y lo llevo conmigo al baño, donde tardamos más de lo necesario, debido a que hacemos cosas que no estaban planeadas, pero que son muy excitante para dos. Salimos y nos arreglamos para bajar donde los chicos, seguro están desesperados. Yo voy vestida con un vestido negro, escotado en la parte de atrás, unos botines negros y me hice una coleta. Salimos de la habitación y los chicos nos miran como si supieran que algo pasó.

—¿Será que puedes hacer menos escándalos cuando mi primo te esté haciendo el mejor oral del mundo?

—Para que sepas, no estábamos haciendo nada, prima—Santiago sonríe—. Así que deja de imaginar cosas.

—Claro que estábamos teniendo una sección de sexo intenso—la miro—. Y no puedo bajar la voz, amiga.

—Esa es mi amiga—Sebastián choca su puño con el mío—. Eres tan sincera.

—Ya me han dicho que me paso de sincera—le guiño un ojo—. Pero vámonos.

—¡Lo sabemos!—responden los tres al unísono.

Salimos de la casa y nos subimos en el auto de Sebastián, creo que esa fiesta será épica, llevo meses sin salir a divertirme y estoy dispuesta a disfrutar al máximo. Voy en la parte trasera del auto con Santiago que no deja de acariciar mi pierna, pero es más que obvio que lo he dejado excitado con lo que le hice. Eso me gusta, así no me dirá que no cuando una de mis locuras se me ocurra en esa fiesta donde iremos.

—Ashley Lancaster—

 

Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora