Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]

5. Barbie tu abuela

Cuando tú llegaste

Capítulo 5: Barbie tu abuela

—Santiago Rojas—

Me despierto y miro a todos lados, mi mirada se quedaba clavada en Alexa que está dormida y parece como si no hiciera ningún daño, cuando puedo decir que es la primera chica que me ha sacado de mis casillas. Reconozco que es hermosa, pero tiene una forma de ser bastante única. Sinceramente, ninguno de los dos nos llevamos bien por su manera de hacer las cosas, siempre es retadora y odia perder, pero claro, cómo no si la niña ha tenido todo lo que le place.

Creo que estoy pensando mucho en ella, prefiero sacarla de mis pensamientos y me meto a la ducha durante unos minutos, luego salgo y todavía sigue dormida, me visto con una bermuda y bajo para desayunar. Hoy no iremos a clases, ya es tarde y todavía me duele la pierna del golpe, gracias a Dios la rebelde de Alexa me llevó al hospital. La chica corre bastante bien, me pude dar cuenta ayer que es muy buena en las carreras, ella sabe lo que hace y es muy segura de sí misma.

Ya he desayuno, me tiro en el sofá a ver películas, mi tía no está, así que solo estamos nosotros. Estoy bastante concentrado, cuando siento que me arrebatan el control de la mano, me volteo y veo a Alexa sentarse a mi lado, todavía en ropa interior. «Acaso no le da vergüenza andar a medio vestir». Decido no mirarla más de la cuenta, sé cómo se pone.

—Dame el control—estiro la mano—.  Dame el control y te largas a donde quieras.

—En serio que eres muy aburrido, tienes muy malos gustos esa película es súper mala—me mira—. Y no me pienso ir todavía.

—Que me lo entregues, no respondo de lo que sea capaz.

—¿Qué me harás?—me reta—. ¿Me quitarás la ropa y me harás tuya? porque créeme, que eso no me gusta

—Eres tan insoportable y mira que traté de ser pasivo, pero te lo has buscado.

Intento tomarla del brazo, sale corriendo y se posa detrás del mueble mientras yo quedo del otro lado, hago un rápido movimiento y quedo del lado de ella, al momento de quitarle el control los dos caemos al suelo. Ella queda encima de mí y nuestros rostros quedan a centímetros, tanto que nuestras narices rozan. Pasa algo muy extraño, y es que por primera vez Alexa se ha sonrojado y a mí me han dado unas ganas inmensas de besarla

—Quítame las manos de encima.

—No pensé que te daba miedo estar cerca de mí—susurro.

—Miedo no, pero asco sí. Me caes tan mal.

—Tú también me caes muy mal por tu superioridad y con tus aires de grandeza.

—Eres un maldito idiota que no soporta mi gran manera de ser, por eso te caigo mal.

Intenta levantarse, lo evito apretando sus caderas más a mi cuerpo.

—Ayer no terminamos la apuesta de la motocicleta, y tú más que nadie sabe que una apuesta no se deja a medias.

—A ver ¿qué quiere apostar el niño?—levanta una ceja—. Te gusta perder.

Estoy a punto de responder cuando la voz de Naileth nos sorprende haciendo que nos levantemos de golpe. Siento la presión en mi rodilla y me quejo.

—Según ustedes no se soportan, pero estaban en una posición sospechosa—se cruza de brazos—. ¿No me digas que ya aceptaron que se gustan?. Es raro que dos chicos se gusten desde el día uno que se conocen, pero con ustedes pasó y los dos se niegan.

—Cállate y no digas burradas, yo jamás estaría con alguien como él—suelta Alexa—. Además, ninguno de los dos nos soportamos.

—Yo soy el que no andaría con una niñita malcriada como tú—me acerco —. Eres tan, pero tan frívola que no estaría contigo.