Cuando tú llegaste
Capítulo 13: Te quiero, Alexa.
—Alexia Villarreal—
Habíamos pasado varias rondas experimentando algunos tipos de besos, incluso, decir cosas de nuestra vida privada o quitarnos prendas, por ejemplo, yo solo estoy en bragas y sostén, casi siempre me toca hacer un reto, pero yo no me quedaba atrás cada vez que me tocaba preguntar verdad o reto, y como Santiago escogía reto, me aproveché de eso para verlo en bóxer. El chico tiene un cuerpo para morirse encima de él, mientras haces lo que pase por tu mente, está buenísimo y él lo sabe. ¿Qué es lo peor?, por primera vez estoy excitada jugando esto que tantas veces lo he jugado, pero me da igual. Ruedo la botella y esta vez le toca preguntar a Santiago.
—Esto cada vez esta más bueno—me mira—. ¿Verdad o reto?
—Verdad—muerdo mi labio provocativamente.
—¿Qué sientes en este momento?—se acerca—. ¿Por qué tu respiración está tan acelerada?
—Es una pregunta, no dos—corto la distancia—. No siento nada.
Sé que es mentira, pero no le diré que me excita jugar con él, que estoy loca por tirármele encima.
—Eso no es lo que parece—cierro mis ojos al sentir su aliento en mi cuello.
Siento un cosquilleo en mi entrepiernas cuando sus labios tocan mi cuello y empieza a dejar pequeños mordiscos sin lastimarme. Sus manos acarician mi piel desnuda y no sé si estoy loca, pero mi cuerpo reacciona a cada caricia y es algo que no he experimentado, y me gusta. Tengo mis ojos cerrados y siento sus labios rozar los míos, los abro y puedo ver el deseo en sus hermoso ojos. Unimos nuestros labios en un beso lento, pero placentero, todo parece ir bien hasta que siento que su mano quitará mi sostén. Me separo un poco.
—¿Qué pasa?¿No quieres estar conmigo?. Si no quieres no hay problema, creo que me apresuré.
Intenta alejarse, lo tomo del brazo y lo miro a los ojos para confesar algo que solo sabe Sebastián por ser mi mejor amigo.
—Sí quiero, pero es mi primera vez—susurro lo último—. Soy virgen.
—Alexa, yo sé que lo eres—besa mi frente—. No soy tonto, sé cuando una chica es virgen y cuando no. Dime algo, ¿estás segura de querer estar conmigo?
—¿Tú quieres estar conmigo?
—Sería un tonto si dijera que no, pero si no estás preparada no te obligaré hacer nada.
—No pensarás dejarme iniciada, ¿cierto?. Termina lo que empezaste.
—Sabía que la Alexa pasiva no dudaría.
Eso bastó para que volviéramos a besarnos, Santiago dejó ir su cuerpo sobre el mío, sin lastimarme y yo me dejé llevar. Sentía sus manos acariciar mi cuerpo, mientras el calor aumentaba dentro de mí. En unos segundos mis sostén quedó fuera y Santiago formó una hermosa sonrisa al verme. Sentí un poco de vergüenza, pero no me tapé, tengo un buen cuerpo y no debo ocultarlo.
Dejo salir un pequeño gemido cuando sus labios hacen contacto con mis senos, siento cómo pasa su lengua por cada uno de ellos, haciéndome perder en el placer y revolucionado todo dentro de mi cuerpo. Sus manos viajan hasta quitar mis grabas y me deja completamente desnuda ante él. Hago lo mismo y lo ayudo a quitar su bóxer, dejando ver su notable erección, que por cierto, es bastante grande.
Recorre cada parte de mi cuerpo con sus labios, hasta llegar a mi intimidad haciéndome gemir cuando siento su lengua penetrarme y rozar los lados de mi intimidad, esto se siente muy bien, y nunca he experimentado algo así. Sus movimientos son lentos, pero placenteros. Mis gemidos no cesan por lo excitada que estoy, es imposible quedarme callada.
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Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]
Teen FictionDos personas opuestas, pueden resultar siendo almas gemelas. Una chica con cara de angel, y corazón de piedra, es la debilidad de cualquier chico. ¿Pero qué pasará cuando para Santiago sea una chica más? Alexia es hermosa, pero no hay nada más traic...