Cuando tú llegaste. © #1 [✔️]

27. Los quiero lejos.

Cuando tú llegaste

Capítulo 27: Los quiero lejos.

—Santiago Rojas—

Han pasado cuatro meses desde que empecé mi relación con Alexa, y no me arrepiento de nada de lo que hemos pasado juntos. La cena que preparé para ella salió de maravilla, pero quería pasar la noche con ella, y así fue. Como siempre la pasamos bien, y aunque tenía que irse, le pedí de todas las maneras posible que se quedara conmigo y aceptó. No fue necesario hacer el amor para pasarla bien, solo bastó con estar juntos para saber que la pasaríamos bien.

Acepto que Alexa sea una chica rebelde, a pesar que suele hacer cosas que no me parecen, pero nadie es perfecto. En estos meses me he dado cuenta que su primo London está interesado en ella, y no de buenas manera. No soy tonto, he visto que Alexa lo evita a toda costa por no fallarme, y confío en ella, porque sé que ella confía en mí.

Miro la hora y ya no nos da tiempo de ir a clases, intento levantarme y el móvil de Alexa suena. Lo miro y es un mensaje y su primo, no pretendo verlo, pero las ganas son más fuerte y lo hago.

•Primita, ¿por qué no llegaste a dormir anoche? ¿Acaso te dio miedo que cumpliera mi promesa y pasarás la noche conmigo?

Termino de leer y llega otro mensaje.

•Te deseo tanto, y no descansaré hasta verte gritar mi nombre.

La rabia me invade por la forma tan atrevida de hablar de este chico, intento levantarme y Alexa me está mirando. Puedo ver la decepción en su mirada, y sé que las he cagado por no confiar más en ella. Me quita el móvil de un tirón y se da cuenta que estaba leyendo sus mensajes.

—Santiago. —Su tono de voz ha sonando enojado. Se levanta—. Pensé que confiabas en mí.

—Y lo hago. —Le aseguro—. Solo vi esos mensajes por curiosidad.

—¡Me vale mierda tu curiosidad!. Me queda claro que no confías en mí.

—¡Claro que confío en ti! Pero en ese chico no. Es que solo hay que verlo para saber que quiere contigo.

—¡Pero yo al único que quiero es a ti, y aún así revisas mis mensajes pensando que yo te he fallado!

Se empieza a colocar su ropa, había dormido en ropa interior. Sale de la casa vuelta una fiera y aunque trato de evitarlo a toda costa, logra irse y sé que no debí revisar su móvil. Mando un golpe al aire en modo de frustración, porque soy un maldito idiota que se dejó llevar por miedo de perder a la chica que amo.

No puedo dejar que Alexa esté enojada conmigo. Me arreglo y tomo dinero para pagar un taxi e ir detrás de ella, no puedo perderla, la amo como no he amado a nadie y no me daré el lujo de perderla.

—Alexa Villarreal—

Despertar y ver a Santiago con mi móvil me hizo hervir la sangre, no pensé que él no confiara en mí, cuando le he demostrado cuánto lo quiero, aún siento una chica rebelde. Llego a casa y al parecer no hay nadie, o eso pienso hasta que veo a London salir de la cocina. Lo menos que quiero es verlo a él, me tiro en el sofá de la sala y prendo la pantalla, para ver alguna película y dejar que mi enojo disminuya.

—¿No me digas que has discutido con el naco de tu novio y por eso tienes esa cara de querer matar?

—London, eso no es tu maldito problema—le digo sin mirarlo—. Déjame sola.

—Toma esto, te hará bajar el enojo—me extiende un vaso con jugo.

—Lo tomaré solo porque muero de hambre. Espero que no tenga algún veneno.