Capítulo 67 ¡Que hermosa risa!

1K 46 7
                                    

Dulce: ¡Por fin! - Suspiró mientras estaba sentada en el mostrador de la cocina justo después de terminar de cocinar con Ucker.

Ucker: ¡Nunca pensé que cocinar fuera tan difícil! - se apoyó en el banco a su lado.

Dulce: ¿Qué estás diciendo? ¡Si hice todo yo sola! - le dio un pequeño empujón.

Ucker: Ah, ahora resulta que no hice nada pelirroja! Realmente te ayudé. - se paró frente a ella y apoyó sus manos al lado de sus piernas.

Dulce: ¿Ayudaste? ¿Enserio? - Haciendose la desentendida - Ni siquiera me di cuenta. - dijo soltando esa risa de niña que tanto le gusta a Ucker.

Ucker: ¿Qué dices Maria? - se rió a carcajadas - ¡Qué hermosa risa! - bromeó apretando sus mejillas.

Dulce: Ucker! - visiblemente sonrojada quitó las manos de Ucker.

Pronto se hizo un silencio y los dos comenzaron a mirarse. Pronto Dulce miró hacia otro lado, avergonzada, pero luego volvió a mirarlo y se dio cuenta que todavía la admiraba. Sintió una de sus grandes manos en la cara y lo vio agachándose para estar a la altura de su rostro. Su corazón comenzó a latir más rápido, sus piernas le temblaban, sus manos no paraban de sudar y sintió que su cuerpo se debilitaba cada vez más. Sus labios solo esperaban el último movimiento. Lo cual no tardó mucho en suceder.

Con su mano libre, Ucker sostuvo sus rizos rojos cariñosamente. La mano que estaba en su rostro, automáticamente bajó al mostrador, buscando un acercamiento más cercano. Se lamió los labios por un momento, y sintió a Dulce apoyar una mano en su pecho y la otra en la parte posterior de su cuello, tirando de su cabello ligeramente.

Pronto sus labios se encontraron con una mezcla de anhelo y prisa. Sus lenguas bailaban en una armonía nunca antes sentida por ambas partes. Dulce lo atrajo más cerca, colocándolo entre sus piernas. Con su mano izquierda, Ucker agarró suavemente el cabello de la pelirroja y colocó la otra en su muslo derecho. El beso que fue rápido y en sintonía se volvió tranquilo y suave. Los dos solo estaban disfrutando el momento, matando su nostalgia. Extrañaban ese contacto, pues ya ni siquiera se besaban en los shows. Se separaron dándose unos cuantos piquitos, debido a la falta de aliento. Se miraron intensamente y Ucker volvió a juntar sus labios.

Tú, solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora