|Capitulo 25|

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Después de haberme terminado de comer toda la sopa de pollo de Pedro y de tomar unos medicamentos que el me había dado, ya me sentía bastante mejor. Él resfrío seguía presente pero era obvio que no se me iba a ir de un momento a otro.

—Me voy a ir a comprar unas cosas al supermercado y a buscar a Emi a la casa de la mamá, en un rato vuelvo— aviso Pedro antes de empezarse a abrigar —Portense bien ustedes.

Nos miró con los ojos entrecerrados y una sonrisa pícara. Yo sonreí incómoda, y Mateo bufo pero ni siquiera lo miro, siguió concentrado en el celular.

Pedro se rió y agarró las llaves del auto para luego irse.

¿Y ahora qué hago yo sola con Mateo? Si no estuviéramos peleados ya todos se imaginan las cosas que podríamos hacer.

Pero no, como mi suerte va de mal en peor hoy, era obvio que algo así me iba a pasar.

Para peor todavía sigue lloviendo como si el mundo se viniera abajo y no puedo salir.

Lo bueno es que ahora voy a poder ingeniármelas para sacarle el celular a Mateo y cancelar sus planes con la pelirroja mal teñida.

La cosa acá es como. ¿Cómo hago para agarrar el celular sin que él se de cuenta?

(...)

Después de estar media hora pensando cómo podía hacer se me ocurrió una idea que en mi cabeza suena brillante.

Voy a esperar que se levante para ir al baño y agarrarlo.

¿Pensaba que iba a ser una idea súper rebuscada? Na, mi cabeza no da para pensar tanto tampoco.

El problema es que todo el rato estuvo sentado mirando la tele y no se mueve de acá. 

¿Loco, no le dan ganas de mear?

Mateo hace un rato habia propuesto mirar una película,  ya que era demasiado incómodo estar ahí solo en silenció.


Aunque lo menos que yo hacía era prestar atención a ella, mi atención estaba en él y no solo porque quería que se fuera al baño.

Salí de mis pensamientos cuando él se levanto y camino hasta el baño.

Al fin, hermano.

—Ahora si. Lamento arruinar su noche pelirroja mal teñida— susurré agarrando su celular que había quedado en la mesa frente a la tele.

Como pensaba tenía contraseña y para mi sorpresa de fondo de pantalla tiene una foto de nosotros dos. Osea de mi y de él, ¿entienden?

Me muero del amor con este wacho.

La foto que tenía la saco cuando estábamos en la playa allá en mar del plata. Ni idea de porque nos la sacamos, solo pinto y ta. Pero quedó hermosa.

¿Se dan cuenta que cualquiera que prenda su teléfono la va a ver? A él no le importaba que sepan que andábamos en algo.

Dios, porque soy tan estúpida y lo rechacé. No entiendo.

Una fuerte presión cruzó por mi pecho, como si quisiera llorar. Pero rápidamente despedí esos pensamientos y me centre en la contraseña.

Fuego || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora