|Capitulo 11|

3K 158 38
                                    

—Eh, si decime— tomé el primer trago de mí cerveza y lo mire.

—¿Te pinta ir a mí casa ahora en un rato? Es que mí padre quiere conocerte— abrí los ojos en grande y él se rió —Porque como vas a ir con nosotros a Mendoza y eso.

Ir a su casa y conocer a Pedro. Bueno, eso es algo que no tenía planeado.

—Si dale, vamos a conocer al Pedro.

—Para que le aviso— saco su celular y tecleo algo —Listo, en un rato nos vamos.

—Voy a conocer al famoso Pedro "peligro", ya me estoy poniendo nerviosa ahre— bromee.

—Haces bien en ponerte nerviosa, no sabes la presencia que tiene ndea— ambos reímos.

(...)

Ya estabamos camino a su casa. Y no me pregunten porque, pero estoy nerviosa. Se que solo es el Pedro y por lo que sé, es muy piola y buena onda, pero igual, me da cosita caerle mal o algo.

—Mi padre no te va a comer Isa— bromeó Mateo, el cual me daba algunas miradas para tranquilizarme, mientras conducía —Deja de moverte tanto que pones nervioso a mí.

Cuando me pongo nerviosa o ansiosa empiezo a moverme de acá para allá, dijera mí tía pareciera que tengo hormigas.

—Perdón— me reí —No se porque estoy tan nerviosa. Soy una boluda.

Él asintió riendo y le pegue suave en el brazo.

—Mira ya llegamos— señaló una linda casa frente a nosotros.

Bueno ya fue.

No puedo estar nerviosa por esta pelotudez. Parezco esas novias que se pone nerviosas cuando van a conocer la familia de su novio. Pero mí situación es muy diferente, claramente.

Pasamos el portón y caminamos unos metros hasta llegar a la puerta de madera de aquella casa. Él golpeó y a los pocos segundos un nene de aproximadamente unos ocho o nueve años abrió la puerta.

—¡Hola!— el niño nos saludó a ambos con entusiasmo. Y a Mateo se le tiró encima para abrazarlo.

—Emi ella es Brisa, una amiga. Brisa el es mí hermano Emilio— nos presentó Teo.

El niño me dio un beso en el cachete y yo hice lo mismo.

—Me gusta como estás vestida, Brisa— dijo Emi mientras caminábamos a la cocina donde estabas Pedro.

—Gracias Emilio— le sonreí —No me digas Brisa, suena muy serio. Decime Brichu, si querés.

Él asintió.

—Bueno Brichu, vos decime Emi.

Le guiñe el ojo y asentí antes de entrar a la cocina donde estaba de espaldas a nosotros Pedro.

—Pa, ya llegamos.

Pedro se dio vuelta al instante y nos miró a los tres con una sonrisa. Después se quedo con la mirada puesta más tiempo en mí.

—¿Vos sos la famosa Brisa de la que me habla el Matu?— asentí y mire con una ceja alzada a Teo, el cual sonrió con vergüenza —Mucho gusto negrita, yo soy Pedro el padre de estos enanos.

Se acercó y dejo un beso en mí cachete lo mismo hice yo con él.

—Un gusto Pedro— sonreí.

—Bueno. Espero que te gusten las milanesas de pollo con puré, porque es una de mis mejores platos y el que vamos a comer ahora— soltó una risita.

Fuego || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora