Fuego || Trueno

|Capitulo 6|

Seguimos tomando fernet hasta que él hablo.

—¿Te pinta un porrito?— yo asentí —Vamos afuera entonces.

Caminamos hasta el patio devuelta y nos sentamos en una de las esquinas que estaba vacía. Él saco un porro del bolsillo de su campera y lo prendió.

—Che— me miró esperando a que hable —¿No te jode que andén diciendo que estás conmigo?

Me pasó el porro y contestó.

—Na. Siempre salen rumores míos, aunque este fue uno de los que tuvo más repercusión. Porque bueno, los dos somos conocidos— río.

Los ojos se le achinan cuando se ríe, recién me doy cuenta de eso.

Ah bueeeno.

Deja que me desmayo acá mismo ahre.

—Deja, hasta mí amiga de Uruguay me llamo para preguntarme si andaba contigo— le di una pitada al porro y se lo pase.

—A mí, mí padre. Me dijo si andaba de novio contigo porque se andaba rumoreando eso— volvimos a reír.

—Na, el peligro me conoció. Ya puedo morir feliz, ndeaa— dije con una sonrisa burlona.

Seguíamos fumando hasta que se nos termino el porro. Pero el tenía otro de reserva.

—Ya te podes morir feliz porque te estás fumando un porro conmigo— alce las cejas y me reí.

—A pero el ego por las nubes tenemos truenovich— él me miró fijo por unos segundos.

—No me digas trueno wacha, decime Mateo. No me copa que me digan trueno todo el tiempo, onda ahora estás con Mateo no con el personaje que es trueno— me seguía mirando fijo a los ojos.

Tengo que aclarar que estamos bastante cerca porque entre risa y risa nos fuimos acercando.

Y más los dos porros qué nos íbamos fumando estábamos muy locos.

—Bueno. ¿Entonces te puedo decir Teo? Me gusta más así— susurré acercándome más.

—No es de mí agrado que me digan Teo tampoco, pero en vos suena bien, así que sí— dijo mirando ahora mis labios —¿Y tú nombre como es?

—Brichu, va en realidad Brisa, pero todos me dicen Brichu— también mire sus labios. Los cuales estaban rojos y húmedos.

Muy tentadores.

—Pero yo no quiero llamarte como todos. Así que te voy a llamar— lo pensó unos segundos y habló —Isa.

Lo mire con gracia.

—Pero eso suena más a Isabella que a Brisa, Teo— me reí bajito.

—Pero como vos me decís las última tres letras de mí nombre yo te digo las últimas tres del tuyo- me miró orgulloso de su original apodo —Asi estamos iguales. Y nadie va a saber porque te llamo Isa si te llamas Brisa.

—Claro, va a ser un secreto entre los dos. ¿Decís?— pase mí mirada de sus ojos a sus labios de nuevo. 

—Exacto. Un secreto entre nosotros y a nadie se lo podes contar, Isa— se acercó más a mí como si eso fuera posible y puso una mano en mí muslo desnudo.

Eso hizo que una corriente recorriera mí cuerpo, erizando mi piel. Estoy muy receptiva con este pibe.

—A nadie se lo voy a contar, Teo.

Nos volvimos a decir nada, solo nos mirábamos mientras el acariciaba mí muslo.

No aguanto más la tensión sexual que hay acá.