—¡Teo, necesito tu ayuda!— grite tan alto que seguro me escucho hasta el vecino que vive a una cuadra de acá.
Él en menos de cinco segundos ya estaba acá, algo agitado porque seguro vino corriendo.
—¿Qué pasó? ¿Estás bien?— me reviso a ver si no estaba lastimada y me reí —No te rías, decime que pasó.
Pobrecito, él se pensó que me había pasado algo por eso vino tan rápido, y en realidad lo que yo quiero es que me ayude a prender el horno.
—¿Me ayudas a prender el horno?— lo mire con ojos de corderito y él negó riendo.
—Me estás jodiendo que me llamaste gritando como si hubieran entrado a robar, solo porque no sabes prender el horno— soltó una carcajada a toda voz y lo mire mal.
—¿De que te reís pelotudo?
—¿Es que, como no vas a saber prender un horno, Isa?— siguió riéndose lo que me hizo molestar bastante.
—Perdón, llego el experto en la cocina, el que se la sabe toda— me burlé —No si hablo con el chef, Mateo Palacios.
—Pero amor, no se necesita ser chef para saber prender un horno— se que está aguantandose la risa para que no lo cagué a trompadas —Solo son apretar un par de botones.
—Me chupa un huevo si es solo apretar un par de botones, yo no sé y listo— me cruce de brazos enojada.
Se que estoy actuando como una nena de cinco, pero no me importa, él se esta burlando y me molesta.
—Bueno, te voy a ayudar antes de que me coma una piña— asentí dándole la razón, en cualquier momento se la come, y a la piña no otra cosa.
Él me empezó a explicar que tenía que hacer, mientras yo lo miraba atenta. Aunque mí atención duro poco porque me distraje no se con que y me pedí la mitad de su explicación.
Esto soy gente. Aparte de una inútil que no sabe ni hervir unos fideos.
—¿Entendiste?— preguntó y asentí, porque ya veo que me caga a puteadas si ve que no le preste atención —Muy bien, ahora ya no vas a tener que pegar esos gritos.
—Gracias, Teo— me acerque y le di un pico para después llevar la fuente con pizza congelada al horno.
Y si, no se ni prender un horno e iba a hacer una pizza yo sola, ni a palos.
—Tengo un hambre, espero que se haga rápido esa pizza.
—Yo también, y no sabes lo que me costó hacerla— me reí.
—Ya me imagino. ¿Fue mucho trabajo abrir la caja, sacarla y ponerla en la fuente, no?— ambos soltamos una carcajada.
Él se acercó a mí y me agarró de la cintura.
—Sos tan linda— me dio un pico y sonreí.
Él siempre sale de la nada con sus chamuyos y me encanta.
—Vos sos lindo.
Roce nuestros labios y los junte con ternura, pero la ternura duro poco, porque en menos de cinco segundos ya nos chapabamos con desesperación. Él recorrió con sus manos mí espalda hasta llegar a mí culo, el cual apretó y tocó a su antojo.
Yo en cambio pase mis manos acariciando esos rulitos que tanto me vuelven loca y fui bajando hasta meter mis manos por dentro de su remera.
La cosa empezaba a ponerse buena, pero yo me detuve.
—Tenemos que cuidar la pizza— dije mientras el seguía con sus besos, esta vez en mí cuello.
—Falta un rato para que se haga, nos da el tiempo.
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Fuego || Trueno
Fiksi Penggemar"Si no juegas con fuego te morirás de frió" Prohibida la copia. ||Lenguaje Argentino||