Mi tía se acercó con la torta la cual tenía dos velas encendidas, en forma de uno y ocho, y la dejo en mis manos. Para así todos empezar a cantar la típica canción de feliz cumpleaños.
Mi sonrisa no tardó en aparecer.
Tenerlos acá a Valen, Cata, Manu, mis tíos y Teo me hace tan feliz, y que se hayan preocupado por hacer esto para mí, el doble.
Terminaron la canción y empezaron a aplaudir y silbar. Yo me acerque a la torta para soplar las velitas y ellos volvieron a hacer barullo.
—Bueno empecemos con los regalos— chillo Cata entusiasmada.
Yo me reí y asentí viendo como mis tíos se acercaban primero.
—Feliz cumpleaños a nuestra nena— dijo mi tía abrazandome. Seguro ya está al borde de las lágrimas, ella es muy sentimental para estas cosas —¿Me podes decir en que momento creciste tanto? Parece ayer cuando tus padres te traían para casa y obligabas a Valen a jugar a las muñecas o a las mamás contigo— sonrió con nostalgia —Y cuando te pasabas las horas jugando al fútbol con él y el tío. O hacíamos noches de chicas y veíamos una maratón de películas de barbis con helado de chocolate y frutilla, tu favorito...
—Bueno amor, ya está de recuerdos sino nos quedamos toda la mañana acá— le dijo mi tío y todos reímos.
Ella asintio con algunas lágrimas en sus ojos, y se volvió a acercar para esta vez llenarme la cara de besos.
—Es de lágrimas fácil— se rió mi tío, para después ser él, el que se acercó a abrazarme —Feliz cumpleaños chiquita. Te amamos mucho.
Dejo un beso en mi mejilla y los dos me señalaron una caja de color negro con un moño bastante grande morado.
—No hacía falta ningún regalo tíos, yo con esta torta de chocolate de la tía ya me sentía más que conforme— dije pasando el dedo por la decoración para probar el mousse también de chocolate.
—Nada de eso Brichu, tus dieciocho merecían un buen regalo. Abrilo, abrilo— señaló mi tía ansiosa.
La caja estaba apoyada en el suelo, al lado de la cama. Por lo que tuve que salir de entre medio de las sábanas.
No niego que me da mucha emoción abrir regalos.
Saqué primero el moño y luego destape la caja con cuidado. Lo que tenía adentro me dejo boquiabierta.
—No lo puedo creer— susurré y mire a mis tíos, ambos me veían con intriga por mí reacción —¿Enserio este es mi regalo?
—Enserio. ¿Te gusta?— preguntó la tía Maia.
—¿Qué si me gusta? Me encanta este regalo, toda mi vida quise que me dieran esto.— volví a ver dentro de la caja y saqué con cuidado lo que había allí. —¡Ay, es hermoso!
Un perrito. Un cachorrito precioso es lo que estaba adentro de la caja. De color blanco con algunas manchas marrones en su lomo, pancita, orejas y una en su ojo izquierdo. Es tan chiquito, todo una ternura.
—Lo mejor es que al perrito, lo encontramos el otro día afuera de la tienda. Solo, con frío, hambre y miedo. Y vos le vas a dar un hogar y todo el amor que se merece— dijo mi tío y asentí enseguida.
Ellos saben cuanto amo a los animales, pero nunca pude tener uno, solo peces, pero siendo sincera no me llamaban tanto la atención y aparte se me murieron porque les di mucha comida, en mi defensa tenía ocho años.
—A partir de ahora va a ser mi bebé.
Lo abrace y le di un beso en su cabeza.
—Bueno vamos a seguir con los regalos— pidió Cata mientras acariciaba a mi bebé.
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Fuego || Trueno
Fanfiction"Si no juegas con fuego te morirás de frió" Prohibida la copia. ||Lenguaje Argentino||