|Capítulo 32|

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Estábamos en el auto de Valen camino al boliche, del cual no me querían decir el nombre ni donde era, supuestamente para que sea sorpresa.

Claramente no íbamos todos en este auto sino que nos dividimos. Acá vamos Cata, Lula, Teo, Santi y yo. Una de nosotras tenía que ir en la falda de los chicos y esa soy yo, que voy sentada en las piernas de Mateo. 

—No te lo dije pero, estas re linda. — susurro Teo en mi odio mientras los chicos conversaban de otras cosas.

Di vuelta la cabeza para verlo y sonreí.

—Gracias Teo. Vos estas muy fachero. — deje un beso en su cachete, y volví mí vista al frente, espectante por saber a dónde me llevaban.

Estacionaron el auto y me baje de primera, los mire confundida, ya que me parecía raro que no hubiera nadie afuera o algún auto.

—Ya vas a saber, déjate de ser tan ansiosa, loca. — dijo Santi y me reí. Se acercó a mi y paso su brazo por encima de mis hombros. —Ahora vas a cerrar los ojos y abrirlos cuando nosotros te digamos.

—¿No me van a dejar tirada por ahí? — entrecerré los ojos mirándolos y ellos negaron riendo. 

—Dale no sea boba, Isa.

—¿Isa, le cambiaste el nombre a mi amiga? — preguntó Lula y solté una carcajada.

—Noo, así le digo yo. Pero el por qué no lo vas a saber, es secreto. — hizo un gesto como si estuviera cerrando su boca con un cierre, lo cual me dio gracia.

—¿Se pueden dejar de boludear? Gracias lindos. — sonrió falsamente Valen mirando en nuestra dirección. —Ahora vamos adentro, pero cerra los ojos Brichu, dale.

Asentí aunque aún tenía un poco de miedo de que me dejaran tirada afuera. Por suerte en nuestro grupo la confianza es lo que sobra (sarcasmo), me reí para mis adentros e hice lo que pidieron. A los pocos segundos sentí como tiraban de mis brazos para que caminé. A cada lado tenía a dos personas, que una suponía por su tacto tan conocido que era Teo, y la otra una de las chicas.

— ¿No tendré que caminar mucho más con los ojos cerrados, no?

Sentí como varios se rieron mi comentario, que no iba para nada con la intención de pasar como chiste.

—No seas apurada, agradece que tenes amigos buenos que te llevan del brazo para que no termines con la jeta contra el piso. — Comento Lauta riendo. —Yo te hubiera hecho tambalear, pa reírme un rato nomas.

Tenia la intención de mostrarle mi lindo dedo pero me contuve.

—Por eso mi favorito es el Santi.

—Uh, golpe bajisimo. — se carcajeo Valen, junto a los demás.

—A mira, después no vengas. — dijo con recelo y estoy casi segura de que estaba poniendo su mejor cara de ofendido, porque para dramáticos está el Lauta.

Dejamos de hablar y me di cuenta de que no se escuchaba música ni nada, y eso es raro, en un baile que no se escuche la música altísimo, no es normal. Me distraje de mis pensamientos cuando sin querer tropecé pero las manos que me sujetaban me ayudaron a que no terminará de cara en el suelo, menos mal.

— Abrí los ojos, Isa. — susurró Teo en mi oído, lo que hizo que una pequeña corriente, esa que siempre está presente con él, me recorriera todo el cuerpo.

Le hice caso y abrí los ojos. Al mismo tiempo de eso, escuche a muchas personas gritar "feliz cumpleaños" silbando y aplaudiendo. Me quedé por uno segundos sorprendida pero luego reaccione, y una gran sonrisa se formó en mi rostro.

Fuego || TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora