《No Me Dejes》 Rubegetta

《TRES》

-Vegetta estas bien como que no sabes quién soy- era obvio que no esta bien pero no sabía que más decirle‐ soy yo tu osito favorito, Rubius.
-Rub... Rub... Rubius- dijo Vegetta con dificultad de decir mi nombre
- Si ese es mi nombre Rubius y el tuyo es Vegetta‐ dije caminando hacia el para ver si tenía calentura o algo, pero cuando estaba seca de el intento alejarce- no tengas miedo Veg yo estoy contigo y no te haré daño.

me senté junto a Vegetta en el sofá y le pregunté que si se acordaba de algo, el solo negó con la cabeza. No sabía que hacer pero pensé que lo mejor sería llevarlo al hospital de karmaland pero si me tenía miedo a mi a que no le tendrá miedo.

- Rubius- me saco de mis pensamientos la voz frágil de Vegetta.
- si que pasa Vegetta.
- yo quien soy en realidad, que tengo porque no me acuerdo de ti cuando tú si sabes quien soy yo, porque me pasa esto a mi- dijo Vegetta parándose de sofá al decir lo último
- Vegetta calma yo tampoco se porque te ha pasado esto, pero se que eres Vegetta uno de los guerreros más fuertes de toda karmaland, eres un alfa que se debe respetar,eres una de las personas más amables que conoscos, eres mi amigo- me pare del sofá para decirle esto hice que me mirada a los ojos para que entendiera que todo lo que digo es verdad.

Vegetta volteó la vista a otro sitio y se sentó vi como en sus ojos se reflejaba todo sus sentimientos el miedo que sentía al no saber nada de esto, la tristeza, la desesperación y note que se asomaba una lágrima en sus ojos violetas.

-Vegetta no llores si, aquí me tienes, a tu osito favorito‐ me puse de rodillas y le di un abrazo yo solo sentí como caían las lágrimas de sus ojos. Aún abrazandole le pregunté que si no se sentía mal o si tenía hambre pero el me negó con la cabeza.
-Rubius creo que si me duele algo- me dijo todavía abrazandome- me duele mucho la espalda.
Me separé de él aunque todavía no quería que hacer eso
- Vegetta me dejas ver tu espalda- el asintió y se dio la vuelta, se levantó la camisa que le había dado, dejándome ver la tremenda herida que tenía intenté tocarla pero al mínimo movimiento que hacía en su espalda sacaba un gruñido de dolor, no entiendo como aguantó el dolor cuando le di el abrazo.
-Rub... Rubius por favor ten cuidado que me duele.
-perdón Vegetta, pero creo que será hora de darte una ducha y ponerte una venda para esa herida.