16. Una buena amiga .

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Mamá me dio una mirada de pies a cabeza y pude ver como su rostro se torció en un gesto sarcástico

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Mamá me dio una mirada de pies a cabeza y pude ver como su rostro se torció en un gesto sarcástico. Ella tenía mi misma pinta, giró y caminó hacia uno de los asientos e hizo un gesto hacia mí para imitarla. Mi mente trataba de encontrar una excusa lo suficientemente buena como para poder zafarme de lo que sería una larga jornada de sermones e incluso de reclamos ante mi falta de responsabilidad.

—¿Qué tienes que decir? —soltó ella.

—Lo siento. —respondí.

Pasaron más minutos de los que podía haberme imaginado hasta que por fin ella soltó un suspiro.

—Debiste haberme dicho que te quedabas en la casa de Ginny.

Cuando mamá dijo eso levanté mi rostro lleno de sorpresa, ¿de dónde sacaba eso? ¿cómo...? Logré pensar durante unos segundos que quizás dios me consideraba una de sus hijas favoritas y que el karma estaba de mi lado.

—Estaba muy preocupada por ti... no llevaste tu celular, pero al menos me sirvió y logré conseguir el número de Ginny. Ella me dijo que te habías quedado en su casa... —mamá paró unos segundos mientras que yo pensaba dar un donativo a la iglesia. —Cuando me contestó dijo que habías tomado y que estabas con un poco de resaca... hija, al menos hubieras llamado y me hubiera quedado tranquila.

Yo seguía sin pode decir absolutamente nada, Ginny de verdad era mi mejor amiga al haberse arriesgado en mentirle de tal manera a mi mamá. Le había dicho que yo estaba dormida en su casa, pasaron unos diez minutos en los cuales mamá me dio todo el sermón de que ella no era nadie para juzgar respecto a lo del alcohol pero tenía la suficiente experiencia para decirme que yo era muy joven para arruinar mi vida y correr el riesgo de que me hubiera pasado algo. Preferí recibir una lección sobre el alcohol que haber recibido el mayor castigo de todos los tiempos al enfrentar el hecho que mamá se había logrado imaginar que yo había pasado la noche con alguien.

—¿Qué pasó con tu vestido? —me preguntó después.

No supe contestar pero luego se me vino a la mente.

—En la casa de Ginny... es que cuando vine estaba mareada y me caí por lo que se rompió... así que ella me prestó un buzo... que había sido de su hermano.

Mamá analizó mi historia, me tensé ante la idea de que no se tragara tantos incidentes pero al final lo hizo.

—Tienes que lavarlo para que mañana lunes se lo devuelvas.

—Claro! —temblé ante la idea, tenía que devolver el buzo a... —No te preocupes mamá.

Mi progenitora se paró del sofá para caminar a la salida que se dirigía al pasillo, se dio media vuelta.

—Dijo Ginny que la llamaras cuando llegues, quería asegurarse de que hubieras llegado temprano y todo eso... esa niña es buena amiga.

Sonreí complacientemente.

—Una buena amiga. —afirmé

Esperé unos segundos más hasta que me aseguré que mamá se hubiera metido a su cuarto para escuchar alguna de su música de los 80. Entré a mi pequeña habitación de paredes moradas, mi celular estaba sobre mi pequeño tocador; lo cogí y marqué el numero de Ginny. Me lo había aprendido de memoria hace ya unos días. Estaba nerviosa, íbamos a tener una larga charla ya que no dudaría en preguntarme sobre todo lo que había ocurrido, al mismo tiempo que tendría que disculparme por haberme desaparecido dejándola sola y sobre todo; que no me hubiera importado dejar a Charlie con una notable decepción en el rostro. Finalmente la llamada fue contestada y escuché después de casi un día, la voz tranquila de mi mejor amiga.

—Hola. —le dije.

Al otro lado de la línea hubo un silencio pero ella finalmente me respondió de la misma manera, serena.

—Dulce. —dijo lentamente. —Cuéntamelo, ¿qué pasó?

Y se lo dije. Le conté que había despertado en el apartamento de Alfonso, nos habíamos peleado y que finalmente habíamos hecho el amor. Ella escuchaba atentamente como yo me iba desahogando, especialmente en la parte cuando él se negó completamente al asegurarme de que las cosas habían cambiado entre nosotros. Lloré por el teléfono mientras le contaba a mi mejor amiga como me había sentido en esos momentos, que la pequeña burbuja que había tenido después de haberme entregado al chico que quería se había roto por esa reacción de segundos. También, después de que ella me consoló para que dejara de llorar, le agradecí de verdad que le haya mentido a mi mamá, que me perdonara y todo lo demás. Pero rápidamente un nombre a la vez que una pregunta se me vino a la cabeza.

—¿Qué pasó con Charlie? —le pregunté.

Me dijo que él se había molestado mucho a la vez que había estado demasiado dolido, incluso llegó a confesarle a Ginny que se había sentido atraído hacia mí desde la fiesta pero que claramente no se esperaba lo que había pasado con Alfonso. Él la fue a dejar a su casa diciéndole que si lograba comunicarse conmigo le avisara para que él lograra tranquilizarse, pero claramente, no iba a reclamarme a mí nada y mucho menos a Alfonso. Eso me hizo soltar unas lagrimas más, había percibido que Charlie me tiraba la onda pero solo lo había tomado como alguna clase de coqueteo. Ahora lograba comprender todo lo sucedido.

—Necesito hablar con él. —le dije a Ginny.

—Debes hacerlo, él se veía realmente dolido. —suspiró. —Pero primero tienes que solucionar las cosas con Alfonso.

Solté un bufido sarcástico.

—¿Qué cosas? —inquirí. —Él no dijo que se molestó conmigo, incluso pareció tierno... pero está bien claro que no parece querer compromiso. No sé que pensar.

Ginny soltó un gemido de angustia.

—Supongo que yo también tengo la culpa, te dije que el sexo solucionaría las cosas cuando en verdad las complicó.

Tardé unos segundos antes de contestar.

—Tú no tienes la culpa de nada. Yo soy la responsable, yo lo quise hacer... ¿pero que crees que pase?

—Dudo mucho que él se quede como si nada hubiera pasado... ¿Crees que el intente? bueno... que se te vuelva a lanzar encima.

Esa suposición me dejó helada en el acto, Ginny tenía razón, quizás Alfonso no quería alguna clase de compromiso como noviazgo o un trato especial que las demás personas pudieran notar; incluso si volviera intentar seducirme a acostarme con él tan solo por placer. Mordí mi labio inferior y me llamé mentalmente a mí misma puta... la idea de ser tocada por Alfonso era demasiado grande y perfecta como para que no me importara cuales eran sus verdaderas intenciones.

—No tengo la menor idea, pero tengo que darle el buzo... —dije con cierto desanimo.

—Dulce, si quieres yo le doy el buzo de parte tuya... así no tienes que soportarle o algo por el estilo.

Agradecí en voz baja.

Seguimos hablando unos diez minutos más acerca de nuestra supuestas suposiciones de como podían ir las cosas hasta que finalmente terminamos de hablar. Me despedí de ella después de que me hubiera ofrecido no dejarme ni un minuto sola durante todo lo que quedaba de año, si eso era posible. Suspiré. Logré sacarme el buzo para ponerme mi pijama y la metí a la lavadora, observé claramente como la ropa daba dando vueltas y vueltas.... igual que mi cabeza. Mañana sí que sería un día largo... muy largo...

•••••

Como siempre actualizando ya de madrugada 🤦🏻‍♀️ Iba a dejarlo para el Domingo por la tarde o noche, pero preferí dejarlo así de ya.

Nos leemos en el próximo capítulo...
'Día para recordar que te acostaste con un reverendo imbécil'

DULCE & ALFONSO (TRENDY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora