26. La verdad duele pero depende...

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La verdad duele pero depende de cómo la digas.


Me hallaba anonada, confundida, desorientada, sorprendida

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Me hallaba anonada, confundida, desorientada, sorprendida... pero no arrepentida.

Tenía en cuenta lo que significaba haber tenido sexo con Alfonso después de todas las cosas que había pasado, era como haberte acostado con tu peor enemigo aunque esa comparación no estaba lejos de la normal. Aún así, no me arrepentía de nada en lo absoluto. Alfonso se había mostrado por primera vez fuera de lo que parecía ser su mascara y había pedido, para sorpresa mundial si es posible, perdón.

Apenas después de aquel tierno abrazo él me había llevado a casa, nos habíamos despedido tan solo con asentimientos leves. ¿Que podíamos decir si ninguno de los dos parecía estar del todo dispuesto? del todo seguro.

Mi madre estaba durmiendo en su cuarto por lo que cruzar palabras con ella no fue necesario, ni tampoco tenía las ganas suficientes de hacerlo. Corrí a mi cuarto, ya sabía lo que tenía que hacer.

Por mas especial que hubiera sido el momento con Alfonso tenía conciencia de lo que eso perjudicaba, especialmente en mi relación con Charlie. Un nudo en el estomago se formó en pensar en él.

No podía correr más de la responsabilidad que tenía, él era mi amigo y había sido demasiado bueno conmigo, comprensivo y cariñoso... no podía pagarle mal. Yo lo quería, pero no de la forma en la que él lo hacía.

Me bañé y cambié mis ropas para borrar, al menos un poco, la evidencia que había quedado en mi cuerpo. Los chupones, justo como en la primera vez, se hallaban sobre mi piel y esta parecía encontrarse radioactiva tan solo al pensar en Alfonso.

En mi mente tenía en claro lo que le iba a decir a Charlie. No sobre lo que había pasado en los cambiadores pero sí en la forma en como me sentía respecto a nuestra relación, agradeciéndole todo el tiempo y cariño que me había brindado, pero que no era justa al estar con él sin estar verdaderamente enamorada. Sí, sonaba muy típico de película, ¿pero que más podía hacer? Si era nada más que la verdad.

Pasaron unos minutos con mis manos temblando sobre el celular pero decididamente marqué su numero y le llamé. Nuestra conversación fue breve, lo saludé y le pregunté si podía venir a mi casa tan solo por un momento, que debía hablar con él sobre algo muy urgente. Charlie accedió sin pedir muchas explicaciones, pero creo que mi propio tono de voz me estaba delatando.

Llegó a mi casa tan solo diez minutos después, estacionó su auto al frente y se acercó hacia donde yo me encontraba, esperándolo en la puerta distraída y tan perturbada como un hombre a punto de ser condenado a cadena perpetua. Me sonrió ampliamente, cariñosamente... eso fue como una daga en mi corazón. Pero no intentó besarme o abrazarme.

—Charlie yo... —vacilé pero luego me puse otra vez seria. —Tengo que decirte algo.

Él soltó un suspiro, pero no sarcástico, sino triste.

—Vine preparado para todo.

Nos quedamos callados durante unos segundos, él esperando y yo preparándome.

—Lo siento, pero creo que lo nuestro... que esto no puede continuar. Tú eres tan cariñoso, tan lindo... eres simplemente perfecto. Pero yo... yo no he sido justa contigo. Se que me vas a odiar por esto e incluso comprendo que quieras insultarme por haber seguido con el jueguito... yo... yo te quiero, sí, pero no de esta forma.

Levanté la mirada fijamente en sus ojos verdes. Esperé que explotara, que comenzara a gritarme lo inmadura que había sido... lo perra que era. Pero no hizo nada de eso. Simplemente dio una media sonrisa, como si se estuviera esperando eso. ¿o acaso lo había estado esperando?

—Gracias. —musitó. —Agradezco que hayas sido sincera conmigo.

Yo me quedé más que estática en mi propio sitio, no me esperaba eso. ¿acaso solamente estaba siendo caballeroso? cuando en realidad me merecía todos los insultos del mundo. Empezó a alejarse y yo misma me obligué a decir algo.

—Yo también quiero darte las gracias. —dije antes de que se alejara mas. —Por haber estado conmigo... dándome tu apoyo.

Me dio una ultima sonrisa, no había ni rastros de odio en su expresión, quizás desilusión o un poco de dolor, pero no odio ni resentimiento. Siguió caminando directamente a su auto para subirse, y dos segundos después, arrancar.

¡Estúpida, Dulce! ¡Estúpida, Dulce! ¡Estúpida, Dulce!

Sentí pena, tristeza por haberle hecho eso a un chico tan bueno como Charlie, pero hubiera sido peor seguir con el acto de que estaba olvidando a Alfonso cuando en realidad era todo lo contrario.

No tenía la menor idea de que iba a pasar entre Alfonso y yo, ni tampoco sabía como serían las cosas a partir de ahora con Charlie, pero al menos había dicho la verdad.

Entré de nuevo a mi casa para hallarme con la sorpresa de que mi progenitora se hallaba en el living, y por lo visto, había escuchado mi conversación. Mi muy corta conversación.

—Estoy lista para las preguntas. —dije ante su mirada.

Ella cruzó los brazos examinándome de pies a cabeza.

—Tienes mucho que decirme Dulce. Y especialmente sobre ese chico...

—¿Cual de los dos?

Mamá soltó un suspiro cansado.

—Del que estás enamorada.

•••••

Lo siento... En este capítulo hubo cambios de planes. La autora dejó para más adelante el capítulo desde el punto de vista de Alfonso. Por una parte creo que estuvo bien ya que sentí corto el cap.
Espero que lleguemos pronto a ese capítulo especial.

Gracias por leer. Nos estamos leyendo en el próximo.
🤗

DULCE & ALFONSO (TRENDY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora