18. La guerra de la venganza.

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Parte I

Some days I'm a super bitch
Up to my old tricks
But it won't last forever
Next day I'm your super girl
Out to save the world
And it keeps gettin' better
Keeps Gettin' Better — 
[Christina Aguilera]
Una sonrisa surcó mis labios cuando por fin me mi...

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Some days I'm a super bitch
Up to my old tricks
But it won't last forever
Next day I'm your super girl
Out to save the world
And it keeps gettin' better
Keeps Gettin' Better —
[Christina Aguilera]

Una sonrisa surcó mis labios cuando por fin me miré al espejo de mi tocador, prácticamente la chica que se reflejaba no era yo en ninguno de los aspectos. Ginny dio pequeños saltitos de emoción mientras que no paraba de reír; ella se había quedado a dormir en mi casa para que la mañana siguiente me pudiera ayudar a tener la imagen de chica sexy vengativa, tal como ella lo había predicho, parecía estar lista para salir en la portada de una revista. Sonreí con autosuficiencia, de vez en cuando, estar vestida como una "sexy bitch", era un tanto satisfactorio. Me hallaba con un top pegado a mi cuerpo que acentuaba mis curvas, una puti-falda lo suficientemente descarada; había dejado mi cabello rojo suelto, delineador negro resaltando mis ojos marrones, labios de un tono entre lila y rosa; todo esto perfectamente acompañado por unos zapatos negros de punta por los cuales muchas chicas matarían.

—¡Tan solo mírate! —exclamó Ginny.  —Dios, soy tan buena estilista. Pero te falta... no sé, algo.

Giré hacia ella con una ceja perfectamente depilada arqueada y mis manos sobre mis caderas.

—¿Actitud? —dije sensualmente.

Mi mejor amiga asintió complacida.

—Querida, estás lista.

Gracias al cielo que mi madre seguía dormida ya que hubiera dado el grito al cielo, incluso en su forma de ser cuando me hubiera visto vestida de esa manera. Ginny había dejado aparcado su pequeño auto escarabajo en mi casa por lo que no tuvimos la necesidad de ir caminando o tomar el bus. El viaje al instituto estuvo lleno de recomendaciones por parte de Ginny; tenía que ser cien por ciento coqueta, creerme la reina del lugar porque prácticamente me había convertido en una, no dejarme intimidar, y jugar el peligroso y reciproco juego de coquetería que cualquier chica debía saber manejar. Yo escuchaba atentamente lo que ella me recomendaba, tenía toda la razón al darme esos consejos o sino a pesar de mi apariencia, la mayoría de chicos ni chicas me prestarían la debida atención si no demostraba mi lado pesado.

Apenas puse un pie fuera del escarabajo, sentí a todos los chicos y chicas presentes girar a verme con caras de completa sorpresa, en lugar de asustarme o quedarme petrificada, lucí una amplia sonrisa que la misma Anahí podría envidiar. Cerré la puerta del copiloto y seguí caminando, me encontraría después con Ginny en la hora del almuerzo, ya que supuestamente el plan de chica sexy debía ser realizado individualmente.

Entré al edificio y tenía aproximadamente más de diez chicos los cuales ni siquiera conocía detrás mío, siguiéndome como perritos falderos. Finalmente me paré y di la vuelta de una forma que mi cabello se moviera y esbocé una sonrisa, sonreí ante como la respiración de aquellos chicos pareció cortarse.

—Hola. —dije coquetamente.

—Hola, primor. —respondieron todos.

Dos segundos después me hallaba rodeada por aquellos chicos que no dejaban de elogiar mi belleza, mis piernas, mi cuerpo. Unos no dejaban de invitarme a almorzar con ellos, mientras que otros dejaban tanto rodeo y lanzaban directo sus intenciones susurrando en cada uno de mis oídos. Todo iba bien e incluso el grupo de chicos a mi alrededor aumentaba más que nada, hasta que mis ojos divisaron en la puerta central del vestíbulo la imagen de Alfonso y Anahí entrando por la puerta. Anahí puso su cara de sorpresa pero con Alfonso fue algo tan diferente pero a la vez tan poderoso. Sus ojos verdes me miraron fijamente y pude ver como sus labios se abrieron por la sorpresa al igual que sus ojos como dos platos. Enarqué una ceja hacia su dirección y concentré mi atención en un chico de ultimo curso, la cual le permití pasar peligrosamente el brazo rozando por mi cintura. Yo mordí mis labios provocativamente.

Creí por un momento que así iba a seguir, cuando el chico de ultimo curso intentó darme un beso alguien lo giró bruscamente hacia atrás para luego plantarle un fuerte puñetazo que lo dejó seminconsciente en el suelo. Los demás chicos se apartaron instintivamente y por fin me encontré cara a cara con el agresor. Por primera vez creí ver al mismo demonio encarnado dentro del cuerpo de Alfonso. Sus ojos verdes se hallaban desorbitados y un fuego había en ellos, sus cabellos negros parecían haberse desordenado tan rápidamente y sus facciones se hallaban contraídos en un gesto de dolor lleno de irá.

Hubiera seguido perdida en ese gesto que nunca antes había visto en él cunado el chico que había caído al suelo se volvió a levantar para lanzarse contra Alfonso, ambos rodaron por el suelo y poco después comenzaron a pelearse. Los de alrededor no dejaban de gritar “pelea, pelea"; Anahí ni siquiera parecía importarle lo que pasaba con ambos, mas bien no alejaba sus ojos sobre mí con un gesto de molestia para luego salir del lugar siendo seguida por sus dos amigas.

—¡Basta! —grité —¡Paren de una vez!

Yo era la única que parecía estar interesada en que se dejaran de golpear. Dylan y Adam aparecieron empujando a los de alrededor; el primero cogió a Alfonso hacia atrás mientras que Adam siendo más robusto cogió al de ultimo año y lo empujó hacia atrás con la finalidad de separarlos.

—¿Que mierda te pasa imbécil?! —gritó el de ultimo curso.

—¡Si la vuelves a tocar hijo de puta, juro que te mato! ¡Entiendes! ¡No te atrevas a tocarla, mierda, no te atrevas! —la ira de Alfonso era palpable en el aire.

Los de alrededor comenzaron a murmurar sin apartarme los ojos de encima ni a Alfonso tampoco. De repente la multitud se volvió a abrir para dejar paso al prefecto que al ver el estado de aquel chico que se hallaba con la nariz sangrando y posiblemente rota; mientras que Alfonso lucía el labio partido y no dejaba de amenazar al otro chico en todas las malas palabras que podían existir. El prefecto indicó a Adam y Dylan que se llevaran a Alfonso y al otro chico directo a la dirección ya que tendrían una breve sesión con el director. Pensé que eso sería las indicaciones pero el prefecto se giró hacia mí, me miró de pies a cabeza con cierto desdén e hizo un movimiento con su mano indicando la dirección.

—¡Usted también Espinoza!

Los demás fueron alejados y yo no tuve mas opción que ir a la dirección ya que el prefecto me tomó del brazo para guiarme hacia la oficina. El director pareció sorprendido cuando todos entramos a la dirección repentinamente, el Sr. Morris, director de la escuela, nos miró a cada uno de pies a cabeza para luego girarse hacia el prefecto buscando explicaciones.

—Estos dos jóvenes se estaban peleando. —señaló a Alfonso y al chico para luego señalarme. —Y por lo visto esta.... "señorita", era la responsable.

Ahora sí veía el lado oscuro de la venganza; el director hizo una mueca al verme pero no pareció molestarse conmigo ya que yo era muy bien conocida por los profesores y en general por ser una chica con las mejores notas y por nunca verme envuelta en líos.

—Señorita, Dulce. —el director dijo sorprendido. —Puede retirarse... después hablaré con usted.

Me quedé parada ante las palabras del director pero asentí con la cabeza y salí de la dirección, teniendo en cuenta que los dos chicos no dejaban de mirarme con sus ojos fijos. Caminé hacia el baño de chicas y durante el camino varios chicos me comenzaron a elogiar y a lanzar cumplidos; incluso después del pequeño escandalo. Yo no sabía como sentirme, si feliz porque había visto a Alfonso morirse de los celos o sentirme completamente indiferente.

Me tocaba la clase de gimnasia, por lo que me dirigí ahí después de haber estado un rato en el baño; cuando llegué al gimnasio todos seguían con sus mismas ropas sin haberse cambiado y no había señal del entrenador. Pasé por unos chicos que estaban jugando básquetbol que me silbaron pero los ignoré, ubiqué a Ginny y me senté a su lado.

—Dios, no sabes lo que ha pasado. —le dije.

Ella negó con la cabeza.

—En realidad ya sé lo que ha pasado. La mayoría lo sabe.

Por lo visto los chismes corrían velozmente.

—¿Qué opinas? —pregunté.

Ella casi se rió ante mi pregunta.

—Duh niña. ¡Conseguiste tu venganza!

Tardé unos minutos antes de reaccionar.

—Pero...

—¡Dulce! Alfonso se lo merecía, y no debes sentirte culpable o algo por el estilo... él se lo buscó, él lo va a pagar.

—¿Debo sentirme feliz?

Movió su cabeza negativamente.

—Indiferente. ¿Por qué sentirte afectada si supuestamente no eres nada para él y él nada para ti?

Ginny tenía razón, la venganza había resultado y Alfonso se lo merecía. ¿Pero, porque me sentía así?

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—¡Chisme!

Giré sobresaltada cuando escuché a Ginny sentarse a mi lado en la hora de almuerzo. Parecía estar a punto de estallar en la emoción.

—¿Qué pasa? —pregunté alarmada.

—Alfonso y el otro tipo fueron castigados a limpiar el instituto durante el resto de semana. No te preocupes, por que no quedaste mal para nada... el director solo dijo que había sido una pelea entre dos muchachos y punto.

Por primera vez me sentí complacida.

—Genial. —sonreí.

—Pero eso no es lo mejor. Anahí está a punto de explotar ya que, bueno tú sabes como es ella... me han dicho que en la clase de mate ella como siempre se la hizo de grande pero uno de los chicos le dijo que tú eras más guapa que ella. La muy estúpida explotó.

Reí. Hace tanto tiempo que quería darle una buena patada en el culo a esa maldita.

—Y ahora viene lo mejor...

Nada parecía ir mejor que esto.

—El prefecto a estado anunciando en el curso de Nancy que un nuevo chico iba a llegar mañana.

Bufé sarcásticamente.

—¿Y debería ser eso genial? ¿Acaso el tipo es Robbert Pattinson?

Ginny rodó los ojos.

—En realidad... es el hermano de nuestro ahora peor enemigo.

Casi me atraganto con el agua.

—Un momento....

—Síp, Dulce. —me interrumpió mi mejor amiga. —Charlie Herrera será prácticamente, nuestro nuevo compañero de clases. Esto se está poniendo mejor... ¡oh sí! mucho mejor.


•••••
¿Como vieron la reacción de Alfonso?
A la vez siento que se lo merece pero… No sé, no sé… Creo que aquí tiene que haber una explicación con lo que le hizo Alfonso a Dulce. Es que sus actitudes hacen creer que Dulce sí le interesa, pero...

Vale, mejor nos leemos en el siguiente capítulo. ¡Gracias por leer!

DULCE & ALFONSO (TRENDY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora