22. El admirador secreto.

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La mañana era fría pero no lo suficiente para ponerme de mal humor o de un aspecto triste. Aún en mi mente daba vueltas respecto al tema de la familia Herrera, todas las cosas que había pasado tanto Charlie como Alfonso me habían dejado realmente pensando. No pude evitar retomar ciertos capítulos de mi infancia, aún podía recordar a la perfección esa noche en que mi padre se fue de casa después de haber peleado con mamá, a diferencia de las películas él ni siquiera se había molestado en despedirse de mí o dirigirme una mirada, simplemente había salido fuera de casa dando un portazo para nunca más volver. En esa etapa donde mamá y yo nos habíamos quedado solas, ella había empezado a tomar descontroladamente y comenzó a dejar su antiguo papel de madre cariñosa o esposa ejemplar. Y yo, me fui aislando en mi propio mundo como si estuviera sola, sin padres y sin amigos.

Ginny me había ido a recoger a mi casa, caminamos al instituto conversando de cualquier tema sin atrevernos a tocar a Alfonso o incluso a Charlie. Era exclusivamente una charla de chicas donde ningún tema relacionado a chicos se estaba discutiendo, quizás era un buen momento de alejarnos de nuestros propios melodramas. Llegamos al instituto después de unos minutos, ambiente callado ya que era temprano y nos dispusimos a sentarnos en las bancas de afuera.

—Raro. —comentó Ginny. —No veo a Charlie.

Levanté los hombros en un gesto de desconocimiento.

—Creo que va a venir más tarde.

Seguimos nuestras charlas sin decir nada más. Por alguna razón no tenía ganas ni intenciones de verme relacionada con ninguno de los hermanos Herrera, incluso cuando uno de ellos era mi novio. Supongo que había amanecido demasiado extraña. Al primer toque de timbre entramos al edificio, ambas teníamos la misma clase por lo que fuimos primero al casillero de Ginny y luego fuimos a donde se encontraba el mío. Aunque en este nos topamos con una gran sorpresa. Justo cuando abrí mi casillero pude ver como un papel se caía, casi llevado por el viento, directamente a la mayólica del pasillo. Mi mejor amiga y yo intercambiamos una mirada, ¿qué tal si se trataba de una trampa? Por un momento tuve una reacción de los Ángeles de Charlie, okey... justo tenía que coincidir el nombre.

Me agaché para coger lo que parecía ser una simple anotación en hoja de cuaderno. Comencé a leer, tan solo lentamente lo que decía.

Toda el ansia loca nace el ardor
del corazón a la boca.
donde crea el fuego.
en tu vientre.
tu mirada cómplice.
al vértice de tu ansia.
tras el calor
que de mi piel asoma
a ese tu ansiado cuerpo que
me llama.

Era un poema de, ¿amor? No. Era más como un poema de deseo y todo eso. Cualquier chica hubiera comenzado a saltar de alegría con su mejor amiga diciendo que un chico estaba enamorado de ella, muy enamorado, para que le enviara poemas románticos. Quedé en estado de shock, sin parpadear con los ojos muy abiertos y la boca entreabierta reprimiendo un sonido de sorpresa. Ginny pareció alarmarse entre mi gesto.

—¡Oh dios! ¡Qué pasa!? Un momento. —Ginny se paró en seco. —Robbert Pattinson se murió ¡Oh my! no no... no puedo ser ¡dios mio!

Ante lo que podría ser considerado la ocurrencia y tontería más grande de mi mejor amiga le dirigí una mirada de pocos amigos, levantó los hombros pero aun así parecía que lo que había dicho, había sido demasiado serio para ella. Sin decir una sola palabra le entregué la hoja de papel a Ginny, lo leyó rápidamente, casi en microsegundos antes de que retornara sus ojos sobre los míos.

—Muy bien, esto es mas dramático que la muerte de Robbert Pattinson. —susurró. —¿De quién es?

Ambas habíamos tomado una postura de seriedad.

—No lo se.

Un microsegundo después Ginny comenzó a saltar de alegría, como si se tratara de un conejo saltarín con pilas. La miré con una ceja arqueada, tremenda mejor amiga que me había conseguido.

—¿Qué se supone que haces? —pregunté.

Ella me tomó de las manos mientras saltaba a mi alrededor como una niña pequeña.

—Cambia esa cara, chica. Tienes un... un ¡admirador secreto!

No es que no me haya dado cuenta sobre que fuera un poema y que no estuviera firmado, lo había visto miles de veces en películas y todo eso, ¿pero que me pasará a mí? En lo complicado era mi vida.

—Se me hace raro. —confesé.

—¡RARO! ¡debes estar alegre! Puede que sea Charlie... sabía que el tipo era romántico. Aunque bueno... este poema no es exactamente romántico. —paró para seguir hablando. —Un poco porno pero cool.

—¿Charlie?

Hubiera seguido mi serie de preguntas sino hubiera sentido que alguien me tapaba los ojos de la nada. Eran demasiadas cosas que me sucedían considerando mi estado de animo un poco sombrío.

—¿Me llamabas? —escuché a alguien susurrar.

Giré soltándome de las manos para encontrarme con unos apacibles ojos verdes que me miraban fijamente, sonreí, por razones extrañas toda esa pesadez sombría se había esfumado por completo.

—No exactamente.

—Wau Charlie, si que te pasaste... —dijo entre risas Ginny.

Mi novio nos miró a las dos extrañado.

—¿De que hablan?

—¿Me enviaste este poema?

Él cogió entre sus manos el papel y lo leyó igualmente de rápido. Sonrió, casi burlándose de lo que estaba escrito en el papel.

—No. —rió. —Se que tengo pinta de romántico pero no para enviarte poemas... además, ya somos novios.

Ginny se puso adelante mío, ella parecía estar más enojada que yo, aunque yo no lo estaba en lo absoluto, sino demasiado extrañada.

—¡NO hables así de la poesía! ¡Es un arte!

Tuve la sensación de que algo estaba mal... si no era Charlie, ¿quien podría ser?

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Holaaa... Ayer no pude dejarles un capítulo, pero aquí me tienen con esta actualización.
¿Quién será ese admirador?
😱

DULCE & ALFONSO (TRENDY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora