12. Alcohol bailable.

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El club Spring era demasiado elegante, ni siquiera era lo que yo me había estado imaginando en realidad

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El club Spring era demasiado elegante, ni siquiera era lo que yo me había estado imaginando en realidad. Una gran piscina al centro y parecía haber sido alquilado exclusivamente para la fiesta de Charlie, uno de los mozos nos guio y nos dio la bienvenida. Por lo visto la fiesta ya había comenzado hace un buen rato, había un montón de personas que lucían ropas de diseñador y que hablaban entre si como salía en las películas.

No pude evitar pensar en el hecho que Alfonso podía encontrarse tan cerca, incluso podía estar viéndome en ese momento y no había pensando en la mínima probabilidad de que piense que me había colado en esa fiesta con la finalidad de verle. No podía resistir esa vergüenza o esa humillación, simplemente no sería capaz de enfrentarlo.

—¿Estás bien? —dijo Ginny preocupada.

—Sí. —contesté. —¿Donde estará Charlie?

Apenas lo dije nuestro amigo salió de un grupo grande de chicos y chicas para dirigirse a nosotros con una sonrisa en el rostro, lucía unos pantalones y una camisa que lo hacían ver como un modelo o incluso un ángel.

—¡Creí que no iban a venir! —exclamó riendo, nos saludó a cada una de nosotras para luego girarse hacia mí. —Te estaba esperando para bailar.

—Vayan a bailar chicos. —nos alentó Ginny sonriendo pícaramente. —Yo voy a dar una vuelta por la zona del buffet.

Mi amiga rápidamente desapareció y no me quedó de otra que dirigirme a la pista de baile donde casi todos estaban bailando alegremente, muchas chicas reían pero ninguna estaba ebria, aún. Bailé al menos unas tres canciones con Charlie mientras hablábamos de cualquier cosa que nos venía a la mente y lograba hablarme de algunos invitados de la fiesta, quería preguntar sobre el paradero de Alfonso pero no quería ser demasiado obvia.

Al terminar la ultima canción ambos nos dirigimos hacia donde estaba Ginny, por lo visto estaba pasándola demasiado bien probando los apetecibles bocadillos sobre la mesa.

—¿Que tal? —nos dijo sonriente. —Oh Charlie esto sabe genial...

Mi amigo rió: —Claro que sí.

Intercambié una mirada entre mis dos amigos y agaché mi mirada para luego sonreír.

—Ginny que tal si vas a bailar con Charlie mientras que yo tomo un poco de refresco.

—¡CLaro! —mi amiga dejó la comida.

Charlie al principio no pareció muy convencido con el cambio de pareja pero luego accedió mientras cogía de la mano a mi amiga para irse a bailar. Pude ver que conforme avanzaba la fiesta todos se estaban animando más de lo normal, por lo visto el alcohol ya había empezado a correr.

Un mozo pasó por mi lado con una bandeja de vasos de alcohol, le pedí uno y lo fui tomando con delicadez ya que en sí el alcohol no me gustaba mucho, pero cuando menos me di cuenta ya había tomado como siete vasos de piña colada. Nadie parecía darse cuenta, ni siquiera yo, que poco a poco me estaba emborrachando con los vasos que paseaba el mozo para los invitados.

Mi cabeza empezaba a dar vueltas ligeramente pero aún así pude notar que mi cuerpo parecía querer bailar y en sí yo ya estaba demasiado animada. Todos parecían estar igual que yo. De repente sentí como alguien ponía una mano sobre mi hombro y se acercaban unos labios para susurrarme algo en el oído.

—Dulce. —dijo una voz, mi subconsciente me decía que era de alguien conocido pero no podía recordar de quien. —¿Quieres bailar?

Dejé sobre la mesa la copa de piña colada y asentí con la cabeza, estaba mareada pero tenía unas ganas incontrolables de bailar. Esa persona me cogió de la mano y me guio hacia el centro de la pista, la canción se había hecho más movida por lo que empecé a bailar con mi pareja; mis ojos no podían distinguir bien su rostro ya que las luces y la oscuridad de la zona techada del club asemejaban el ambiente con la de una discoteca.

Solo podía percatarme que esa persona pasaba su mano sobre mi cintura posesivamente y pegaba mi cuerpo contra el suyo; yo lo dejaba e incluso lo seguía. Me gustaba la sensación que me causaba ya que el tacto de esa persona tenía como choques eléctricos en mi piel, no sabría decir si era gracias al alcohol o por la persona. Ahora mi cabeza ya estaba demasiado mareada y lo único que parecía controlar mi cuerpo era la música y esa persona.

Involuntariamente giré hacia un lado de la pista donde solo dos personas permanecían parados mirándome fijamente. Una era Ginny, me miraba con preocupación y angustia mientras que el otro era Charlie, cuyo rostro era similar a uno lleno de dolor. Lo ultimo que recuerdo era que a pesar de ver las facciones de mis amigos, no me importó.

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Me moví y al final me di una vuelta, estaba en un lugar suave y cómodo; abrí mis ojos lentamente para encontrarme sobre una cama. Me alarmé levantándome del puro susto, toqué mi cuerpo imaginándome lo peor pero seguía con el vestido de la fiesta y solamente parecía estar desordenada ya que recién me había levantado de dormir. Un dolor de cabeza hizo que me llevara una mano a la frente, no podía recordar casi nada más después de ver las facciones de Charlie y Ginny mirándome fijamente, sorprendidos e incluso decepcionados.

De repente, como si fuera una especie de película las imágenes comenzaron a llegar a mi cabeza. Me veía a mí seguir bailando como si nada, luego recordaba como la persona con la que bailaba iba pegándome a su cuerpo y no dejaba de tocarme y yo de tocarlo a él. Finalmente recuerdo que nos habíamos ido a un lugar aparte de donde estaban bailando y nos empezábamos a besar apasionadamente, no pude evitar maldecir cuando recordé que yo misma le había pedido a ese hombre que me hiciera... el amor.

El ultimo recuerdo era que ese mismo chico besaba mis labios suavemente y recorría mi cuello y mi pecho; pero que se detuvo para luego susurrarme en el oído de una forma adolorida pero decidida: —Esta noche no... esta no...

Hubiera seguido pensando en lo de anoche si no hubiera sentido a alguien al frente mío mirándome y el olor a cigarrillo. Levanté mis ojos y casi me caigo de espaldas al encontrarme con unos ojos verdes que me miraban fríamente.

—Vaya. —sonrió indiferente. —Ya te despertaste.

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Un poco tarde pero aquí les dejo otro capítulo. Trataré de publicar dos más por la noche, nos estamos leyendo y gracias por leer.  😊

DULCE & ALFONSO (TRENDY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora