Madrid. Hora cero
Y el día llegó. Andrés y Palermo están esperando las órdenes del Profesor y Lisboa, que van en una furgoneta con un equipo de radio.
Los dirigibles empiezan a sobrevolar Madrid, soltando parte de nuestro dinero, el puñetero plan Chernobyl, es verdad que el plan era precioso, y me encantaría verlo como lo está viendo Marsella, en plena calle, pero estoy con mi familia, encerrada en un hangar y esperando órdenes.
—Montauk.—me llama mi hermano. Ambos nos miramos, no nos vamos a quedar solos, vamos a luchar juntos, porque siempre hemos estado juntos. —¿Juntos?
—Juntos.—Dani asiente y levanta el puño izquierdo, hago lo mismo y cargo mi arma. Llevo ya el traje militar, sin el parche de la brigada a la que pertenezco. Estamos esperando las órdenes de Lisboa y el Profesor.
Palermo parece muy unido a Andrés, casi como Denver y yo, parecen hermano, por sus comportamientos. Andrés me contó que Martín siempre estuvo ahí, con él, organizando todo el golpe del Banco de España. Ambos llevan el traje de camuflaje y a Berlín le queda tan bien...como el de policía, como su papel de autoridad competente.
—¡Montauk!—me llama Nairobi. Corro hacia ella y me tiende un cuchillo, no más grande que la palma de mi mano.
Enarco una ceja y ella levanta la barbilla, señalando a Berlín, que sigue a lo suyo. Bogotá no le quita la vista de encima a Nairobi. Le gusta, se le nota demasiado, pero Nairobi no está para tonterías de enamorada.
Me doy la vuelta, Estocolmo está sentada, muy alejada de mi hermano. Hace tres noches discutieron y aún no se han reconciliado. Mi hermano está más tocapelotas de lo habitual, que ya es decir.
Mi hermano se acerca a ella, se agacha y segundos después se pone en pie, se miran, discuten y ella se da la vuelta, mi hermano la persigue. Berlín se acerca a mí y sujeta mi mano. Durante esa discusión, Andrés y yo nos posicionamos, yo defendí a mi cuñada, él a mi hermano. Y acabamos gritándonos, pero nos acabamos dando la razón.
—Atención.—anuncia el Profesor al fin. Berlín corre a por la radio y Estocolmo se coloca delante de la caja llena de parches, de donde sacaría nuestro pelotón.—Sois el primer pelotón de la sexta compañía de la BRIPAC.
—Señores, somos el primer pelotón de la sexta compañía de la BRIPAC.—anuncia Berlín con solemnidad.
—Tenemos dieciseis minutos y cuarenta y cinco minutos.—anuncia Palermo.
Todos empezamos a trabajar, colocando todo lo que necesitamos en los camiones, colocando las etiquetas en estos y todo a contrarreloj. En la parte de atrás de uno de estos anfibios íbamos mi hermano, Berlín, Estocolmo y yo. Lo más parecido a una reunión familiar que tendríamos nunca.
—Odio las reuniones familiares.—comienza a decir Berlín. Mónica y mi hermano ponen los ojos en blanco, Berlín no les cae demasiado bien. —¿Vais a solucionar ya vuestro problema? Lo digo porque entrar en un atraco habiendo discutido pasa factura.
—¿Desde cuando te importa tanto nuestro matrimonio?—interviene Mónica con enfado.
—Desde que puede afectar al mío, señorita Gaztambide.
—Estocolmo.—corrige con el ceño fruncido Mónica. Mi hermano y yo nos miramos de reojo, los dos tenemos que parar esto, ambos lo sabemos pero tampoco decimos nada. —Y nuestros problemas no van a afectar a tu matrimonio perfecto, Berlín.
Andrés va a responder, pero coloco mi mano sobre su rodilla y se muerde el puño. No quiero más problemas con mi hermano y mi cuñada.
Tres noches antes de la hora cero
![](https://img.wattpad.com/cover/197460612-288-k569258.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Montauk | LA CASA DE PAPEL
FanfictionMontauk fue condenada injustamente a siete años de cárcel por algo que ella no hizo que, junto a su padre y su hermano, se une a uno de los atraco más grande de la historia junto a otros miembros. Berlín asume el papel de cabecilla, Moscú es el exp...