Odio

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—Mi nombre es Ae Intouch. ¿Cuál es tu nombre, niño? 

Pete miró por primera vez al chico bajo delante de él, se trataba de su nuevo vecino; Ae Intouch, hijo del señor Intouch, como lo conocía Pete. 

Ladeo la cabeza sin comprender lo que había dicho Ae. ¿Lo había llamado niño? ¿De verdad se atrevía a decirle así, tomando en cuenta que tenían la misma edad y que prácticamente Pete era más alto que él? 

Ambos niños con tan solo 7 años, se miraban retadoramente, como si esperaran que el otro cediera ante sus pies. Podían ser pequeños, pero el haber crecido en un ambiente adinerado, siendo hijos únicos y tratados como si fueran los únicos existentes e importantes en el mundo no ayudaba a que los niños no se comportarán de manera engreída, sobre todo el pequeño Ae, que gracias a la recién perdida de su madre y el poco interés que su padre le había mostrado en esos momentos de crisis, había adoptado una actitud prepotente y un tanto narcisista hacia los demás. 

Pete podía ser engreído, mandón y malhumorado, pero jamás se comportaba de esa manera con quienes eran sus iguales, al menos no hasta la llegada de Intouch. 

—Te he preguntado algo, contestame. Sabes hablar ¿no? 

Frunció su ceño al volver a escucharlo. Se levantó de la banqueta en la que había estado esperando a su mejor amigo, Tin, para quedar frente a frente con el menor que vivía al lado.

—¿Qué es lo que te pasa? ¿Acaso no tienes modales?

Al notar la poca estatura que le sacaba Pete, Ae se intimido, sin embargo, intentó no demostrarlo, parándose de puntillas para ver directamente a los ojos del chico castaño con piel pálida frente a él. 

—Claro que los tengo, por eso se que cuando alguien te pregunta algo debes de contestar. 

—¿Y si no quiero que? 

—Te golpeó. —amenazó, sin apartar su mirada.

Pete abrió sus ojos ante sus palabras. ¿Qué le pasaba? Ni siquiera lo conocía y ya lo estaba amenazando, ¿por no decirle su nombre?

Camino un paso más, para quedar más cerca del niño. 

—Tu nunca me pondrás una mano encima, enano. —empujo levemente su pecho, para que Ae se parara bien. 

Ae indignado, lo miro peor, cerrando sus pequeños puños, conteniendo su ira. 

Su padre siempre le decía que la violencia no era la solución a nada, pero a pesar de ello, se la pasaba amenazando a todos los que no querían hacerle caso o no hacían lo que él quería, por lo que usualmente cedían al instante. 

No había crecido en un ambiente donde le enseñaran que las personas no podían ser tratadas como objetos, debido a que su madre le decía todo el tiempo que él tenía que estar sobre los demás, que él mandaba y que si alguien se resistía tenía que hacerlo entender, que si quería algo simplemente lo tomara, lo poseyera y nadie tenía el derecho de decirle que no, pensamientos y acciones que su padre intentaba borrar de la personalidad de Ae.

Lamentablemente Ae nunca lo escuchaba, su madre constantemente le repetía ; "Tu padre no es más que un marica que no tiene derecho sobre ti, hacer lo que él te diga nunca te llevara a nada."

De ahí, que su relación con los años solo fuera más distante y que su padre le tomará un cariño muy especial a Pete, por lo distinto que este era.

"Será difícil de amaestrar" —pensó, como si se tratara de un animal o uno de sus sirvientes.

Sonrió con malicia y siguió con su plan, quería comprobar que tanto aguante podía tener Pete para hacer que lo obedeciera. 

Inesperadamente Enamorados ❥ Ae & Pete COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora