|Once|

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Tras dos días en observación finalmente Yoongi comenzó a despertar y a mostrar indicios de recuperación, las transfusiones de sangre más el descanso le habían ayudado bastante

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Tras dos días en observación finalmente Yoongi comenzó a despertar y a mostrar indicios de recuperación, las transfusiones de sangre más el descanso le habían ayudado bastante.

Y todo marchaba bien para el comandante hasta que su vista viajó hacía la puerta donde se encontró con un chico un poco desarreglado y con una suave sonrisa dibujada en su rostro.

—¿Kwan? ¿Qué hace aquí? —preguntó Yoongi sin ganas de acomodarse en la camilla para verle mejor.

—Velando por ti. —contestó mientras se acercaba a Yoongi. —Jamas me perdonaría si algo te sucediera.

Cuando Kwan estuvo cerca de Yoongi colocó su mano sobre su cabeza revolviendo suavemente su cabello para luego descender llegando a su mejilla, estaba calientes y sonrojada. Se enorgulleció tanto de haber conseguido aquella reacción por parte del menor que se sintió con toda la libertada del mundo para mover su mano y acariciar los rosados labios de Yoongi.

—D-Detengase. —balbuceó Yoongi incómodo por la situación.

—Ya conocí a quien dice ser tú alfa. —murmuró Kwan acercándose peligrosamente a los labios de Yoongi.

—¿De...de qué esta hablando? Yo no tengo ni-

Yoongi abrió sus ojos en grande cuando sus labios y los de su superior se unieron en un cálido beso, mientras que él alfa movía lentamente sus labios Yoongi no podía hacerlo porque estaba completamente sorprendido. El omega cerró con fuerza sus ojos y llevó sus manos hacía los hombros del alfa intentando inútilmente apartarlo de él, esta de más decir que fracaso en ello.

Cuando finalmente el beso terminó Yoongi estaba hecho un manojo de nervios con un fuerte sonrojo, Kwan no había sido el único alfa en enterarse del secreto de Yoongi pero ninguno se había atrevido a hacerle algo como así. No sabía como contestar o si ponerse a la defensiva por aquella falta de respeto, pero de algo estaba muy seguro, no sedería ante las insinuaciones de ningún alfa.

—Yoongi, escucha —habló Kwan. —, desde el día en que te conocí sentí una fuerte atracción hacía ti, y cuando me enteré de que eras un omega supe que era mi momento para conquistarte. ¿Acaso no notabas que eras al único a quien ayudaba en tus primeros días como policía?

Yoongi observó al alfa en silencio y este siguió hablando sobre cuanto lo amaba y apreciaba, que todas las noches deseaba tenerlo entre sus brazos y amanecer juntos a él todos los días, que daría lo que fuera por que estuviesen juntos y que Yoongi llevara a sus cachorros.

—Dime, ¿En realidad tienes un alfa? —preguntó Kwan tomando a Yoongi del mentón.

—Creo que eso ya se lo había dejado en claro, Comandante.

Yoongi se tenso cuando escuchó aquella voz, ¿Qué diablos hacía Jung ahí?

—Además, este no es el lugar ni el momento para hablar sobre eso. El comandante Min debe descansar para una mejor recuperación.

Kwan se apartó de Yoongi irritado por la interrupción de Hoseok, si ya le tenía cierto odio ahora lo quería enterrar vivo o arrestarlo de una vez por todas, al diablo los derechos de Hoseok y los protocolos, se estaba metiendo con él y con su omega.

—¿Qué hace él aquí? —susurró Yoongi.

Kwan ignoró la pregunta de Yoongi y se concentró únicamente en el alfa que traía consigo un pequeño oso de peluche y unos tulipanes rojos.

—Puede que tenga razón pero, ¿Usted no debería de estar con su prometido en lugar de traerle regalos a Min?

—Esos son asuntos que no le incumben, la enfermera dijo que solo debe de estar uno en la habitación y es mi turno.

Yoongi tembló cuando escuchó a Hoseok, no quería quedarse solo con él. Pero, no pudo hacer nada cuando entró una enfermera a repetir lo mismo que había dicho Hoseok sin darle tiempo al omega siquiera de reclamar.

Kwan se marchó de la habitación hecho una fiera, sería mejor que nadie se le acercara o terminaría en un cementerio.

—Por favor, vallase. —pidió Yoongi cuando Hoseok dejó las cosas sobre su barriga.

—Aún no escucha mi versión comandante.

Yoongi intentaba hacer odios sordos pero el aroma a tabaco y menta de Hoseok lo tenían demasiado mal. Su lobo estaba aullando de felicidad a comparación de cuando Kwan lo besó, en ese momento solo sintió un revoltijo de emociones y en ninguna de ellas estaba la emoción o alegría. Le causaba pánico pensar que estaba destinado a querer a un sujeto cuyo nombre conocía únicamente por acusaciones fuertes y desagradables, ¿Cómo podrían amarse?

—Lucas lo estaba matando, sus compañeros parecían no querer hacer nada por salvarlo. —dijo Hoseok. —Me debe la vida.

—No le debo nada. —contestó de manera tosca Yoongi.

Hoseok no solía ser insistente con las personas pero al parecer con Yoongi descubriría cosas nuevas de sí mismo.

—¿Por qué me odia, Comandante?

—¿Por qué no se entrega a la justicia?

—Porque no depende solo de mí, mi padre en este momento debe de estar furioso. —contestó Hoseok de manera sincera observando como Yoongi por fin le dirigía la mirada. —Uno de mis trabajadores aún no llega de un viaje y si no llega o perdió la mercancía yo seré quien pague.

Yoongi estaba anotando todo lo que escuchaba en su libreta mental, ¿Mercancia? ¿Viaje?, ¿Acaso Hoseok estaba dispuesto a ayudarle con la investigación?. No, por supuesto que no. Sin embargo, Yoongi decidió permanecer en silencio e ir guardando todo lo que Hoseok le fuese diciendo poco a poco.

Pero, no estaba del todo atento a las palabras del alfa su lobo se movía de un lado a otro suplicando solo por una caricia del alfa, quería que aquella sensación de los labios de Kwan fuese remplazada por los de Hoseok, quería sentir sus manos recorrer su piel, sus labios unirse con los suyos, quería que Hoseok lo hiciera suyo justo en ese momento.

—Mmmh, ¿Comandante? —preguntó Hoseok cuando comenzó a escuchar pequeños quejidos por parte de Yoongi.

—A-Alfa...Hoseok...

Y con aquellas simples palabras Hoseok salió corriendo de la habitación llamando rápidamente a las enfermeras, no era la primera vez que veía a un omega en celo pero si era su primera vez escapando de uno. Algo dentro de él le susurraba muy suavemente ir con él omega y callar sus lloriqueos con besos pero, en ese momento su racionalidad le ayudó a mantenerse al margen y no cometer ningún desfiguro dentro del hospital.

Por otra parte, los gritos del omega suplicando por un alfa en específico eran sumamente audibles en todo el hospital por lo cual, cuando las enfermeras llegaron no solamente le dieron los supresores, también lo sedaron para que no despertara en un buen rato o al menos hasta que el celo desapareciera.

 ❝𝚃𝚑𝚎 𝙿𝚘𝚕𝚒𝚌𝚎𝚖𝚊𝚗 & 𝚃𝚑𝚎 𝙲𝚛𝚒𝚖𝚒𝚗𝚊𝚕❞ ➻ 𝙷𝚘𝚙𝚎𝚐𝚊 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora