|Veintitrés|

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—¿Por qué aún sigues aquí? —indagó el oficial Jeon mientras bebía un poco de café que había conseguido de una de las maquinas que se hallaban en el hospital

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—¿Por qué aún sigues aquí? —indagó el oficial Jeon mientras bebía un poco de café que había conseguido de una de las maquinas que se hallaban en el hospital. —Se supone que deberías de estar en el juicio.

—No puedo irme hasta saber que a despertado. Me siento terrible, soy patético. —respondió Jimin con molestia hacia su persona. —Jamás me perdonaría si algo le pasa.

—No creí que fura a afectarte tanto su situación. —dijo mientras acercaba por los hombros hacía su pecho al omega. —Además, lo que sucedió no fue tú culpa.

Jimin apretó la mandíbula con malestar ante las palabras de Jeon, no podía decir nada, no podía explicar porqué realmente la culpa lo carcomía por dentro dejándolo solo en un tormento de horrible remordimiento.

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—Jung Hoseok, ¿Jurá decir toda la verdad y solamente la verdad?

—Lo juró. —respondió en escasos segundos luego de oir la pregunta.

—De acuerdo, ¿Usted se ha dedicado al lavado de dinero desde el año 2016?

Hoseok suspiró con pesadez luego de guiar su mirada hacía una de las personas presentes en juicio, sentía como todo su mundo se derribaba y no importaba cuantos millones le haya prometido su padre a cambio de no declarar nada, eso no compensaría el tiempo que pasaría alejado de su futuro cachorro.

Sin hacer esperar más respondió:

—Sí, el dinero se me era transferido por medio de cuentas en el extranjero. La mayoría era de dinero destinado para los servicios públicos, como; seguridad, salud, entre otros.

—Entonces, ¿Se declara culpable del lavado de más de 136 mil millones de dólares?

—Así es.

El comandante Kwan miró hacía su derecha encontrándose con la mirada aparentemente serena de uno de sus oficiales, sabía que este hacía todo lo posible por no perder el conocimiento ante cualquier sentimiento fuerte, pero sus manos temblaban y podía jurar que había pequeñas gotas de sudor aperlando la frente del Comandante Min.

La actitud testaruda del comandante Min  le obligó a aceptar que éste se presetara en el juicio sin importar su estado de salud aún delicado, y claro que Kwan dijo que no, pero cuando menos se lo esperó Yoongi ya se había levantado de la camilla, y aunque tropezaba algunas veces, eso no le impidió comenzar a cambiarse para acompañarlo. Las enfermeras le habían dicho que podían sedarlo para que no hiciera esfuerzos o se conmocionará, pero Kwan sabía que aunque el cuerpo de Yoongi estuviera tranquilo, su mente y su lobo no lo estarían.

 ❝𝚃𝚑𝚎 𝙿𝚘𝚕𝚒𝚌𝚎𝚖𝚊𝚗 & 𝚃𝚑𝚎 𝙲𝚛𝚒𝚖𝚒𝚗𝚊𝚕❞ ➻ 𝙷𝚘𝚙𝚎𝚐𝚊 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora