|Quince|

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El oficial Jeon hacía todo lo posible por concentrarse en teclear de forma correcta cada palabra en su ordenador y no distraerse con la cercana llegada de su celo

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El oficial Jeon hacía todo lo posible por concentrarse en teclear de forma correcta cada palabra en su ordenador y no distraerse con la cercana llegada de su celo. Debía de terminar con el informe que le pidió uno de sus compañeros para que fuesen registrados los delitos que que tuvieron que enfrentar en el último mes, afortunadamente encontró un robo que le hizo gracia y al mismo tiempo ternura ayudándole a despejar su mente; un pato que había robado una dona para llevárselo a un gato callejero el cual tenía la pata fractura.

—Luego la pagó con un pedazo de papel. —murmuró Jungkook luego de soltar una sonrisa. —Cosas de patos.

Afortunadamente, y luego de una hora más de trabajo, logró terminar con el informe a tiempo para enviárselo a su compañero. Se estiró sobre la silla de su escritorio antes de caminar hacía la cama y esperar a que las cosas pasarán.

Jimin no podía ir a visitarlo pues se encontraba ocupado con la investigación junto a Yoongi y Namjoon, así que Jeon debería de arreglárselas para no destruir toda su casa o al menos, no hasta que Jimin llegara. Al menor tendría como inspiración aquel día, hace tres semanas, cuando reclamó a Jimin como su pareja dejándole una marca entre el cuello y cerca de la clavícula, se sentía orgulloso de haberlo hecho pero sobre todo, se hallaba feliz por habérsela hecho a la persona que más ama y que difícilmente podría cambiar por alguien más. No, ¿En que pensaba?, Jimin es perfecto, tiene un gran corazón de oro, odiaba los enfrentamientos armados pues no le gusta lastimar a las personas, tiene unos ojos hermosos que bien podrían ser llamados el espejo de su alma porque en ellos se reflejaba toda la bondad, honestidad, amor y la fuerza que tenía en ser, ¿Físico?, no, Jungkook no se fijó en algo que no sera para siempre.

Suspiró con los ojos cerrados y una suave sonrisa en sus labios al pensar en su omega y fue ahí cuando su celo se activo, comenzó a imaginarse muchas cosas con Jimin y comenzó a frustrarse al no tenerlo junto a él en esos momentos. Su respiración se volvió irregular y su aroma lleno de feromonas comenzó a llenar la habitación, cerró los ojos unos momentos hasta que algo, o más bien, alguien lo saco de sus pensamientos y le comenzó a causar un serio problema de auto-control.

—¿Quieres una mano, Kookie?

—¿Cómo demonios entraste aquí? —gruñó Jungkook levantándose de la cama con dificultad mientras que luchaba con todas sus fuerzas por no empotrar a Taehyung contra la pared y besarlo hasta dejar a ambos sin aliento, no podía hacerlo, no podía traicionar a Jimin por uno de sus estúpidos impulsos.

—Siempre debes de cerrar las ventanas. —contestó Taehyung con una sonrisa seductora en su rostro que estuvo a punto de acabar con el poco control que poseía el alfa sobre sí mismo.

—Sal de mi casa, si estuviera en servicio te arrestaría por invasión a la propiedad privada.

—O podrías colocarme las esposas y hacer algo más divertido. —sugirió el omega acercándose más al alfa hasta dejarlo acorralado en la pared. A pesar de que existiera una diferencia entre estaturas, esta no era demasiada entre ambos así que la cercanía del omega comenzó a llevar a Jungkook a su límite. El omega paso ligeramente las yemas de sus dedos sobre los labios del alfa y eso fue más que suficiente para que en cuestión de segundos ambos ya se hallaran sobre la cama deborandose mutuamente.

 ❝𝚃𝚑𝚎 𝙿𝚘𝚕𝚒𝚌𝚎𝚖𝚊𝚗 & 𝚃𝚑𝚎 𝙲𝚛𝚒𝚖𝚒𝚗𝚊𝚕❞ ➻ 𝙷𝚘𝚙𝚎𝚐𝚊 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora