CAPÍTULO 19 - TODO PARECE FÁCIL

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Valentina's POV

—Creo que lo logramos. —digo abriendo la cajuela de mi auto en el Bosque de Pinos, para que ellos busquen sus motos.

—¿Te han dicho que eres un ángel? —dice Delgado saliendo del estrecho lugar. —Aún no tengo ni puta idea de cómo entramos tres personas en ese maldito baúl.

—Concuerdo. —Juliana se estira al salir, lleva mucho tiempo en espacios cerrados. —Hoy Luciano perderá un testículo.

Delgado y Juliana chocan los cinco, mientras se ríe, tal vez son buenos amigos.

—Entonces... ¿Me van a contar cómo escaparon de la policía? —sugiero curiosa. Ellos vuelven a reír.

—Verás, esta flor de campo creía que iba a ganar. Iluso. —empieza a contar Juliana, con su perfecto tono grave. —Entonces comenzó la carrera, pero ya me había dado cuenta de que me estabas llamando. El punto es que Delgado estuvo detrás de mí como una sanguijuela toda la carrera, entonces aceleramos mucho y llegamos a la meta con demasiada ventaja de los demás, casi en seis minutos. Obviamente, yo gané y él se enojó...

—Yo gané. No cuentas bien la historia, Valdés. —Interrumpe delgado. —Crucé la meta primero y ella estaba celebrando y llevándose el dinero olímpicamente, entonces fui a reclamarle, pero en eso escucho al marica de Luciano diciendo lo de la policía, y de repente los dos salen a toda mierda con las motos dentro del bosque. Yo los seguí porque quería mi dinero, entonces llegamos a... Cómo se llama eso...

—Una zanja, con muchas hojas, perfecto para esconder las motos, pero estaba muy cerca a un barranco y los dos idiotas, Luciano y este, se cayeron. —sigue contando Juliana.

Comenzamos a caminar dentro del bosque para buscar las motos, mientras ella sigue hablando.

—Y todo el tiempo que pude haber estado corriendo hacia el pueblo, lo gasté ayudándolos a salir de un hueco. Cuando salieron, escuchamos a la policía, entonces corrimos un poco, pero nos dimos cuenta de que las patrullas nos rodeaban. Entonces nos lanzamos a unos arbustos para que nadie nos viera, caí mal, por eso me rasguñé toda... Luego apareciste tú, y en fin...

Llegamos a la zanja donde dijeron que las habían dejado y, en efecto, ahí estaban las tres motos.

—¿Qué tal si la metemos al hoyo? —dice Juliana, tomando una moto roja que dice "LZ" en casi todas partes.

—Sí, es más fácil que metérsela en el culo. —entonces de un tirón, Delgado mueve la moto de Luciano algunos pasos, luego la sostiene entre sus brazos, me sorprende lo fuerte que es, y la deja delicadamente dentro del hoyo, sin un rasguño, pero en el hoyo.

Vuelven a chocar los cinco.

—Vamos.

Se montan a sus motos. La negra de Juliana, que me parece bastante genial, y una muy lujosa de Delgado.

Cuando volvemos al pueblo, Delgado se despide de Juliana diciéndole cosas al oído. Quizá ya se va a Chicago.

—Entonces, ¿quieres ir a tomar café? ¿Caminar un poco? ¿Visitar a mis amigos en la comisaría? Tengo mucha energía hoy, Valentina Carvajal. —sonríe la morena.

Paramos en el costado de una autopista. Ella está sobre su moto, mientras yo dentro del auto.

—Sabes que tenemos escuela como en diez minutos, ¿cierto?

Ella refunfuña. Me desperté muy temprano hoy para alcanzar a llevarlos al Bosque de Pinos e ir a la escuela.

—Soy un asco, llevo con la misma ropa toda la semana. —dice ella mostrando su camisa. Me río.

PROHIBIDO (ADAPTACIÓN) - JULIANTINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora