CAPÍTULO 71 - ENEMIGO

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Juliana's POV

—¿Me va a chantajear? —le pregunto.

—Realmente crees que soy el enemigo imbécil de todo esto que ustedes hacen. —responde sin demasiado apuro, calando nuevamente de ese cigarrillo grisáceo.

No respondo nada, miro hacia la ventana. Independientemente de lo que este hombre me diga, ahora siento que nada puede ser demasiado malo.

—¿Entonces qué...?

—¿Crees que te voy a pedir que te alejes y dejes a Valentina? No ganaría nada con eso, así no funciona la gente. Ella seguiría con sus delirios de adolescentes enamorada y si no intenta largarse contigo, entonces incluso puede conseguir a alguien peor.

Lo dice todo con total seguridad de sí mismo.

—Ya, entonces no soy lo peor que podría conseguir su hija. —suspiro.

—Lo único que quería era evitar el escándalo público. —su mandíbula se tensa. — Y ya lo arruinaron todo. Sabes que ella tenía un gran futuro, ¿cierto?

Ruedo lo ojos, dejo de mirarlo.

—Algún día iba a suceder, señor Carvajal. —le robo un cigarrillo. —Conmigo o cualquier otra mujer, Valentina no iba a estar en el closet toda la vida.

Él mismo me acerca el zippo para encender el cigarrillo.

—¿Es tan difícil tener secretos? Ustedes pueden ser muy felices haciendo sus... cosas de lesbianas sin que nadie se entere, ni siquiera importa, sólo debían evitar la calumnia. Ella iba a ejercer la política, lo hará... No entiendo por qué intentan hacerse la vida más difícil. —bota la colilla, enciende otro.

—El mundo está cambiando, señor alcalde.

—El mundo está cambiando precisamente, aún vivimos en el proceso.

—Joder... ¿Por qué no acepta que tiene un serio problema de homofobia? — respondo cansada. — Le propongo algo más fácil, lleve a Valentina a estudiar su preciada carrera de leyes donde se le dé la gana, y odie, odie con toda su alma nuestra relación y a todos los gays del país y del mundo, pero no se meta con algo que no entiende, simplemente sea un padre y déjenos en paz

Él suelta una de esas risas detestables.

—¿Y tú sabes lo que es un padre? —se burla.

Siento infinitas ganas de ahorcarlo, si no recordara que es el padre de mi novia.

—Váyase a la mierda. —lanzo el cigarrillo por la ventana. Lo detesto. —En todo caso, ¿qué quiere?

—Permite que mi hija tenga un futuro. —espeta.

—Yo no le estoy impidiendo nada a ella. —argumento.

—Siendo homosexuales no llegarán a nada.

Inmediatamente se me viene a la cabeza The Planet en Los Ángeles, el lugar más gay y socioeconómicamente alto imaginable.

—Usted no sabe nada.

—Sé lo suficiente. —habla él. —Valentina, y sobre todo tú, son egoístas.

Tengo un serio dolor de cabeza y muchísimas ganas de terminar la conversación, así que tomo aire para decir lo siguiente de una sola exhalación.

—Jamás vas a entender lo difícil que fue dejar a las únicas personas que amaba porque no me aceptaban como soy. —aprieto los dientes. — ¿Acaso tienes el descaro de llamarme egoísta? ¿Crees que tuve elección? Nadie jamás te ha impedido algo que para ti es irresistible, jamás vas a entender las noches que lloraba y me odiaba a mí misma. Yo sólo pedía mi libertad y tú te atreves a decirme que no pensaba en nadie más cuando decidí irme, cuando nadie pensó en mí, nunca.

PROHIBIDO (ADAPTACIÓN) - JULIANTINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora