PROHIBIDO (ADAPTACIÓN) - JULIANTINA

CAPÍTULO 41 - ESCANDALOS

Valentina's POV

Me despierto sin Juls a mi lado. Qué desgraciada. Igual tenía que cambiarse de ropa para ir a la escuela.

Me froto un poco los ojos y veo a Manuel mirando entre los cajones de mi habitación. Me asusto.

— ¿Qué haces? — uso un tono borde.

— Busco el reloj que dejé aquí tirado anteayer. — responde amablemente.

— No puedes entrar como si nada a mi cuarto. — hablo irritada.

Él deja de buscar, parece un poco molesto por mi tono, se gira y me mira fijamente. La escena en la que estoy es lamentable, desnuda en la cama con un bulto de ropa a mi derecha, recién follada, en resumen.

— Voy a la escuela en auto. ¿Quieres que te espere?

— No, aún debo vestirme, me demoro mucho. — respondo secamente.

— Te puedo esperar.

— Ya, Manuel, yo llevo mi auto.

Él se acomoda el pelo como siempre que está nervioso, decisivo o enojado.

— Valentina...

— Vete.

Es verdad que no debo hablarle como si fuera un cubo de basura, pero lo único que ahora deseo es que acepte que le haya terminado sin decir ni una sola palabra.

Entonces me mira y luego pasa sus ojos demasiados segundos por el bulto de ropa, específicamente por el pantalón que Juliana me prestó y estuve usando ayer todo el día.

Sale de mi habitación enojado y da un golpe a la puerta fuertísimo. Nunca habíamos peleado así, no tengo ni idea qué hacer en esta situación.

Me levanto y coloco una prenda rápidamente. Salgo de la habitación para ir a desayunar. Probablemente hoy llegue tarde a la escuela, pero de camino al comedor mi abuelo me detiene.

— Valentina, tu novio acaba de ir a la escuela con... tu novia, en el auto.

Es la oración más extraña que haya oído jamás. Lo miro preocupada.

— ¡¿Qué?! ¿Por qué?

— Bueno, no sé, quisiera que me explicaras, hija. Yo estoy de tu lado, pero si alguien más la hubiera visto o no te cubres ese chupón que tienes en el cuello, vas a estar en problemas. — responder señalando mi nuca.

Me miro al espejo más cercano. Mierda, son varios chupones. Maldita seas, Juliana.

— Ya estoy en problemas. ¿En serio no sabes por qué subió al auto de Manuel?

Mi abuelo niega con la cabeza, entonces se me va el hambre. Voy a mi cuarto y me coloco ropa rápidamente. Voy en mi auto a la escuela, pero cuando llego todo parece en orden. Juliana en clase hablando con Luciano, Manuel caminando campantemente por los pasillos cual hijo del director.

Me relajo hasta que llega la hora del almuerzo, y Manuel no se sienta a mi lado, cosa que no sucede desde la prehistoria.

Entonces noto unos repentinos aires de odio que Manuel me envía, cuando hablo con Esme y Michel, para disimular lo raro que se siente comer sola.

Me mira mal. El que se hacía llamar mi novio hace un día y medio. Los rumores empiezan a surgir solo una hora después del extraño ambiente en la cafetería.

En clase, una chica me pregunta si pasa algo con Manuel y yo le respondo una oración que personalmente marca una línea fundamental en mi vida: «Hemos terminado». A la chica se le cae la mandíbula y a todas sus amigas a la vez.