PROHIBIDO (ADAPTACIÓN) - JULIANTINA

CAPÍTULO 47 - DESCONTROL

Juliana's POV

—Estás metida en un puto lío, Juliana. — Michel se retira de mis brazos y me mira a los ojos. —No me digas que tú y Val...— afirmo sin dejarlo terminar.

Se levanta, da algunas vueltas por la habitación hasta que de la nada, tan repentino como mi llanto, se echa a reír a carcajadas, y no para hasta que le duele el estómago.

—Soy un idiota. — murmura aun calmando la risa. —Era tan obvio. Vamos, ustedes deben creer que soy medio imbécil.

Lo miro por un rato sin entender.

—¿No te importa que sea...?

—Me parece una putada que te hayas metido con Valentina Carvajal. — ríe. No puedo evitar sentirme aliviada. —Estás metida en un problema, pero Juliana, no soy un come mierda, me alegro por ti y todo... —vuelve a reír. —Y me tratabas como si fuera un galán que no se controla, joder. Tú le quitaste la novia de toda la vida a Manuel, eres como mi ídolo ahora.

—No me hagas recordar eso.

—En todo caso, ahora debes tener cuidado. — Advierte y vuelve a revisar su celular como si nada.

—¿Por la familia de Valentina?

—No... Bueno, también eso, pero no puedes dejar que papá se entere. —Michel se acomoda con seriedad en el sofá. —Aún eres menor de edad, y hay estas mierdas de fundaciones universitarias donde te pueden meter a la fuerza, y luego, aunque ya seas mayor, para salir de ahí hay que pagar como cinco mil dólares, es peor que un convento. Papá me amenazó una vez con meterme a eso... Ten cuidado.

Me quedo con una expresión de sorpresa bastante grande.

Un rato después, papá vuelve con comida. Me siento muy nerviosa toda la cena. ¿Realmente papá me haría eso? Básicamente meterme a una prisión, bueno tomando en cuenta que el cree que ser gay es un delito.

Esa misma tarde, después de ir al trabajo y volver muy rápido, decido dormir más temprano que nunca, pero entonces el timbre de la puerta suena.

Papá hace el movimiento para levantarse y abrir, pero de un salto voy hasta la puerta. Si es Valentina, tendré que echarla o algo así.

Abro, y me encuentro con un repartidor común y corriente con una caja enorme y súper elegante.

—¿Juliana Valdés? —pregunta el tipo. —Que lo disfrute.

Me da el paquete y se va en un microbús blanco. Me quedo un rato mirando la caja averiguando que significa esto. Cierro la puerta y camino hacia el segundo piso.

—¿Qué es eso? —pregunta papá.

En ese momento, encuentro una pequeña notita saliente firmada con dos letras "VC", me pongo muy nerviosa.

—Nada. —me apresuro a contestar. —Es sólo una cosa de Luciano. —miento, papá ríe.

—Te han enviado un regalo romántico.

Salgo corriendo a mi habitación, entro y antes de cerrar la puerta, Michel entra y me quita el paquete. Se tira a la cama como si fuera suya.

—¿Qué haces? —grito en voz baja, como niña pequeña. Cierro la puerta.

—Esmeralda me envió uno de estos una vez. ¡Ábrelo!

Subo a la cama y coloco el paquete entre mi hermano y yo. Busco algún lugar por donde destaparlo, hasta que Michel me explica que tiene una tapa imantada. La abro y en el interior encuentro varias tarjetas sobre un papel oro rosa.