PROHIBIDO (ADAPTACIÓN) - JULIANTINA

CAPÍTULO 37 - EL VERBO VIVIR

Juliana's POV

Escribo en la primera hoja de un libro con mi letra desordenada, pero accidentalmente fina.

«Primer invierno a tu lado. Suena romántico, ¿cierto? Hace dos años, cuando aún no conocía las 28 formas de conjugar el verbo vivir, ni leía bien, ni te conocía, conseguí este libro... Es detestable, pero peligroso para personas que duermen a horas adecuadas, y te lo regalo, porque quiero que compartamos otra forma de insomnio. JV»

Lanzo el ejemplar a la ventana de su casa, con cuidado de que nadie me vea, y me voy de ahí inmediatamente en mi moto, no hay que ganarse detenciones absurdas.

Han pasado 29 días desde que me declaré a ella, 31 desde nuestro primer beso. Qué miedo me dan las cifras exactas. Aún no conozco su habitación, por muy raro que parezca, y la ubicación de la ventana tuve que averiguarla.

Ya es diciembre, el frío es más crudo en mi siempre congelado pueblo, uso muchos abrigos. En todas las esquinas suena música navideña. Cada vez es más peligroso conducir mi moto con tanto hielo, pero fuera de esto, siento que va a ser un gran mes.

Cuando vuelvo a casa, mi celular suena. Es ella.

Valentina: Primer invierno a tu lado... Me despierto con el sonido de un objeto extraño entrando en mi ventana.

Sonrío inconscientemente.

Yo: Verás, mi amor, soy creativa, no romántica.

Ella ríe un poco.

Valentina: ¿Puedo ir a tu casa? Tengo un rato libre antes de que me empiecen a asfixiar con cosas navideñas.

Yo: Me gustaría ir a la tuya.

Valentina: Juls... Es que están los padres de Manuel y...

Yo: Sí, está bien. Te espero, mejor.

La interrumpo con tono aburrido, luego cuelgo.

Me tiro al sofá de cuero en mi casa y comienzo a pensar, actividad que últimamente me fascina.

Pienso en este último mes, ha sido grandioso, porque Valentina y yo hemos vivido del libertinaje "Besos en la esquina, sexo en la cocina", como dice esa canción, pero no puedo evitar sentirme mal. Hace más de dos semanas, Delgado se fue de WeiBull y no me había dado cuenta de cuan terrible puede ser lidiar con las interminables dudas sola.

El día que mi amigo gigante se fue, mientras él empacaba su última maleta, recibí una llamada de Valentina, me dijo que estaba enamorada de mí y fue tierno... Pero luego me confesó que había intentado terminar con Manuel y sintió mucho miedo, que cada vez que le insinuaba algo sobre acabar la relación, podía llegar a escuchar la voz de su padre mandándola a la calle. Y la comprendí, quiero decir, no es la única que a veces se siente al borde de la locura... No terminó con él, y no se lo reproché, pero desde entonces no ha vuelto ni a intentarlo, y yo sigo aquí, esperando que deje a su novio para no sentirme como una puta. O que al menos, me invite a su casa...

En ese momento, Delgado me dio un abrazo y me dijo al oído "Lo que es para ti, será para ti siempre", y no fue un puto consejo, simplemente me comprendió, eso, en casi todos los casos, vale mil veces más, porque es bueno que te recuerden que no estás demente, pero luego, literalmente cinco minutos después, Delgado se largó a Chicago, donde está su vida de verdad.