moments;

06;

“Cola with the burnt-out taste
I'm the one you tell your fears to,
There'll never be enough of us”

Lorde - Buzzcut Season.
 
***
Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible.

Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.

No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta del mundo: el hilo se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá.

Su dueño es el destino.

***

 
— ¿Qué significan los hilos de colores? —preguntó Rachel después de estar varios minutos en silencio.

Ambos se encontraban en la habitación de Gar, ella tirada en su cama boca abajo con las piernas estiradas hacía arriba y su cabeza apoyada sobre sus manos mientras lo miraba fijamente. Gar se encontraba de espaldas a ella encarando a la pared anteriormente vacía de su habitación, ahora en ella había un tablero enorme el cuál se encontraba completamente lleno de fotografías de gente relacionada con Blackfire, ya fueran gente que la había ayudado en el caos que estaba creando en la ciudad o gente que había sido víctima de la alienígena, había palabras escritas de manera desordenada e incluso dibujos bien parecidos de las imágenes que faltaban, incluso había un dibujo de su padre en su forma demoníaca, todo conectado por diferentes hilos. 

— Son las diferentes fases de la investigación.—explicó él mirándola por encima del hombro— Por ejemplo, el verde es resuelto, el amarillo es por determinar y el morado es...—su voz acabó por apagarse durante unos segundos mientras miraba el hilo morado que se encontraba en la cama junto a ella, sus mejillas adquirieron un tono rosado y por fin acabó por decir—bonito.

Las comisuras de los labios de Rachel se inclinaron hacia arriba e intentó ocultar el amago de su sonrisa detrás de un carraspeo. 

— ¿Qué quiere decir el rojo?

— Sin resolver.

— Solo hay rojo en el tablero.—replicó ella mientras observaba detenidamente como todas las fotografías se conectaban entre ellas a través del hilo rojo, a excepción de algún hilo morado que adornaba el tablero.

— Sí, ya lo sé, gracias.—contestó él de manera sarcástica, no obstante desenfadada, mientras la miraba por encima del hombro.

Un silencio volvió a caer en la habitación. Gar se giró para seguir observando el tablero y Rachel se dedicó a cojer el montón de hilos rojos que había cortados en la cama, al igual que había hilos del resto de colores, y empezó a juguetear con uno de ellos, enredando sus dedos entre el hilo mientras su rostro adoptaba una mueca.

— Dick, ¿te ha castigado por lo que ha pasado en el ayuntamiento?—preguntó Rachel, su voz era casi un susurro como si la culpabilidad no le dejase decir las palabras.

— ¿Te refieres a tirar de la alarma de incendios para evacuar?—respondió Gar diciendo explícitamente el incidente que había ocurrido aquella tarde en el ayuntamiento, cosa que ella había parecido evitar— Si, cada puto día de esta semana; me encargo de hacer la comida durante toda la semana, además de limpiar la cocina. Todo para mí solito.—su tono no denotaba enfado, si no más bien despreocupación y diversión, como si de verdad no le importara — Pero no importa, estábamos cerca de algo.