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"We were too close to the stars
I never knew somebody like you.

Falling just as hard
I'd rather lose somebody
than use somebody.

Maybe it's a blessing in disguise
(I sold my soul for you)
I see my reflection in your eyes;"

The Neighbourhood - Reflections

***

Y se miraron. 

Solo se miraron durante un segundo o dos, o tal vez durante toda una vida; entonces se inclinaron juntando sus frentes con un suspiro.

Después se estaban besando, los labios de Gar se encontraban sobre los de ella. Sus labios eran suaves y temblorosos, pero se apoyaban sobre los suyos con firmeza. Las manos de Rachel estaban en sus hombros como si no quisiera soltarlo, ya que así era, no quería.

Si era sincera, Rachel ni recordaba cómo habían acabado así. 

Recordaba de manera efímera aquella broma y aquellas risas en el suelo de la habitación del cambia forma, que pasó a ser un roce suave de manos sobre manos y terminó con el mando de la consola de Gar en el suelo abandonado junto al libro que ella había estado leyendo, si era sincera ni siquiera recordaba qué libro estaba leyendo, pero tampoco le importaba ya que lo siguiente que recordaba eran sus labios y una bruma de sentimientos escondidos, que solo había sentido de manera tenue. Era como si aquel beso hubiese abierto de par en par una puerta de sentimientos.

Besarlo era como el estribillo de aquella canción de “The Neighbourhood” que era tan pegadiza y se calaba en lo más profundo de sus entrañas y su cabeza, dejando marcas por todo su cuerpo. 

Besarlo era como estar cerca de las estrellas y poderlas rozar con la punta de su lengua y sentir su sabor bajar por su garganta entremezclada con la saliva, siendo una sensación nueva y excitante, una sensación que literalmente la dejaba sin aliento.

De repente las manos de Gar estaban en su cara y ella le quería más cerca, así que envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Su nueva cercanía le produjo una sensación de frío y calor al mismo tiempo, como sudor frío mezclado con el fuego y la gasolina, una sensación que tenía la palabra adrenalina redactada por todos los lados. 

Lo que empezó como un beso suave se volvió desordenado y un tanto desesperado. Sus dientes se chocaban si se acercaban demasiado y a veces sin querer sus labios rozaban la piel que estaba alrededor de la boca, pero siempre que se separaban volvían a por más. 

Al separarse vio su reflejo en sus ojos color avellana; entre aquella nube de adrenalina y estrellas, podía verse a ella misma. 

Por alguna razón eso le encantó.

Se quedaron mirando solo por unos instantes, Rachel dudó si al igual que ella, Gar también estaba observando su reflejo en aquella niebla que había en su mirada o si más bien estaba memorizando dicha niebla que cubría sus ojos, parecía tremendamente concentrado en su mirada. 

Sus respiraciones estaban agitadas, Rachel sentía las emociones de Gar burbujear contra su piel y las emociones de ella como si tuviesen vida propia empujaban contra las de él con fuerza, abrumándola. 

El rostro de él estaba con cubierto de una fina capa de sudor y el de ella estaba rojo, lo notaba quemar por dentro de sus mejillas, con suavidad dejó caer su frente sobre su nariz para que así no pudiese ver su cara en llamas.

—Gar—escucharon que una voz llamaba desde fuera de la habitación, se trataba de Dawn.— Dick dice que si podrías buscar es-… Dios mío.

Lo siguiente que escucharon fue una pequeña carpeta caer contra el suelo y después sintieron la mirada atónita de Dawn ante su posición abrazada. La sorpresa poco a poco fue desapareciendo la sorpresa del rostro de la mujer y pasó a ser cierta diversión. 

— Lo siento.—se disculpó la superheroína conocida como Paloma, pero en su tono no había ni culpabilidad ni disculpa, tan solo diversión.— No pretendía interrumpir.

Ambos se separaron de golpe para después levantarse del suelo y situarse a varios pies de distancia como si se hubiesen quemado, miraron a la rubia que tenían ante ellos con expresiones mortificadas, sus rostros sonrojados y sus ojos abiertos de par en par. No se atrevían ni a mirarse entre ellos.

—¡No!—gritó Rachel totalmente agitada.— ¡No estás interrumpiendo nada!

—Exacto.—secundó el chico.— Esto definitivamente no es lo que parece.

— Intentadlo de nuevo.— dijo Dawn intentando controlar la carcajada que quería escapar de sus labios ante el nerviosismo de los dos adolescentes.— Porque creo que es lo que parece.— dicho aquello se fue riendo dejando la carpeta olvidada en el suelo y a los dos solos. — Kory amará esto.—añadió la mujer con mofa desde el pasillo.

— ¡No!—gritaron ambos a la vez mientras se miraban horrorizados y con los rostros enrojecidos por la vergüenza.— ¡Dawn espera!

¿Debería hacer segunda parte?🥺

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