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"Oh, you can't hear me cry
See my dreams all die.

From where you standing
On your own
It's so quiet here and I feel so cold
This house no longerFeels like home."

Ben Cocks - So Cold

***

No os voy a mentir preparaos para sufrir un poco haha, pero también debo decir que dentro de lo que cabe es bonito.

***

Nadie la recordaba, aquella era la maldición de la gente que se lanzaba de cabeza al vacío. Cualquier persona que fuese tragada por aquel agujero negro su existencia quedaba borrada para siempre de la faz de la Tierra. Ella lo sabía, sabía a lo que se arriesgaba y sabía lo que iba a ocurrir, pero aún y así lo hizo ya que era la única manera de destruirlo, tenía que hacerlo desde dentro.

Aunque si era sincera, cuando se lanzó de cabeza aquel agujero negro y tenebroso, nunca se imaginó que podría salir de él, pensaba que aquel era su final y si era sincera no le hubiese importado, ya que había estado en aquella Tierra, había amado y luchado, se había equivocado mil veces, pero al mismo tiempo había acertado mil veces más. A penas tenía los dieciséis años pero sabía que había vivido mucho más que mucha gente que había pisado la Tierra antes que ella. Por eso no le importaba morir, más si después de morir la olvidaban porque así no heriría a nadie. Se iba en paz.

No obstante, sobrevivió y consiguió salir de aquel vacío. Volvió a casa, pero aquello no se sentía como su hogar. Su familia, la gente a la que quería no la recordaba y además habían salido adelante.

Los Titanes parecían un equipo estable, parecían más felices sin ella, cosa que confirmó su mayor temor: ella era un error cósmico que no debería siquiera existir. Todo el dolor que había sufrido su familia era por su mera existencia y su falta fue lo mejor que les podía haber pasado.

Cuando escapó del vacío después de lo que parecían ser varios meses allí metida, había sentido una gran alegría, pensó que podría volver a casa y que tal vez, ellos la habían echado tanto de menos como ella a ellos, pero nada más llegar lo que vio le hizo ver que la realidad distaba de aquello.

Allí estaba Gar, en la entrada de la Torre, junto a Rose. Rose lo cogía por las solapas de la sudadera y lo estaba besando. Él no parecía reciprocar el beso, no obstante, tenía los ojos cerrados, como si no le importara recibirlo. Y Rachel en aquel preciso instante pudo sentir cómo su corazón se hundía como si fuera una roca.

Aquello le dejó clara una cosa, si Gar, la única persona que siempre había estado a su lado apoyándola y defendiéndola poniendo su bienestar por delante del de él mismo desde la primera vez que la conoció, podía seguir adelante, los otros Titanes lo habrían hecho sin ninguna duda.

Y ahora, allí se encontraba dos horas después. Sentada en el banco de la plaza que había a penas dos calles más abajo de la Torre, sola y llorando sin parar. La imagen de Rose y Gar tatuada en su mente, las risas de los Titanes en la Torre en sus oídos. Su corazón roto a pedazos. Por primera vez en mucho tiempo, estaba sola de verdad.

Las lágrimas no dejaban de caer, sollozos escapaban de lo más profundo de su garganta y por mucho que intentase mantenerlos dentro de su cuerpo, estos lograban escapar. Intentó respirar profundamente, pero cada bocanada de aire que daba le ardía en lo más profundo de sus pulmones.

—Hey.—dijo una voz detrás de ella. No necesitó girar la cabeza para saber quién era, justamente tenía que ser Gar. En un movimiento rápido se secó los ojos y se giró para dibujar una pequeña sonrisa.

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