moments;

19;

"I can't help but love you

Even though I try not to

I can't help but want you

I know that I'd die without you."

Ruelle - War of Hearts

***

Él se encontraba dando patadas a aquel muñeco que simulaba un oponente, lo hacía de manera distraída como si lo estuviese haciendo para pasar el rato. Rachel se lo quedó mirando durante bastante rato sin decir nada, en el marco de la puerta, disfrutando de su buen parecido rostro. Tenía el ceño levemente fruncido, al igual que sus labios, se veía que estaba concentrado y ella no pudo evitar pensar lo mucho que le gustaba su cara cuando adquiría aquella expresión, parecía tan concentrado y lo único que quería era distraerlo de cualquier manera posible, una de las muchas maneras en las que pensaba distraerlo era plantarle un beso, aquel pensamiento visitaba muchas veces su mente. Aquel pensamiento hizo latir su corazón de sobremanera, como siempre ocurría.

Ya habían pasado varios días desde el incidente en el gimnasio y poco a poco, se sentía menos extraña en la Torre, como si el recuerdo de que ella pertenecía ahí estuviera empezando revivir en el edificio; claro que igualmente aquel viejo sentimiento de costumbre no podía vencer al sentimiento de dolor, sin embargo durante aquellos días Rachel optó por apartarlo y centrarse en otras cosas, como por ejemplo estar con Dick quien la había aceptado y creído, aquello le hizo sentir bien, hizo las cosas mucho más fáciles, además la situación con 

— ¿Te molesta, si me uno?—preguntó finalmente, después de observarlo durante

Gar se giró sobresaltado ante su voz, se la quedó mirando durante unos segundos de arriba a abajo y asintió distraídamente, no obstante no le dijo nada más y siguió dándole patadas al muñeco. Arrastrando los pies por el suelo, ella se acercó al mismo muñeco y empezó a imitar sus movimientos de manera monótona mientras lo miraba de reojo. Vio que él también la estaba mirando y aquella despreocupada sonrisa que tanto conocía volvió a aparecer en sus labios, provocando que ella apartase la mirada y se siguiese centrando en el falso oponente.

— Así que, ¿ahora vuelvo a existir?—bromeó mientras se dejaba caer contra el muñeco justo en frente de ella. 

La chica de cabellos morados se lo quedó mirando durante unos segundos y notó como sus mejillas adquirían el color rojo ante su sonrisa divertida y su mirada burlona. Allí estaba, inclinado hacía atrás sobre el muñeco, apoyando su espalda sobre este mientras la miraba fijamente, sus ojos sin ser tan visibles como a ella le gustaría por los mechones de pelo que se le quedaban pegados a la frente. Lo observó fijamente y al final dejó escapar una pequeña risa.

— Siempre has existido—le respondió mientras se cruzaba de brazos.—pero también lo hace la chica que parece pegada a ti por la cadera. 

— ¿Celosa?—replicó mientras enarcaba una de sus cejas. A pesar de que su respuesta iba teñida de un tono coqueto, por el brillo de su mirada y el rubor que aparecía en sus mejillas, que estaba estaba empezando a ponerse nervioso.

— Ya te gustaría.—respondió ella intentando usar el mismo tono juguetón que él había usado, no obstante, su voz se quebró al final.

— Pues sí.—le confesó de repente.— No tengo ni idea de por qué, pero me encantaría.

Aquella confesión le hizo ponerse roja y apartó la mirada, no obstante, su sonrisa seguía intacta.