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"It's so sweet, 

knowing that you love me

Though we don't need to say it to each other, 

sweet

Knowing that I love you, 

and running my fingers through your hair

It's so sweet"

Cigarettes After Sex - Sweet

*** 

Era una noche de mediados de febrero, a pesar de vivir en California hacía frío pero ninguno de ellos lo notó debido a la adrenalina. Todos se encontraban fuera de un almacén abandonado, el cual se encontraba en el puerto de la ciudad, siguiéndole la pista a unos atracadores que habían asaltado en plena noche el Banco de San Francisco.

El plan era simple, todos se encontraban en grupos de tres personas rodeando las diferentes entradas del edificio para así atacar en emboscada y pillar desprevenidos a los atacantes que a regañadientes los habían sacado de la cama.

En la parte de atrás del viejo edificio, frente a la puerta trasera de este, se encontraban Jason, Rachel y Gar sellando el perímetro para después entrar, al igual que estarían haciendo el resto de miembros del equipo.

El heroe apodado Chico Bestia vislumbró encima de la puerta trasera una cámara de seguridad, parecía ser la única en todo el perímetro, si los veían a través de la cámara los atracadores antes de entrar adiós al factor sorpresa y adiós al plan. Debían destruirla antes de ser vistos.

Sin pensárselo dos veces se giró hacía Rachel, la chica ya se encontraba mirándolo con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios rosados, y antes de decir nada, como si su novia ya le estuviera leyendo la mente, la oscuridad emanó de una de sus manos y fue directa hacia la cámara, destruyéndola por completo y haciéndola inservible. Todo esto sin apartar su mirada de la de él y sin borrar aquella sonrisa sabionda y traviesa que tanto le gustaba, con aquella expresión en su rostro le estaba diciendo claramente que sabía lo que le iba a decir. Gar no pudo evitar quedarse fascinado ante esto, y tampoco buscó ocultar aquella admiración y fascinación que su corazón estaba sintiendo por su chica ya que su rostro mostraba cada una de aquellas emociones de manera transparente.

— Dios, eres increíble, te quiero.—suspiró antes de derribar la puerta de una patada para entrar corriendo al edificio, sin pensar en las palabras que le había dicho a la chica de cabellos morados, sin pensar que era la primera vez que le había dicho aquellas palabras a Rachel.

Por su parte la medio demonio se quedó pegada por completo al suelo, procesando las palabras de Gar, su rostro empezó a enrojecer de manera rápida parecía que toda la sangre de su cuerpo se estaba concentrando en su cara.

A su vez, sintió un pequeño pinchazo de frustración al pensar en aquellas dos palabras que Gar había lanzado al aire, aquel idiota que tenía por novio siempre hacía lo mismo, en lugar de pensar las cosas que hacía o decía, simplemente actuaba y normalmente cuando hacía aquello cambiaba por completo su relación.

Había sucedido la primera vez que se habían besado, fue apenas un pico, un beso rápido y casto, que el chico le plantó en la sala de ordenadores mientras investigaban en conjunto con Donna y Rose. Estaban hablando sobre un sujeto al que debían seguirle la pista y ella sin pensar hizo un comentario, a partir de ahí Gar conectó todas las piezas en su cabeza y antes de salir corriendo a decirle a Dick, le plantó un beso en los labios sin cuestionárselo mientras murmuraba lo lista que era. Después se fue corriendo, inconsciente de lo que había hecho hasta un par de minutos después.

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