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Camisetas;

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Decir que Dick Grayson era observador era el eufemismo del siglo. El primer compañero de Batman había sido entrenado por Bruce y Alfred, para ser Robin, desde el inicio de su adolescencia. Era dotado en combate, pero además aquella posición incluía que era observador e inteligente, entrenado para callar y observar su entorno, incluso cuando hablaba la cabeza de Grayson siempre iba a más de mil kilómetros por hora. Siempre alerta de su entorno, siempre analizando la situación y las personas que lo rodeaban. Por aquella razón cuando dejó de trabajar con Wayne pasó a ser inspector, porque sus habilidades eran perfectas para el trabajo.

En pocas palabras, Dick Grayson era un detective nato que parecía ser sacado de una novela policíaca.  

Por aquella razón lo notó. 

Rachel era como una hija para él y la conocía como la palma de su mano. Para Grayson la medio demonio era como un libro abierto que pedía a gritos ser leído por él, la conocía de todas las maneras. Sabía que música escuchaba, cuáles eran sus debilidades y puntos fuertes en combate, sus preferencias entre los miembros del equipo e incluso conocía a la perfección su estilo. Lo sabía todo, por aquella precisa y maldita razón, lo notó al instante.

Todo el mundo que conociera a Rachel sabía que su estilo era definido como gótico, le gustaba el negro y aquello no necesitaba más explicación.

Un día después de una batalla realmente dura la chica salió de la ducha con un par de vaqueros negros y agujereados, pero lo que le llamó la atención no fue eso, no, lo que le llamó la atención era la camiseta que llevaba. Era una camiseta simple, blanca con rallas de un tono verde grisáceo, le iba ancha a pesar de que ella lo disimulaba metiendo la camiseta por dentro de los pantalones. 

Al ver aquella pieza de ropa simple, algo en su cabeza le sonó como un "ding" y no pudo evitar quedársela mirando, aquella camiseta se le hacía familiar, demasiado familiar. No caía en la razón pero sabía que aquella camiseta no era de Rachel, no era ni su talla, ni era de color negro, no obstante, no conseguía recordar donde la había visto. Igualmente lo dejó pasar.

Pero la cosa no acabó allí.

Progresivamente, sobretodo en los días perezosos que no salían, la chica de cabellos morados seguía apareciendo con piezas de ropa anchas y dos tallas más grandes que su cuerpo, estas variaban desde camisetas y sudaderas, hasta incluso pantalones de chándal, que le iban tan anchos que siempre se le resbalaban hasta quedar a altura de las caderas. 

Ninguna de color negro, todas de algún tono blanco o gris, e incluso alguna que otra sudadera de un tono verde oscuro. Y lo peor es que todas aquellas piezas le sonaban, Dick estaba seguro que las había visto en algún lugar pero por alguna razón su cabeza no le dejaba recordar dónde o en quién, por mucho que se rompiera la cabeza, aún y así no le comentó nada a la chica no quería parecer demasiado paranoico ni parecer que estaba tan atenta a ella, no quería agobiarla.

A pesar de no decirle ni una palabra a Rachel, sí que se lo llegó a comentar a Kory y Donna, después de estar varias semanas rompiéndose la cabeza, pero la pelirroja le restó importancia por completo, así que Grayson se esforzó por dejar el tema, era solo ropa y él le estaba dando demasiada importancia.

Y no fue hasta una mañana que por fin acabó por sacarle el tema a la adolescente y además consiguió caer en la cuenta de quién era toda aquella ropa que Rachel llevaba por casa.

Era una mañana tranquila, como siempre Grayson se levantó prácticamente al amanecer y como siempre cuando llegó a la cocina para prepararse el café, allí ya se encontraba Gar haciendo el desayuno para todo el equipo. Poco después apareció Rachel y en el momento que Dick la vio prácticamente se le cayó la taza de entre las manos.

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