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[Continuación del oneshot 37 ]

***

— Siento que no hayamos encontrado nada.—dijo Rachel entrando en la sala después de estar varios minutos planteándose si debía entrar o no.

Ya habían vuelto hacía algunas horas del bosque de las secuoyas, sin ninguna pista, sin ningún rastro. Lo único que habían conseguido eran picaduras de mosquitos y perder un día entero. Nada más llegar, Garfield volvió a la sala del ordenador para seguir buscando e investigando, ni se molestó en explicarle a Dick dónde habían estado todo el día, solamente volvió a encerrarse en su obsesión.

A medida que entraba en la amplia habitación fijó su mirada en la pizarra blanca situada cerca del ordenador, toda llena de fotos y palabras sueltas que sólo entendería y relacionaría el chico con el caos.

Gar apartó los ojos de la pantalla del ordenador para girar la silla hacia donde se encontraba ella y la miró con una pequeña sonrisa.

— Pensaba que te alegraría, la verdad.—replicó.— Si no recuerdo mal estabas completamente en contra del plan.

Rachel giró la cara mientras se apoyaba en el lado de la pizarra blanca, a pesar de nos estar mirando a Gar sabía que la sonrisa de él estaba creciendo poco a poco. La medio demonio no pudo evitar pensar que después de tantas semanas de frustración y silencio, debería sentirse una extraña, sin embargo se sentía como siempre, como si no hubiesen estado días sin hablar, como si nada hubiese pasado.

— Ya sabes porque no quería encontrarlo.—confesó aún con la cabeza gacha, una pequeña sonrisa apareciendo en sus labios.— Al igual que también sé lo importante que era para ti.

— Lo sé y gracias, por lo de hoy.—respondió su mirada centrándose en la enorme pizarra llena de garabatos y fotos horribles que le quitarían el sueño hasta al mismísimo Superman.— No pasa nada, seguiré buscando. Ya lo pillaré.

— Tienes razón, hay que seguir buscando—empezó la chica mientras se movía del lado de la pizarra hasta quedar enfrente de Gar, evitándole la vista de esta y centrándola en ella.—pero no así. Lo hacemos poco a poco y juntos, ¿te parece?

— Pensaba que era un suicidio hacer esto ¿y ahora te unes?—su tono de voz era burlón, como si estuviese saboreando la batalla vencida y aunque a Rachel le molestara, iba a dejarlo disfrutar ya que se lo merecía, sobre todo después de lo mal que se lo había hecho pasar aquellas semanas, sobre todo después de haberlo dejado solo en aquel mar de obsesión y frustración.— Eres muy difícil de entender que lo sepas, Rae-Rae.

Ante el apodo arrugó la nariz, de la cantidad de apodos que tenía para ella aquel era el que más odiaba con diferencia y lo sabía. Garfield se echó a reír en silencio mientras la miraba, ella puso los ojos en blanco.

— Bueno, alguien tiene que evitar que te obsesiones.—respondió en el mismo tono divertido que había usado él.— Además, tú me apoyas y yo te apoyo ¿funcionamos así, no?

— Siempre.—respondió, su voz perdiendo aquel tono pícaro durante unos segundos, sus ojos centrándose en los de ella.— Aunque sepamos que no es buena idea.

— Yo no lo hubiese dicho mejor.

Ambos dejaron escapar una pequeña carcajada para después quedarse mirando sin decir nada más.

Rachel cayó en la cuenta que era la primera vez que ambos estaban solos desde el beso, la primera vez que podían hablar del tema y no había nada que los fuera a interrumpir o a evitar, no había vergüenza ni incomodidad, solo estaban ella y Gar, como siempre había sido y algo dentro de ella le decía que aquel era el momento de hablar las cosas.

moments;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora