moments;

30;

"It started with a whisper

And that was when I kissed her

And then she made my lips hurt."

Neon Trees - Everybody Talks

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Universo Alternativo;

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El bar estaba lleno, todas las mesas estaban ocupadas con personas las cuáles estaban compartiendo unos buenos recuerdos al lado de alguna cerveza. Rachel no pudo evitar pensar que era demasiado pronto para empezar a beber, no eran ni las seis de la tarde aunque tampoco le dio importancia y era obvio que la gente que ya iba pasada de copas, o venía con el plan de estarlo, tampoco.

La chica observó como a diferencia de las mesas la barra estaba completamente vacía, a excepción de un chico cercano a su edad de rasgos asiáticos y pelo verde, así que se acercó a la barra y se dejó caer en un taburete cualquiera con un pequeño suspiro.

Solo había una camarera atendiendo la barra y esta se acercó a ella después de dejar un vaso lleno de te helado delante del chico de cabellos verdes.

— ¿Qué te pongo mejillas dulces?—preguntó la camarera con un guiño.

Rachel no pudo evitar reír ante el comentario de ésta. No era la primera vez que venía al bar y no iba a ser la última, ya que el bar era propiedad de un par de amigos de Dick, su padre de acogida, así que pasaba bastantes veces por ahí ya fuese a saludar o a tomar algo en compañía o sola, como era el caso de aquella tarde.

Justamente, quien se encontraba en la barra era Dawn Granger, una de las propietarias del bar, amiga y, además, ex novia de Dick. 

Dawn Granger era una mujer encantadora de a penas treinta años. De cabellos rubios suaves y largos, su rostro era amable y siempre acompañado con una sonrisa y algún comentario cariñoso. Sin lugar a dudas, Dawn era una mujer realmente tierna y adorable. 

La chica de cabellos morados se sintió tentada a pedir un te o un chocolate caliente como había hecho muchas veces, pero al recordar la cantidad de deberes que tenía esperándola en casa reconsideró la idea.

— Un café que sea tan amargo como mi alma, por favor.—bromeó provocando que un risa escapara de los labios de la rubia.

— Marchando.—dijo.— Un café cargado con el suficiente azúcar como para provocar diabetes, para la chica más golosa que conozco. 

Después de eso, se fue. Ante ese último comentario escuchó un pequeña risa extraña y masculina, no tenía duda de que venía del chico el cuál estaba sentado un par de taburetes a su derecha.

Rachel observó de reojo como bebía su te helado con una ausente sonrisa en los labios. Su piel era de un tono moreno sus ojos eran de un color cálido. Los rasgos de su cara eran suaves y delicados y si había alguna palabra que podía describir su rostro era suavidad, sin lugar a dudas, porque era lo que gritaba todo él, desde su ausente sonrisa hasta su cara bien parecida. Aunque lo que más llamaba la atención de su físico era su pelo color verde brillante y llamativo, más llamativo que su pelo morado. 

Cuando se dio cuenta tenía su café delante de ella.

La chica pestañeó dos veces antes de coger la cucharilla y empezó a remover distraídamente el café que tenía delante de ella.

— ¿Nunca te han dicho que no se juega con la comida?—preguntó una voz desconocida, Rachel no tuvo que levantar la mirada para saber que se trataba del chico de cabellos verdes y ojos avellana.— Bueno, bebida en este caso.