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"Tú me repites una y otra vez
Que ya no sientes lo que un día fue.
La fuerza que nos mantendría unidos
Ante el más fatal de los destinos.

Y es que a pesar de todo aún no sé qué es lo que pasó
Si tú y yo éramos tan felices
Y tú y yo éramos tan felices
Y tú y yo éramos indestructibles."

Indestructibles - La habitación roja.

***

Rachel suspiró mientras escuchaba a Gar dejar la habitación para ir en busca de Dick, y así avisarle de que Kory ya se había despertado en perfecto estado.

— Veo que sigue cabreado contigo.—dijo Kory, una vez Garfield había abandonado la habitación.

— Si, bueno... ¿Quieres ayudarme a arreglarlo?—respondió con una sonrisa, como si bromeara aunque en realidad, esperaba un pequeño consejo.

— Lo siento, Rach.—respondió ella con el mismo tono bromista que había empleado la chica.— En estos temas prefiero no meterme.

Ella solamente rió, pensando que desde cuando a Kory no le agradaba inmiscuirse en los asuntos ajenos, no obstante, murmuró un "Claro."

Gar y Dick entraron en la habitación de la enfermería, Grayson se dirigió enseguida a camilla donde estaba la princesa alienígena mientras el cambia forma se quedó en la puerta.

— Nosotros esperaremos fuera ¿de acuerdo? Si te encuentras mal, avísame, Kor.—dijo él con una cariñosa sonrisa.

Rachel sintió una punzada de dolor. Echaba de menos aquella maldita sonrisa.

Corrección. Echaba de menos que aquella maldita y condenada sonrisa fuese dirigida hacía ella.

— De acuerdo.—respondió mientras ambos chicos dejaban la habitación, aunque no se movieron de detrás de la puerta cerrada y observaban todo lo que ocurría en esa pequeña habitación de la enfermería a través de una pequeña ventana que había en la parte de arriba de la puerta.

— Por favor, no le pidas consejo a Kory sobre cómo arreglar las cosas conmigo.—dijo él con un tono ameno y frívolo sin siquiera girarse para mirarla.  

— ¿Lo has oído?—respondió ella, con un tono apagado y suave, como si temiese enfadarlo más mientras lo miraba con pena.

— Tengo un oído prácticamente sobrenatural, claro que lo he oído.—replicó enfadado mientras ponía los ojos en blanco.

Siempre le había costado imaginarse a Gar lleno de rabia y furia, y si era sincera odiaba descubrir aquel lado de él de aquella manera. Odiaba que toda aquella rabia fuera dirigida hacía ella.

Pero en un fondo sabía que se lo merecía, siempre se iba y lo dejaba atrás, cuando él lo único que quería era estar con ella. Y la verdad es que en un fondo, por mucho que huyese siempre volvía porque ella también quería estar en casa y sobretodo quería estar con él ya que Gar era el único que nunca la había dejado. Hasta ahora.

— Bueno, tú oyes lo que quieres cuando quieres.

Gar la miró por encima del hombro sin decirle nada.

Entonces las palabras que Rose había dicho antes resonaron en la cabeza de la medio demonio.—"Él te odia, porque no te odia en absoluto. En realidad, siente algo por ti."—dichas estas palabras, Wilson abandonó el lugar y dejó a Rachel más confundida de lo que nunca había estado, pero Gar no le dejó preguntar.

— ¿Por qué?—preguntó después de estar bastante rato sin decir una palabra.

— ¿Por qué estaba escuchando?

— ¿Por qué... sientes algo por mi?—preguntó con miedo, miedo a la reacción de Gar y miedo a arruinar la poca amistad que les quedaba por salvar.

— No lo hago.— Se cerró en banda.

— Vale...—murmuró ella mirándola con insistencia, esperando que el chico de cabellos verdes y rasgos suaves dejara de mirar por la ventana para mirarle a ella.— ¿Por qué sentías algo por mi?

— Dijimos que no volveríamos a hablar de lo que fuera que dijo Rose. Era una tontería.

— Gar, por favor...—le rogó, causando que él apartara la mirada de la ventana para mirar a Rachel y por primera vez en días logró sostenerle la mirada durante más de cinco segundos.— Dime cómo, dime por qué. Solo hazme entender cómo no me di cuenta.

— ¿Qué clase de pregunta estúpida es esa?—preguntó enfadado mientras se giraba por completo, para quedar cara a ella.— ¿Por qué sentía algo por ti?—dijo con tono enfadado sin levantar la voz mientras sus ojos se inundaban de enfado, tristeza y algo que Rachel no logró descifrar, no que tampoco quisiese hacerlo.— No lo sé, Rach, tal vez es porque de verdad creí que merecía sentir algo por ti.—soltó de golpe.— Porque literalmente soy quien soy hoy porque tú apareciste en mi vida. Porque nunca había tenido a nadie con quien conectaste de verdad hasta que te conocí. Porque eras prácticamente mi mejor amiga, porque confiaba en ti más que en nadie.   

Rachel lo miró con los ojos totalmente abiertos, sorprendido sin saber que decir pero al mismo tiempo culpable por no haber visto algo que era tan obvio y que además tenía delante suyo. Era como si un velo de emociones se hubiese levantado entre los dos y eran tan intensas que dolían.

— Lo siento.—se disculpó.— Siento haberme ido, siento...

— ¿Sientes no haber sentido lo mismo?—lo interrumpió con el ceño fruncido y un tono enfadado, aunque en su mirada no había enfado sino tristeza.

— No, no he dicho eso... Yo...—respondió Rachel, aún un tanto atontada por la confesión de Gar y abrumada por todos los sentimientos que pasaban a través de ella.— Yo no sé lo que sentía... Mi cabeza estaba en todos lados al mismo tiempo menos donde tenía que estar, aquí, contigo.—confesó con pesar mientras levantaba la mano y pasaba su dedo por el contorno de su mandíbula.— Y estoy tan arrepentida por la manera que te traté.

— Si, bueno, Rach...—empezó él con un tono de voz en el que parecía que no le daba importancia mientras apartaba la cara.— Te entiendo, te entiendo aunque si tan solo una pequeña parte de ti hubiese sentido lo que yo estaba empezando a sentir por ti no te hubieras ido.—dijo sin dejar de mirarla a los ojos, como si quisiera que él viera en su mirada cuánto daño le había hecho al marcharse y la verdad — Pero no te odio por dejarme dos veces, ni te odio por volver a aquí y esperar que te recibamos con los brazos abiertos como si tu presencia fuese algo que solamente te afecta a ti o a Dick. Y acepto tus malditas disculpas.

— Pero sigues, odiándome.— no lo preguntó, lo afirmó, con la voz un tanto rota y con la culpabilidad inundando sus ojos de color azules.

— Sí.—dijo él después de estar unos segundos pensando una respuesta, mientras una pequeña lágrima amenazaba con caer de uno de sus ojos.— Si, Rachel, te odio.—confirmó con seguridad, ella asintió con levedad justo como había estado haciendo todo el rato sin parar.— Porque si no te odio por arruinar nuestra amistad, entonces tendré que odiarme a mi mismo por hacerlo y pienso que merezco más que eso.

Y se fue de allí antes de que alguna lágrima traicionera cayera de sus ojos, Rachel por su parte se quedó sola mirando al suelo con culpabilidad notando una presión en el pecho que le pinchaba y se iba agudizando hasta el punto que la presión en el pecho fue demasiado y rompió a llorar.

AN: Sé que esto es duro🥺, sé que me pasé pero prometo que hay segunda parte y no tardaré a subir la segunda parte.

Debo decir que me base en una escena de la serie Crónicas Vampíricas, del capítulo 17 de la temporada 6.

¡Espero que os guste!

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