moments;

40;

"Because every time I'm with you
somehow I forget to breathe.

You got me like a rag doll,
Now I'm dancing on your string.
And I keep trying to figure out
who you are to me.

But maybe all that we are meant to be
Is beautifully unfinished."

Ella Henderson - Beautifully Unfinished

✽✽✽

❛Huyendo;❜

—¿Te molesta si me uno?—murmuró Rachel después de estarse debatiendo durante varios instantes si debía entrar en la habitación del chico o no, las cosas entre ellos no habían estado bien desde la pelea, y él estaba mucho peor después de lo sucedido aquellos días.

Gar apartó la vista del ordenador y su mirada se concentró en su rostro. Ante su expresión distraída y triste, Rachel notó que su corazón se hundía en su pecho.

Los sentimientos de Gar burbujearon contra lo profundo en sus entrañas, no quería invadir todo lo que Gar sentía, ya que era su privacidad, pero eran tan intensos que la abrumaron y era imposible no sentirlos. Tristeza, devastación y desesperación, por todo lo que había sucedido. Era tan duro que le dolía incluso cuando respiraba.

En el momento que le dijo que iba a irse junto a las Amazonas aquella tristeza se hizo más notable. Le dolía sentir su tristeza y le dolía estar en parte causándole esa tristeza, ya que lo último que quería era causarle dolor.

Con una débil sonrisa asintió. Aunque más que una sonrisa, parecía una mueca. Labios colocados en línea, ojos hinchados y rojos desgarrados. Aquella imagen realmente le rompía el corazón.

Y antes de que Rachel intentara romper el silencio para distraerse del dolor que atravesó su estómago, Gar dijo de repente:

— Siempre huyendo, pero siempre volviendo a mí, eh.

Su tono era agresivo, bueno, no agresivo, más bien duro, pero en sus emociones no había ira ni dureza, había tristeza, pero sin embargo compresión y un profundo sentimiento de afecto.

No ira.

Ese último sentimiento la hizo sonrojar, porque, de verdad, que trataba de no invadir las emociones de Gar, realmente lo intentaba, pero algunos de estos sentimientos, como aquel inmenso afecto por ella siempre lograban fluir hacia su cuerpo y sin poder evitarlo ella misma siempre volvía a buscar ese afecto.

Sentimiento que obviamente era recíproco, por eso también era difícil negarse a alimentarse de ese sentimiento.

— ¿Esa será tu actitud ante la situación?—se quejó, fingiendo sentirse ofendida ante el chiste, o más bien remarcación sarcástica del chico, mientras se dejana caer en el suelo para así quedar sentada junto a él, apoyando su espalda en los pies de la cama. Sin embargo, ella dibujó una sonrisa, al igual que Gar.

Durante un rato se quedaron en silencio, Rachel observó como las imágenes de la película "the Innocents" de 1966 se movían ante sus ojos con atención e interés, o al menos lo fingía, ya que era una de las películas favoritas de Gar, prefería mirar las imágenes antes que mirar su rostro lleno de tristeza.

— ¿Cuando piensas volver a casa?—le preguntó el chico, rompiendo el silencio que se había formado entre ellos, ahogando los diálogos de la película.

— No lo sé.—fue la respuesta de Rachel.— Espero que pronto. Tengo mucho que echar en falta aquí.

Después de decir aquellas palabras ambos giraron la cabeza para mirarse durante unos instantes, los ojos de ella buscando los ojos cálidos, no obstante, apagados de él. Pero Gar le rehuía la mirada.

—¿Qué se siente al huir?—preguntó de repente, cambiando el tema parcialmente, su mirada se centró, nuevamente, en las imágenes y escenas que pasaban en la pantalla ante sus ojos.

La mirada de Rachel no abandonó su rostro y vio como la miraba de reojo, tranquilo y, a la vez, tenso, esperando una respuesta.

— Frío.—fue lo que respondió tras quedarse unos segundos pensativa para después soltar una pequeña carcajada.— ¿Nunca te has escapado de casa?

Gar se giró para encararla nuevamente, la única diferencia era la pequeña sonrisa que adornaba sus labios, parecía la primera vez que lo veía sonreír en años y ella no pudo evitar mirarlo sonriendo.

El chico de cabellos verdes la miró con un brillo divertido detrás de aquella tristeza, como si estuviera decidiendo vagamente si debía contestar o no, ella lo miró fijamente con las cejas enarcadas esperando su respuesta.

Entonces Gar miró hacia otro lado dejando escapar una risa aceptando la derrota.

— Una vez. Cuando vivía con la patrulla condenada —respondió con una sonrisa, a pesar de volver a estar encarado hacía la pantalla del ordenador, la miraba de reojo, nunca apartó su mirada de su rostro, aunque lo hiciese de manera disimulada.— Tenía unos catorce años. Había sido un día de mierda, aunque en esa época mis días siempre eran una mierda si te soy sincero.—explicó con aire nostálgico y una diminuta pero triste sonrisa en sus labios. Antes de continuar hablando, respiró hondo y, por su temblor de su respiración, Rachel supo que lo que le iba a decir era algo personal.—Fue poco después de la muerte de mis padres. No recuerdo mucho, solo recuerdo qué me sentía solo, me sentía despreciado por el Jefe...—su voz temblaba, a pesar de que no había parado de forzarse una pequeña e incómoda sonrisa.— Así que me fui.

Garfield apartó la mirada de la pantalla, y conectó sus miradas, sus ojos color marrón se perdieron en los ojos color azul de la chica y parecía que, por fin, él dejaba de rehuir su mirada, parecía que se estaba metiendo de cabeza en sus ojos y se quería ahogar en ellos.

— ¿A dónde fuiste?

— A la pista de patinaje.—ante la rotunda respuesta de Gar, la chica volvió a reír, para después murmurar un "cómo no".— Nunca me había sentido tan solo.— Las lágrimas aparecieron en sus ojos, y Rachel sintió toda esa tristeza y soledad, fue tan abrumadora que dolía, las lágrimas casi aparecieron en sus ojos azules.— Y volví a la mansión.

— ¿Y qué pasó?

— No se dieron cuenta de que me había ido.—respondió con un suspiro.

Quería que la tristeza desapareciera, al menos por un momento. Quería sentir las emociones de Gar dentro de ella, pero quería sentir aquella luz y alegría que tanto le gustaba. Por lo Rachel dejó caer su mano sobre la de Gar, que yacía sobre su muslo y sin decir nada entrelazó sus dedos, dejando que su mirada se perdiera en la imagen que estaba sucediendo en la pantalla.

— Te prometo que si después de esto, hay una próxima vez que alguien tendrá que huir—empezó la medio demonio, con un tono de voz dulce a conjunto con su sonrisa.— Seremos tú y yo. Juntos.

Le echó un vistazo a Gar, sus mejillas se sonrojaron ligeramente y su mirada alternaba entre sus manos entrelazadas y su rostro. La tristeza comenzó a disiparse poco a poco, perdiéndose en ese calor familiar.

Una sonrisa asomó a sus labios.

— Te tomo la palabra.—dijo finalmente.— Aunque, esta vez, no veo que huyas. Te dejamos ir y acabarás por volver.—susurró, sus ojos sin apartarse de los de ella.— Aunque sea por mí.

Las últimas palabras las había dicho en un tono de voz burlón y Rachel optó por ignorarlas mientras sentía como se ponía roja y enfocó de nuevo su mirada en la pantalla mientras dejaba caer su cabeza sobre su hombro sin decir nada más. Sus manos aún entrelazadas.