moments;

AU;

Como explicación concisa y breve de este au. Rachel y Gar son dos adolescentes sobrenaturales, Rachel es una maga-bruja sin magia alguna, es decir, tiene que absorber la magia de otros entes para tener energía mágica, siendo así una paria en el mundo sobrenatural y Gar es un hombre lobo. Este au, está abierto a continuación pero más adelante. 

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"Oh baby, oh man

You're making my crazy, really driving me mad

That's all right with me, it's really no fuss

As long as you're next to me, 

just the two of us."

My kind of woman - Mac DeMarco.

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Gar recordó el chispazo que sacudió su cuerpo cuando Rachel absorbió la magia concentrándose en su cuerpo. Aquella descarga eléctrica intensa, provocada por el abandono de la magia de su cuerpo iba acompañada del vacío más frío que jamás había sentido. Después vino la explosión; la explosión que le devolvió toda su magia al cuerpo de golpe. Como una sobrecarga.

Por eso, que Rachel describiera cómo era ser un mago sin magia, con la palabra sobrecarga, no le sorprendió en absoluto. La chica vivía con aquel vacío de energía todo el tiempo, por eso en el momento que su cuerpo entraba en contacto con la magia y la hacía parte de su ser, todo era como una sobrecarga de energía que electrizaba todo su cuerpo. En el momento que el vacío quedaba atrás, no se quería su retorno. No obstante, para Rachel, aquel abismo siempre volvía.

Gar observó de reojo a su amiga, bueno, si así se podían llamar ya que el chico no entendia de ninguna de las maneras la naturaleza de su relación. Sus manos temblaban contra la madera del banco del planetario. Sus piernas también. Todo ella parecía ser un temblor. El ansia de magia que exigía su cuerpo parecía verse disipada por el temblor, pero el recuerdo de ella estaba en sus mentes. Al igual que su mirada normalmente cristalina ahogada en negro.

Garfield la entendía, más que nadie a poder ser. Evitar dejarse llevar por los instintos es de por sí, pero dejarse llevar por esto cuando hay algo que lo enciende y magnifica como un interruptor era más duro aún. Por esa razón Garfield Logan entendía a Rachel Roth.

Resistirse a sus instintos licántropos era difícil. Resistirse a estos en una noche de luna llena, más aún.

Con la magia era lo mismo.

Absorber magia de otro ente, para los magos, era un subidón, la misma Rachel lo había confesado segundos antes, pero también te dejaba con sed de más. Al contrario que la magia que hay en los vampiros, similar a la magia que podían transfigurar los magos sin magia, la magia que habitaba en los hombres lobo era diferente a la de los magos, tan opuesta que encontraba un cruce de unión, un puente invisible. Y como con todo en la vida, incluso ellos mismos, todo lo opuesto se atrae; por eso Rachel se sentía tan atraída hacía toda la magia que podía yacer en Gar, le era imposible querer escapar de aquel subidón. Pero las dos magias en el momento que llegaban al cruce que las unían, cuando ambas magias empezaban a mezclarse y transfigurarse se rechazaban.

Por eso habían acabado como habían acabado, en aquel viejo planetario, escondidos de los cazadores de lo sobrenatural, atraídos por el ruido de la explosión, ambos debilitados, magullados y a la espera de refuerzos para ponerse a salvo.