moments;

17;

"She knows what I think about

And what I think about

One love, two mouths

One love, one house

No shirt, no blouse

Just us, you find out."

The Neighbourhood - Sweater Weather

***

Sabía ligeramente a algo exótico, como ron de coco y piña. 

Gar descubrió que le gustaba tanto aquel primer beso exploratorio que decidió regresar por otro, sin siquiera planteárselo ni un instante.

Movió sus manos de su cara a su cabello morado y sedoso y la acercó a él, empujando su boca contra la de ella con suavidad para abrirla. 

Rachel dejó escapar un ruido de sorpresa desde lo más profundo de su garganta, no obstante, parecía ansiosa por devolverle el gesto, claro que aquello tampoco le sorprendió sobretodo teniendo en cuenta que había sido ella quien había iniciado el beso.

Rachel se inclinó sobre su cuerpo, presionándolo contra la pared que tenía a sus espaldas mientras con cautela pasaba su lengua por encima de su labio inferior buscando permiso para saborear su boca.

Él se inclinó hacia ella mientras un gemido vergonzoso escapaba de sus labios y enredó sus manos en sus tirabuzones, acercándola aún más, como si toda cercanía fuera poca. Rachel dejó escapar un gruñido que se mezcló con la pequeña risita adormilada que salió de sus labios, su aliento cálido chocando contra sus labios húmedos, aquello le hizo reír también para después volver a besarla una vez más. Aquello pareció darle valentía ya que apretó su cuerpo contra el suyo aún más, sellándolo definitivamente contra la pared del pequeño armario del pasillo que se encontraba al lado de la cocina.

El chico de cabellos verdes, tomando la iniciativa inclinó la cabeza ligeramente para tener un mejor acceso y bajó sus manos a las caderas de ella. Ella parecía disfrutar la sensación, aquella ebria sonrisa aún adornado sus labios y se presionó aún más cerca de él.

De repente, la puerta se abrió para inundar el pequeño armario con luz. Rachel retiró las manos de su cuerpo y se apartó de golpe como el cuerpo de Gar la hubiese quemado, aunque si era sincera sentía como su cuerpo le quemaba por dentro y por fuera, como un cortocircuito. Garfield, por su parte, se quedó pegado a la pared con cara ausente como si su mente aún no procesaba lo que acababa de pasar. La cara de Jason se asomó

— Vuestros siete minutos han terminado.—dijo Jason con una sonrisa pícara y ebria, las eses de las palabras se resbalaban entre sus labios.

Oh. Cierto.

El juego. La fiesta, bueno, si se le podía llamar fiesta a cuatro adolescentes atracando el mueble bar de Hank.

Todos los adultos se habían ido Chicago durante el fin de semana y Jason decidió que era una gran idea emborracharse ellos cuatro, Conner también estaba pero después de una larga discusión Gar consiguió convencer a Jason porque razón era una pésima idea dejar beber a Conner. Así que entre los cuatro fueron a la habitación del Titán conocido como Halcón y lo que en un principio había sido una borrachera moderada se les fue de las manos. Y se suponía que todo aquello había sido un estúpido juego de fiesta.

Rachel captó la mirada de Gar y él se la escapó mientras se sonrojaba.

— ¿Qué tal ha ido tigre?—preguntó el castaño, la respuesta de Gar fue salir de aquel armario sin decir nada más mientras murmuraba una disculpa.