[7]

1.2K 151 92
                                    

Me conocía esas carreteras, el Pueblucho estaba por esa zona.
Cogió un desvio y se adentró en el bosque, una zona que no conocía.
A lo lejos vi una cabaña bastante grande, y a medida que nos acercábamos y estacionaba el coche, me fijé en la madera de la cabaña.

Era madera oscura, pero brillante. En la entrada había un pequeño porcho con un sofá y una mesilla.

Abrí la puerta y quise levantarme, pero el pinchazo que sentí en el hombro me lo negó.

-Espera. -dijo Billie a mi lado. Apagó el motor y salió del coche, rodeándolo.

Se inclinó hacia mi y pasó mi brazo sano por su hombro, ayudándome a levantar.
Caminé con molestia hacia la entrada de la cabaña mientras Billie sujetaba mi cintura.

Abrió la puerta y encendió las luces. Quedé impresionada.

La cabaña tenía una sola sala gigante, donde se podía ver a la derecha unos sofás con el televisor, a mi izquierda una cocina con una barra y taburetes y en el fondo de la sala una cama gigante que se veía demasido cómoda. Había una puerta al lado de la cama, donde supuse que estaba el baño.

-Wow. -dije mirando a mi alrededor mientras caminaba sujeta de Billie.

Me llevó hasta la cama, donde me senté.

-Espera aquí. -me dijo abriendo la puerta del baño.

Después de unos minutos volvió a salir con una cajita de plástico.
La observé mientras abría la cajita y sacaba gasas, alcohol, algodón y vendas. También tenía un kit para coser heridas.

-Cuando me cosieron en hombro estaba desmayada, así que me va a doler. -le informé.

Abrió un cajón de la mesita de noche y me tendió un cinturón.

-Muérdelo, así no gritarás tanto.

-Gracias. -contesté.

Acabó de acomodar la mesita con todas las cosas necesarias y se colocó frente a mi.
Llevó las manos al borde de mi camiseta y comenzó a levantarla.

Madre mia, mis hormonas.

Tener delante a semejante mujer quitándome la camiseta provocó que todo mi cuerpo se pusiera nervioso.

-Cálmate, será rápido. -me dijo.

Acabó de quitar mi camiseta e hizo a un lado la tira de mi sostén para tener completo acceso a la herida.
Tragué hondo.

-Estírate en la cama y muerde eso. -me ordenó.

Hice lo que me pidió, con cuidado, y cerré los ojos.
Estaba muy nerviosa, no me hacía gracia que una aguja se estuviera acercando a mi piel.

Aferré mis manos a la sábana cuando sentí un líquido caer sobre mi herida, quemaba demasiado.
Me quité el cinturón de la boca, no iba a servir de mucho.

-Háblame. -le dije.

Abrí los ojos y la vi tan concentrada en lo que hacía que me relajó bastante. Su entrecejo estaba arrugado y la hacía ver adorable.

-Pregúntame cosas. -me dijo.

Ahogué un grito cuando sentí el primer pinchazo de la aguja.

-¿Cuántos años tienes? -pregunté.

-Diecinueve, ¿y tú?

Otro pinchazo. Cogí aire y apreté las sábanas.

-Joder, cómo duele. También diecinueve. -dije cerrando con fuerza mis ojos.

A bullet in my chest | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora