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Pum.

Un disparo, y mi cuerpo tembló del miedo.

Billie se sentó en la cama de un salto, asustada.
Mis ojos seguían clavados en la figura de aquel hombre frente a la puerta, sin saber qué habia pasado.

El hombre cayó de rodillas al suelo y luego se desplomó en el.
En medio de la oscuridad vi a Diego cerca del sofá con una pistola apuntando al hombre y respirando erráticamente.

-¡Diego! -grité levantándome de un salto de la cama y acercándome a él.

-Lo he... lo he matado. -bajó la pistola, su cuerpo temblaba. -He matado a una persona.

Sus ojos se fueron a los mios, y lo atraje hacia mi, abrazándolo.

-Me estaba apuntando, Diego. Quería matarme. -dije estallando en lágrimas.

El agarre de Diego augmentó, abrazándome con fuerza.

-Dios mio... -sollozó en mi hombro.

Giré mi rostro y vi a Billie sentada en la cama, aferrada a las sábanas y con sus ojos abiertos como platos, clavados en ese hombre.
Un charco de sangre se formó alrededor del cuerpo.

Corrí hacia ella, me senté en la cama y cogí sus manos.

-Billie. -la llamé. -Billie.

Pero no se movía.

Solté sus manos y cogí sus mejillas, obligándome a mirarme.

-Billie, estoy aquí. -susurré.

Sus ojos se humedecieron mientras miraban los mios.

-Ju-Judith. -dijo con la voz rota. -¿Quería... matarte?

Asentí mientras las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, asustado.

-No estamos a salvo aquí tampoco. Debí haberlo imaginado. -le dije.

La abracé, y sus brazos se aferraron a mi cuerpo con fuerza, como si no quisiera que me fuera de allí.

-Menos mal que me quedé la pistola de ese tío. -dijo Diego acercándose al cadáver.

Billie y yo miramos a Diego desde la cama.
Le quitó el pasamontañas al hombre.

-Es Daniel. -dijo. -Joder... mierda.

Se llevó las manos a la cabeza y se acercó a nosotras.

-Hay que deshacerse del cadáver. -dijo firme.

A veces me preguntaba de dónde sacaba tanta valentía aquel chico.

Asentí y miré a Billie.

-Acompáñanos, no quiero que te pase nada. -le dije.

Asintió y se levantó de la cama, su cuerpo temblaba.
Nos colocamos una sudadera para no pasar frío y Billie sacó tres palas de un armario. Nos tendió una a cada uno.

-Tu no tienes porqué hacerlo. Es nuestro problema Bil. -le dije apoyando mi mano en su hombro.

-Quiero ayudar. -dijo sin apartar la vista del cuerpo ensangrentado.

Cubrimos el cuerpo con unas sábanas, y entre los tres lo alzamos y nos adentramos en el bosque.
No sabía que las personas muertas pesaran tanto.

Diego le disparó en el pecho, provocando una muerte inminente. A pesar del miedo, tuvo puntería.

Cuando ya nos adentramos lo suficiente, dejamos el cadáver de Daniel en el suelo y comenzamos a cabar.
El Sol ya se estaba haciendo presente, estábamos sudados, asustados y llenos de arena.

A bullet in my chest | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora