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Comenzó a llover a cántaros, mis botas comenzaban a salpicar barro a medida que corría por esos caminos, pero debía llegar rápido.
Mis rodillas ardían, pero ya veía la cabaña a lo lejos.

Al llegar me apoyé en el marco de la puerta y llamé al timbre mientras sentía como mis pulmones volvían a coger aire.

-¿Judith? -dijo Maggie.

Me puse en pié y cuando me vió abrió sus ojos, sorprendida.

-Madre mia, pasa, pasa. -dijo haciéndose a un lado.

-¡Jud! -Billie se levantó del sofá y corrió hacia mi. -¿Qué pasa? ¿Estás bien?

Cogió mis mejillas con sus manos, y la miré mientras respiraba entrecortadamente.

-Osborn me ha dicho... dice que... -intenté decir, pero me faltaba el aire.

-Tranquila, ven, siéntate. -dijo Billie cogiendo mis manos y sentándome en el sofá.

Maggie me puso una manta por encima, al parecer estaba temblando de frío.

Cuando calmé mi respiración hablé.

-¿Alguien ha ido a tu casa hoy? -pregunté.

-He ido yo, a buscar ropa. -contestó Maggie.

Patrick salió del baño y en cuanto me vió se sentó en el sofá junto a nosotras.

-Os han seguido hasta aquí, saben donde estais. -dije mirando a Patrick.

El hombre pasó sus manos por su pelo y se levantó, comenzando a caminar de un lado a otro nervioso.

-¡Mierda! -gritó.

-Me ha mandado a mi y a otro hombre para... -suspiré. -Quiere secuestraros a alguna de las dos, para luego pedirte dinero, Patrick, y así devolver todo el dinero que le has hecho perder.

Miré a Billie, quien me miraba con miedo. Cogí su mano.

-Teneis que iros, buscad un hotel o algo así, este hombre está loco. -dije mirando a sus padres.

-¡Maldita sea! -gritó Patrick dándole una patada a una silla. -¡Me retiro! ¿Qué más quiere?

-Dinero. -contesté. -Es un obsesivo, cuando una idea se le mete en la cabeza... no para hasta conseguir lo que quiere.

Billie apretó el agarre en mi mano. La miré.

-¿Has venido corriendo hasta aquí con la que está cayendo? -dijo preocupada. Su pulgar comenzó a acariciar mis nudillos y mi corazón se aceleró.

-No quería que te pasara nada malo. -le dije. Sonrió de una manera que hizo temblar mi mundo.

-Te haré un cheque, o te daré dinero. Dile que se acabó, que le daré lo que le hice perder. -dijo Patrick volviendo al sofá.

-No puede saber que estoy de vuestro lado, me mataría. -dije. -Me la estoy jugando mucho ahora mismo.

-Te lo agradecemos muchisimo Judith. -me dijo Maggie con una sonrisa. Se le veía nerviosa.

-Entonces iré a hablar personalmente con él, le diré que no quiero problemas, que no sabia dónde me metía o algo así. Y le devolveré su puto dinero. -dijo Patrick.

-No se si es buena idea... pero se podría intentar. -le dije.

-Bien, entonces vayamos. -dijo el hombre levantándose de un salto del sofá y cogiendo las llaves del coche.

-Espera, deja que te preste algo de ropa seca. -dijo Billie levantándose del sofá. La miré dudosa. -Y no hay peros.

Buscó algo de ropa en los cajones y me acompañó hasta el baño. Cerró la puerta.

-¿Crees que es buena idea que mi padre vaya a verse con Osborn? -preguntó.

Apoyé mi espalda en la pared.

-No lo se, pero algo tenemos que hacer. No quiero que te pase nada malo por culpa de tu padre Billie... -le dije mientras la miraba a los ojos.

-Gracias a Dios que existes Judith, me estás salvando la vida, ¿lo sabes? -dijo acercándose a mi.

Estar con Billie en un lugar tan pequeño y que me mirara de esa manera mientras se acercaba... hacía sudar mis manos.

-Lo sé. Nunca dejaría que te pasara nada malo. -contesté. Quedó a un paso de mi.

-¿Por qué te preocupas tanto por mi? -preguntó con voz suave.

Tragué hondo.

"Porque te quiero."

-Porque te... te aprecio muchisimo y eres... muy importante para mi. -contesté nerviosa.

En sus labios apareció una sonrisa.

-Gracias. -contestó acercándose.

Me abrazó de una manera que mi corazón se volvió loco, sus brazos rodeando mi cuello y su respiración haciendo cosquillas en mi hombro me dió paz. Estar entre los brazos de Billie se volvió mi cosa favorita en este mundo de mierda.

Salió del baño dejándome espacio para cambiarme.
Quité mi ropa mojada y me vestí con la ropa que me prestó Billie; unos pantalones holgados negros, una camiseta negra larga y una sudadera que me quedaba gigante. Olía a ella.

***

Patrick y yo hicimos un plan para que no se notara que yo me había chivado de los planes de Osborn.

-Jefe. -dije entrando a la choza. -Tengo noticias de Patrick

El hombre se levantó del sofá.

-Dime. -dijo acercándose a mi y cruzándose de brazos.

-Me ha llamado, dice que tiene mucho miedo. -le dije.

Comenzó a reirse.

-¿Miedo? Vaya, al parecer el gran O'Connell se rinde a mis pies. -siguió riendo.

-Me ha dicho que se arrepiente y que no tenía ni idea de dónde se estaba metiendo. Me ha propuesto un trato. -dije dirigiéndome al sofá y sentándome.

Osborn me miró para que continuara hablando.

-Quiere saber tus pérdidas y te dará el doble. -el hombre abrió sus ojos. -Con la condición de un alto al fuego. Y dejará de pisar nuestro territorio.

Osborn me miró confundido.

-¿Y cómo es que Patrick tiene tu número? -preguntó.

Mierda.

-Me dió su targeta en el primer reparto, para que la próxima vez lo llamara y quedáramos en un sitio discreto. -dije con la voz más firme que pude.

Osborn asintió.

-Dame su teléfono, me lo pensaré. -dijo sentándose en su escritorio. -Pero me he quedado con ganas de liarla parda.

Comenzó a reir, este hombre está loco.
Reí para seguirle el juego y que todo pareciera más creible.
Cogí mi teléfono y le envié el contacto de Patrick.

-Ahí lo tienes. Ah, y de nada. -dije saliendo por la puerta.

Cuando llegué a la caravana saqué mi móvil y marqué a Billie.

-Bil, dile a tu padre que creo que ha funcionado. -le dije.

-¿En serio? ¡Eso es genial! -contestó emocionada.

-Si, lo es. -sonreí. -Me ha pedido su teléfono, supongo que querrá hablar las condiciones y todo eso. Me dijo que lo pensaría pero Osborn nunca dice que no al dinero.

-De acuerdo, ahora se lo diré. Igualmente dormiremos en una habitación de hotel hoy.

-Mejor, me quedo más tranquila.

-¿Hablamos mañana?

-Claro, buenas noches Bil.

-Buenas noches Judith.

Estaba apunto de colgar, pero Billie habló.

-Por cierto. -dijo.

-¿Si?

-Te quiero.

A bullet in my chest | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora