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Pensé en sus ojos, en ese azul claro mezclado con gris.
Pensé en sus labios rosados y gruesos que tantas veces besé.
Pensé en nuestro primer beso, nuestra primera vez, en el deseo en sus pupilas cada vez que mis manos pasaban por su cuerpo.

La mano de Osborn sujetó mi hombro, señal de que estaba apunto de inyectarme el líquido.

Cogí aire.

-¡Alto! -gritó alguien.

Sentí la mano de Osborn retirarse de mi hombro, abrí mis ojos y lo vi mirando detrás de mi y con las manos en alto.

-¡De rodillas! -gritó aquella voz masculina.

Miré a Osborn, quien se puso de rodillas con las manos en alto y la jeringa en su mano derecha.
Miré la gente del Pueblucho, todos comenzaron a esconderse en sus caravanas y los hombres de Osborn estaban como él, arrodillados.

-Bruce Osborn, quedas detenido por tráfico de drogas, asesinato y secuestro. -dijo aquella voz muy cerca de mi.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza en mi pecho, las gotas de sudor comenzaron a caer de mi frente.
En mi vista periférica vi a alguien colocarse a mi lado, giré mi rostro y vi a un agente de policia con su pistola apuntando a Osborn. Me sonrió.

-Desatadla. -dijo aquel hombre.

Otro agente apareció a mi lado, desató mis muñecas y mis pies y me tendió la mano.

Miré a mi alrededor sin creerme la situación.
Osborn y sus hombres arrodillados, cada uno con un agente de policia apuntándolos.

Sam había llegado a tiempo.

Mis piernas débiles temblaron cuando me puse de pié, y el agente que me desató pasó su brazo por mi cintura para ayudar a mantenerme en pie.
Me giré hacia Osborn.

-Púdrete. -le dije con todo el odio del mundo.

Miré al agente que le apuntaba y le sonreí, agradeciéndole con la mirada haber llegado a tiempo. Asintió con la cabeza y el hombre que me sujetaba comenzó a caminar.

Nos acercábamos hacia un coche patrulla, y cuando estuve apunto de entrar al copiloto, escuché su voz.

-¡Judith!

Me quedé quieta en el sitio, y me giré lentamente.

Cuando la vi a lo lejos corriendo hacia mi, la sangre comenzó a correr de nuevo por mi cuerpo.
Sin pensármelo dos veces, salí corriendo hacia ella.

Me caí de rodillas cuando di el segundo paso, mis piernas estaban débiles pero me importó una mierda y volví a levantarme. Caminé a paso rápido hacia ella y cuando la tuve delante de mi, me lancé a sus brazos.

-¡Billie! -sollocé abrazándola fuerte.

Escuchaba su llanto bajo mi cuello, su cuerpo temblaba y me abrazaba cada vez más fuerte.

Apreté mi agarre, y nos abrazamos tan fuerte como pudimos. Nuestro llanto se volvió uno, y mientras lloraba y mi vista se volvía completamente borrosa, sonreí.
Inhalé su aroma, acaricié su espalda, y seguía sin poder creer que no había muerto en esa silla.

Se separó de mi agarre y cogió con fuerza mis mejillas.
Cuando la miré a los ojos, ahora verdosos por el llanto, y vi su sonrisa mojada por las lágrimas, mi corazón explotó de felicidad.

A bullet in my chest | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora