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-¡Judith! -gritó Maggie cuando entré por la puerta de la casa.

La mujer se acercó a mi y me estrechó entre sus brazos. La abracé con fuerza.

-Menos mal... estás bien... -dijo apretando su agarre.

-No te librarás tan fácilmente de mi, suegrita. -dije riendo entre sus brazos.

La mujer se separó del abrazo y con una sonrisa me miró. Cogió mis manos.

-Eres la mejor persona que he conocido en mi vida, Judith. Has pasado por todo esto por querer a mi hija, y no sabes lo feliz que me hace volver a verte. -dijo volviendo a abrazarme.

-Mamá, la vas a ahogar. -dijo Billie riendo detrás de mi.

Reí entre los brazos de Maggie.

Escuchamos la puerta de entrada abrirse, vimos a Patrick entrar con la cabeza agachada.

-¿Qué hay jefe? -le dije.

El hombre alzó la vista rápidamente cuando me escuchó y casi que corrió a abrazarme.

-¡Menos mal! -dijo. -He ido... he ido allí y no había nadie. Estaba muy asustado.

Apreté mi abrazo, sintiéndome protegida entre los brazos de ese hombre.

-Tu hija vino a buscarme. -le dije separándome. -Y Osborn está en la cárcel.

***

Maggie preparó una cena variada. Había carne, ensalada, fruta, tostadas, de todo.
Comí como si hiciera una semana que no comía y cuando acabé, me llevé la mano a mi barriga.

Billie me acompañó a su habitación, preparó la bañera con agua caliente y me quitó la ropa llena de arena y de agujeros.

Me tendió su mano, la cogí con una sonrisa y me guió hasta la bañera.

-¿Vas a bañarme? -pregunté.

-Así es. -respondió acercándose a mi y besando fugazmente mis labios. -Estás echa un asco.

Rió.

-Vaya, gracias por el cumplido. -respondí riendo.

Me metí en la bañera y suspiré de alivio cuando mi cuerpo se cubrió con el agua caliente.

-Ahora relájate, cierra los ojos y deja que te cuide. -susurró Billie.

Después de pasarme dos días sentada en una silla y atada de pies y manos, me sentí en la gloria cuando me estiré en esa bañera mientras Billie pasaba la esponja con cuidado por todo mi cuerpo.

Limpió mi pelo, mi rostro lleno de arena y suciedad.
Limpió las heridas de mis muñecas y tobillos.
Lo hizo todo con tanta ternura que casi vuelvo a llorar.

Cuando acabó, me tendió la mano y con su ayuda me puse en pié fuera de la bañera. Me envolvió en una toalla y me abrazó desde atrás.

-La sensación de vacío que he tenido estos dos días ha sido horrible. -me dijo.

Cogí sus manos, que se encontraban abrazadas en mi cintura.

-No podía comer, ni dormir, ni salir a buscarte por si eso empeoraba las cosas. -continuó. -La sensación de que te perdía ha sido... ha sido lo peor que me ha pasado nunca, Judith.

Noté que estaba llorando.

Me giré y la abracé. Se aferró a mi cuerpo desnudo como si eso calmara el dolor que había sentido esos días.

-No me vas a perder nunca, mi amor. -cogí sus mejillas y me miró a los ojos. -Nunca...

La atraje hacia mi y la besé.

A bullet in my chest | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora