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La semana pasó rápido, trabajando con Maggie el tiempo pasa volando.
Me gusta trabajar con ella, es agradable, explica muy bien las cosas, aprendo cosas nuevas...
Diego se habia adaptado al trabajo muy bien, se le veía feliz.

Estaba caminando hacia el supermercado más cercano, Billie quería invitar a sus amigos esta noche a casa y me pidió por favor si podía ir yo a comprar las cervezas, ya que ella estaba en clase.

Cuando las compré volví hacia casa, y durante todo el camino me sentí observada.
Hacía días que me sentía así, pero no hacía demasido caso, alomejor es algun efecto secundario por haber dejado las drogas.

-Hola Maggie. -saludé entrando a la cocina.

-Hola Jud, ¿celebrareis algo hoy? -preguntó mirando la bolsa.

-Billie ha invitado a sus amigos a tomar cervezas. -respondí guardando las botellitas en la nevera.

-Oh, entonces aprovecharé y me iré a cenar con Patrick. -dijo sonriendo.

-Eso sería genial, os lo mereceis. -contesté dirigiéndome al salón.

Por el camino vi las llaves del coche de Billie en el mueble de la entrada.

-¿Billie está aquí? -pregunté volviendo a la cocina.

-Casi se me olvida, ¿podrías ir a buscarla a la universidad? Hoy la ha llevado Patrick, al parecer sus ruedas estaban vacias y acaban de arreglarlas. -me informó la mujer.

Hice una mueca, que extraño.

-Claro, ¿sale en una hora verdad? -pregunté.

Maggie asintió y subí a mi habitación.

Al cabo de una hora me subí al Dodge de Billie y conduje hasta su universidad. Le envié un mensaje.

"Te espero en el parking con tu dragón."

Billie le llamaba Dragón a su coche.

Salí del coche y encendí un cigarrillo mientras veía a montones de adolescentes salir por la gran puerta y desperdigarse por las calles.
Me apoyé en el coche mientras a lo lejos vi esa melena plateada. Sonreí involuntariamente.

Halsey iba a su lado y estaban riendose de algo.
Vi que la rubia le dió un toquecito en el hombro a Billie y le señaló en mi dirección, e instantáneamente a la de pelo plateado se le dibujó una sonrisa en los labios.

-¡Nos vemos Halsey! -le dije mientras la chica se despedía a lo lejos con la mano. -Hola preciosa.

Billie se acercó a mi y me besó.

-Te ves muy sexy al lado de mi coche. -dijo elevando una de sus cejas.

Reí.

-Porque tu coche es sexy. -respondí tirando el cigarro.

-¿Conduces tu? -preguntó.

-Vale. -respondí subiendo.

Conduje hacia casa mientras Billie y yo cantábamos a pleno pulmón esa canción de Post Malone, de vez en cuando giraba mi rostro para verla, sus expresiones mientras cantaba eran adorables.

-Muero del hambre. -dijo aflojando la radio.

Comencé a aparcar frente a la casa.
Cuando bajamos del coche mi vista se fué hacia el otro lado de la calle.
Entrecerré los ojos y enfoqué. Había una persona con una capucha negra mirándonos fijamente.

A bullet in my chest | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora