Las semanas pasaban y ya me recuperé del todo, aunque me había quedado una fea cicatriz alargada sobre la clavícula, pero almenos estaba viva.
Osborn estaba muy raro estos últimos días, si antes daba miedo ahora aún más. Debe de ser porque cada vez hay más traficantes por California y teme caer en la ruina.
Hice algunos trabajos para él, y en algunos gané bastante dinero para comprar comida y algunas camisetas nuevas.He estado bastante contenta estos últimos días, y eso es raro en mi. Incluso me he drogado menos.
¿A qué se debe?
Se debe a una sonrisa muy bonita y a unos ojos azules increibles que saben cómo hacerme sonreir.
Billie y yo nos hemos convertido en buenas amigas, ella viene a visitarme a veces y alguna que otra tarde Diego, Billie y yo hemos ido a tomar café.
Que conste que no solía tomar café por las tardes, pero ella lo hace así que...-Parker, en la choza en cinco minutos. -dijo Osborn pasando de largo por mi caravana.
Estaba sentada en las escaleras de la entrada fumando un cigarro, lo apagué en el suelo y entré al interior para ponerme mis botas.
Cuando entré en la choza vi que el hombre estaba caminando de allí para acá, nervioso.
-¿Sabes qué? ¡No sirvió de nada destrozarle los putos coches! -dijo enfadado.
-¿Qué quieres decir? ¿Sigue vendiendo? -pregunté.
-Y no solo eso, me está robando a mis hombres ofreciéndoles un mejor sueldo. ¿Te lo puedes creer? -dijo dándole una patada a la mesa, me asusté.
-Os... tranquilo. Seguro que no te influirá tanto. -dije intentando calmarle.
Dió dos pasos hacia mi, quedando a centímetros de mi cara y su mirada me dió miedo. Tragué hondo.
-¿Que no me influirá? ¡Este mes he tenido pérdidas! ¡Pérdidas! ¡Yo! -gritó tan cerca de mi cara que algunas gotas de saliva chocaron en mis mejillas. Cerré fuerte los ojos.
-No tienes por qué gritarme a mi... -dije con un hilo de voz. Mis manos sudaban.
Escuché su risa, abrí mis ojos y lo vi caminando de un lado a otro.
De repente se quedó quieto y me miró.-Tengo un trabajito para ti, mi querida Judith. -dijo rascando su barba.
-¿Cuál? -pregunté temerosa.
-Vas a enviarle un mensaje, uno que lo reciva alto y claro. -se sentó en el sofá.
Oh no, hacer daño a gente otra vez no...
Palmeó a su lado, obedecí y me senté.
-Esta noche mandaré a dos de mis hombres para que le den un vistazo a su casa, quién vive, quien entra y quién sale, y mañana cuando me informen te explico el plan. -giró su rostro y me miró. -¿Estás conmigo?
Lo miré con miedo mientras pensaba mi respuesta.
-¡¿Estás conmigo o eres igual de débil que tu padre?!- gritó, provocando que diera un saltito.
Se acabó.
Inspiré, expiré, inspiré y saqué el aire poco a poco.
-Deja a mi padre en paz. -le dije levantándome del sofá. Apreté mis puños.
-¿Qué has dicho? -dijo levantándose él también y quedando frente a mi.
-Que no lo nombres, no le llames débil ¡y no me compres con el! -grité. Me sacó de mis casillas.
De un momento a otro sentí un fuerte dolor en mi pómulo izquierdo y retrocedí dos pasos.
Me llevé la mano a mi mejilla, y cuando la miré había sangre.
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A bullet in my chest | Billie Eilish
Fanfiction-No puedo seguir sufriendo por ti, Judith... Te quiero, y el día que te vayas me harás sufrir, por eso debo irme ahora. -dijo soltando mis manos. -Yo sufro cada día, porque te quiero de una forma diferente. Estoy enamorada de ti, Billie. -retrocedió...