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Conectamos miradas, sólo eso.

No paraba de preguntarme si ella sabría que una de las dos personas que destrozó los coches de su padre, era yo.

Volví a sentirme mal, sin saber porqué.

Diego estaba entablando una conversación con una chica.

-Vuelvo enseguida. -le dije a mi amigo.

Estaba muy estresada, demasiado, así que decidí salie a la terraza de aquel local para fumar un cigarro.
Cuando me fumé la mitad, alguien apoyó su espalda en la pared, a mi lado.

Giré mi rostro y casi me atraganto con el humo cuando vi que era Billie. Comencé a toser.

-Fumar mata. -me dijo con su dulce voz.

-Ya. -respondí cuando me calmé. La miré de arriba a bajo, su estilo era impresionante.

Era ropa cara, si, pero no vestía como todos esos niños pijos, para nada.

-No te había visto nunca por aquí. -dijo girándose hacia mi.

-Es la primera vez que vengo. Ya sabes, para cambiar de aires. -contesté pisando el cigarrillo con mi bota.

-¿Y cuales son tus aires normalmente? -preguntó.

Giré mi rostro, admiré su belleza y volví a mirar al frente.

-No quieras saberlo. -contesté jugando con mis botas.

-¿Sabes? Me pareces super misteriosa, tienes unos aires de rebelde que se esfuman cuando hablas. -me dijo.

Volví a mirarla, y esta vez mantuve la mirada en sus bonitos ojos azules.

-¿Qué quieres decir? -quise saber.

-Pues que las apariencias engañan, sé que en el fondo no eres tan dura como aparentas. -dijo mirando al frente. Aproveché la ocasión y admiré su perfil, su pequeña nariz, el borde de sus gruesos labios.

-Lo mismo te digo. -respondí con una sonrisa. -¿Has dejado a tu novio solo en la barra para venir a hablar con esta rebelde?

Giró su rostro hacia mi y rió. Qué hermosa risa.

-Sabe cuidarse solo. -contestó.

Me llamó la atención una cosa, y es que el brillo que tenían sus ojos se apagó cuando le pregunté por su novio.

-¿Cuánto llevais juntos? -quise saber.

-Un año y medio. -respondió.

De repente alguien salió a la terraza, y al pasar por mi lado se tropezó con algo y chocó contra mi.
Cerré fuerte mis ojos e intenté esconder el dolor que sentí en mi hombro.

-Joder, ten cuidado gilipollas. -respondí apartando al chico con mi brazo sano.

Volví la mirada a Billie, estaba mirando fijamente mi hombro, sorprendida.
Agaché la mirada y vi que en mi camiseta blanca comenzó a salir una mancha roja.
Joder, la herida se había abierto.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza y mis manos comenzaron a sudar.
Volví la mirada a Billie, quien seguía sorprendida.
Tapé la camiseta con mi chupa y aclaré mi garganta.

-Si hubieras tocado mi coche, te acabaría de abrir la herida aquí mismo. -dijo con tono firme.

-Billie... esto... puedo explicarlo. -le dije colocándome delante de ella.

Sus ojos se volvieron tristes, me miró fijamente a los ojos y negó.

-Unos centímetros más abajo y te hubiera matado. -dijo tragando saliva sonoramente. -Le advertí que no lo hiciera.

A bullet in my chest | Billie EilishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora