The boy with no name [T.k] ✔

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Taehyung. 

Los días pasaron y yo tuve que volver a trabajar. Mi día estaba completo entre levantarme, ir a la universidad, llegar a casa  y almorzar, ver a Jungkook por tres horas y luego trabajar hasta las ocho de la noche. 

En estos pocos días que pasaron, en los cuales he vuelto de mis vacaciones del trabajo, Jungkook, cada vez que yo llegaba un poco más tarde lloraba por mí y yo no entendía porqué, hasta que lo comprendí. 

Cuando yo no estoy en casa, es como si hubiera dejado a Jungkook abandonado otra vez. Aquella vez que me lo dijo, no lo entendí pero ahora, habiendo pasado dos semanas de haber vuelto a la rutina normal de mi vida, todo encaja. 

Jungkook se siente como un niño pequeño en medio de un supermercado cuando su madre lo deja en la fila y va por algún producto. Esa es la sensación exacta que tiene cuando yo no estoy. 

Él no está del todo solo y aburrido, ya que saca a pasear a Yeontan, alias bola de pelos. Seok Jin me convenció de adoptar al perrito, así que ahora en vez de ser la mascota del lugar en donde trabajo, es la mascota de mi propio hogar. 

En la semana con Jungkook pudimos hacer su documento, tuvimos varias complicaciones, pero se pudo. Ahora se ríe cada vez que ve su foto allí. 

Y después de llegar a un acuerdo mutuo con él, decidimos que la fecha de su cumpleaños sería un día después del mío. Jungkook insistió tanto en tener ambos cumpleaños cerca que al final accedí. Jimin y Yoongi hasta me acompañaron a hacerle los documentos y se pusieron de acuerdo, todos votamos que lo mas sano seria ponerle el 31 de Diciembre de 1999, ya que todos concordamos en que Jungkook debe tener 20 años, así estará bien y por lo menos tendrá una edad acertada. 

Dentro de un mes y medio será su presunto cumpleaños número 21. Y a mi solo me queda hacerlo felíz, así que cuando sea la fiesta de fin de año tendrá muchas sorpresas. Quizás hasta éste sea el mejor año de toda su vida. 

Oh, y hablando de cumpleaños hoy es el de Jimin. 

— Oye... Tierra llamando a mi amigo — Jimin chasquea los dedos frente a mí. Le clavo la vista encima. 

— ¿Qué? 

— ¿Otra vez te fuiste por las nubes? Taehyung se acercan las vacaciones de invierno y tienes que prestar un poco más de atención a las clases, se te vendrán todos los parciales encima. 

— Mmm, cómo sea. — digo desinteresado. — Estoy pensando en dejar la carrera. 

Jimin abre los ojos, grandísimos como nunca antes. 

— ¿Eh? Espera, espera... ¿acaso estás loco? ¡Nos falta un año para terminarla! 

— Lo sé. Pero... si te soy sincero nunca me interesó todo esto de la psicología. Aparte... quiero cuidar a Jungkook y eso requiere mi mayor tiempo. ¿Sabes? me siento una mierda dejándolo en casa todos los días, cuando la única vez que salimos a caminar son los domingos,y apenas tengo tiempo para él porque me paso con los cuadernos y los apuntes de todas las cosas que no leí en el año. No puedo hacer malabares — digo haciendo un puchero — te juro que a veces desearía ser un pulpo para tener mas brazos y hacer todo a la vez. 

Observo a mi mejor amigo de reojo, pero en sus ojos puedo notar una pizca de orgullo. Y allí está su sonrisa, esa sonrisa que no lo deja ver nada porque sus ojos se hacen chiquitos. 

— Creía que dejarías los estudios para no hacer nada, Taehyung... Pero si esa es tu decisión, está bien. Deberías hablar con los directivos antes de desaparecer y dejar todo en la nada. ¿Sabes que creo? la psicología no es lo tuyo, te aburres de todo lo que dicen y no prestas mucha atención, juro que todavía me sigo preguntando cómo es que has pasado todos estos años. 

Levanto los hombros despreocupado pero luego llevo mi mano a su rostro y le apreto las mejillas regordetas entre mis dedos.

— Eso es porque tengo al mejor amigo y hermano del mundo que hacía todos mis trabajos atrasados — le ofrezco una gran sonrisa cuadrada como recompensa. 

— Hace tiempo que no veía esa sonrisa — todos los estudiantes salen del curso, hora de irse. Genial. — me encantas cuando sonries, maldito malcriado — juega con su voz mientras me codea el brazo. Al salir de la universidad veo a Yoongi en la puerta, esperando a su novio con un gran ramo de rosas en la mano. —¡ Woahhh, allí está mi príncipe azul! — es lo último que me dice Jimin antes de salir corriendo para donde Yoongi se encuentra. 

Yo me quedo a unos pocos metros de ellos dos, pues no quiero interrumpir ese beso desenfrenado que se están dando. Los veo y sonrio, feliz por ellos dos. En una semana será su sexto aniversario, ya han llevado mucho tiempo juntos, y me tranquiliza saber que siempre arreglan todos sus problemas, sea como sea. Ellos jamás rompieron y volvieron a ser pareja, todas las discusiones fuertes que han tenido las han arreglado hablando. Yoongi es demasiado comprensivo. 

— ¡Felíz cumpleaños, amor! — dice Yoongi con voz más grave y me observa con una enorme sonrisa en la cara cuando abraza a su chico. Esa sonrisa no la suelen ver muchas personas, solo sucede en días especiales, hoy es uno de ellos. 

— Hola para tí tambien, Yoongi — ahora sí me acerco para saludarlo. 

— ¿Qué tal, muñeco? — chocamos los puños como habitualmente. 

— ¡Yah! ¿Qué haces halagandolo a él cuando deberías decirme esas cursilerías a mí? — protesta el más bajo de los tres. 

— ¿Celoso, Park perfecto Jimin? — le pregunta Yoongi con una risa sarcástica. 

— Ja, ¿yo celoso? 

— Sí tú. — ay no, pelea de enamorados. 

— Ya verás cuando llegues a casa, Min. — lo regaña mi mejor amigo dandole un beso en la mejilla y tomando las flores con suavidad.  — ¿Tae? 

— ¿Mmm?

— ¿Nos juntamos en el arcade hoy por la noche? — me pregunta él viéndome con los ojos brillantes. — si no puedes lo dejamos para el domingo. 

— No te preocupes. — aviso ya caminando hacia mi casa — ¡Luego enviame la hora y allí estaré!

Antes de volver a caminar me giro para verlos. Jimin es quien alza a Yoongi para darle un beso al estilo pelicula. 

Ah. Es hermoso verlos así... yo también quisiera tener la valentía de hacer eso en público.

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Diganme si notaron la tristeza en esas últimas palabras...